"Here come the cars" fue el primer disco en solitario del que fuera miembro de The Clean, David Kilgour. De Nueva Zelanda, del famoso sello Flying Nun solo podemos decir parabienes, alegorías sobre este pequeño país que ha producido tan buena música. La verdad es que fueron uno de los faros donde mirar. Grupo que venía de allí, grupo que te daba excusas para seguir indagando en ese festival de sonidos que tanto disfrute nos ha dado.
Este disco empieza con una maravillosa pieza, la que titula el cd, una bálsamo de tranquilidad, con las olas remando pasión, como primera muestra de lo que nos espera en este bello disco, inicio de una carrera donde no hay que perderse ningún trabajo de este pedazo de músico.
Como buen neozelandés aquí prima el cuidado de la melodía ("Fine"), artesanía soberana repleta de guitarras que son de cristal como "You forget" y su señuelo eléctrico convincente de principio a fin. Vaya temazo. Como "Shivering" donde la distorsión toma impulso, donde es imposible no rendirse ante este platillo volante de fragancias impactantes.
Un portento este tipo, creador de sutiles reflexiones como "Splash your jewels" y petardazos emocionales como "Sometimes". El disco pasa en un pis pas, todo son piezas magnéticas, calibradas a la perfección con un soberbio sonido, con una delicadeza majestuosa ("Kills all my fun").
Que pedazo de hits atemporal es "Uplift" con esa carga de potencia eléctrica compartiendo habitación con la voz de David, acicate esdrújulo de este regalo para los oídos que "Here come the cars". Increíble.
"Because it was you" y "Nothing" , ponen el colofón a una escucha de esas que reconfortan, que te llenan de paz. Ha pasado tanto tiempo y suena tan fresco. Oírle de nuevo y te arden las ganas de comprar todo el catálogo de Flying Nun.
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