miércoles, 29 de febrero de 2012

HARVEY MILK. "A small turn of human kindness" (2010)


Que se acercan por aqui los que crean en la evolución irracional del metal, los que vean sus sueños acechados por bandas tan "tranquilas" como Neurosis, Today is the Day, Isis, o porque no mencionar tambien a Swans, aunque estos van por otra onda.

Harvey Milk es todo un compendio de metal lento, comatoso, grabado a fuego para que cercenes cualquier atisbo de esperanza. Creston Spiers, voz y guitarra del invento, lo bordó en discos anteriores, ("The pleaser"), y con este "A small...", ha llegado a lo alto de la cumbre del infierno.

Vienen de Georgia, y lo suyo no tiene ni puta gracia, y por eso me flipan. Duros, áridos, reinterpretando a su modo a los Sabbath desde una vertiente funeraria, coma en grado 100, larvas del sueño momificada en rasgeos de guitarras penetrantes, asustadizos.

"*", así con un simple asterisco es el primer latido crudo, demencial, donde la guitarra ora cruda y nihilista, imaginando campos de osarios rupestres, dentelladas en la piedra, cartografia sin duda bestial, inhumana, pero hermosa, a su manera. "I Just want to go home" con el bajo haciendo de batuta, pergeñando sombras alicatadas con la voz luciferica de Spiers, es otra muestra más de este dulce averno.

"I know this is no place for you", tiene un rollo épico que me pone a cien, siempre desde la posición lenta de toda la ideologia musical de los americanos, aqui llevados por una especie de liturgia casi melódica (digo casi eh) que los hace merecedores de estar en lo alto de un imaginable ranking de banda post-metaleras.

Me pongo "I alone got up and left", y me topo de repente con el bateria, que con sus golpes secos, frios, criminales, introduce otra vuelta de tuerca más al tenebrosismo bien entendido. ¿Y qué me dices de los vientos que introducen en "I know this is all my fault"? Colosales, tremendos, peligrosos.

"A small turn of human kindness", es todo un dolmen negro, frio, distante, pero totalmente recomendable, para los que como yo, ondeamos todas las posibilidades del post-metal. ¿Y pensar que de pipiolo me rendia con las cursiladas de gente tan pop como los Saxon? Apocalipsis, joder, un poco de apocalipsis.....


lunes, 27 de febrero de 2012

LET'S WRESTLE. "Nursing home" (2011)


Vamos a imaginar un rato que estamos en los 90 y que estamos alucinados por Husker Du, Yo la tengo, Pavement, Dinosaur Jr y toda esa maravillosa ola de bandas que hicieron que nuestra adolescencia tuviera una banda sonora acorde con los ardores inflamados de nuestra generación, la que ahora hemos superado ya los 90.

Bueno, pues si te olvidas de que este disco de estos londinenses (segundo de su carrera) salió a mediados del 2011, podria decir que estamos imbuidos de lleno en un bucle espacio-tiempo donde mirando hacia atras se presentan los queridos fantasmas musicales del ayer.

Y es que la escucha de "Nursing home", es un revitalizante compendio de indie-rock rabioso, que cuenta en la producción con el mago Albini, para darle empaque al asunto. Desde "In dreams part II" gambera e incotinente,y pasando por "If i keep on loving you", cuyo toque a Pavement de primera época seguro te hará tambalear sonriendo, son notas definitorias de lo redondo que les ha salido este disparo al aire a estos jovenzuelos.

"In the suburbs" podria estar en cualquier lp de Sebadoh, y "Bad mammaries" tiene un toque vacilón acompañado como el resto del disco con una electricidad reconfortante, bestialismo cariñoso para viejos siempre jóvenes.

En "Dear John", hacen su particular interpretación del universo de The Damned, para pasar de nuevo en "I'm so lazy" a volver a traernos a nuestros oidos toda la retaila colosal de grupos de los 90, esta vez con toques Pixies.

Y la que más me ha flipado, "There's a rockstar in my room", donde se muestran melodicos, envolventes, tarareables, expansivos, divertidos... En fin, se me agotan las palabras para definir este aire fresco que me ha traido de un golpetazo nuestras noches antiguas en coches submarinos escuchando lo ultimo de Sonic Youth, Magnapop,Wedding Present, etc, etc,  que algún colega amable se digno a grabarnos en esas cassettes de 90 que tanto juego daban a nuestra necesidad acuciente de conocer cosas nuevas.

Grandes pues estos pipiolos. Ahora toca disfrutarlos y seguir durante un buen rato en los 90, perdidos en el túnel, con legañas en los ojos, bailando mientras la copa derramada escenifica el avance inmesericorde del tiempo.

viernes, 24 de febrero de 2012

RICHMOND FONTAINE. "Thirteen cities" (2007)


No sé a vosotros, pero a mi la escucha de los ultimos trabajos de Richmond Fontaine, me hacen recordar cada vez más a Wilco. Vale, los Fontaine no tienen el nervio ni se les va la olla con los experimentos de los mencionados Wilco. Pero cuando suenan a recuperar el rock con sesgos country desde una perspectiva nada ortodoxa, la verdad, que si, que me los pongo en el reproductor el mismo día y no sabria decir a quien elegir.

En la grabacción de "Thirteen cities", colaboró Howe Gelb y Joey Burns, y se nota el desierto, y se percibe que la foto de la portada es más que un fotograma del pasado una excusa para construir una banda sonora desde la tradicción menos acomodaticia.

Desde Tucson con amor, se pusieron a pergeñar "Thirteen cities", y la cosa les salió redonda. La trompeta de la movidita "Moving back home #2", parece querer engañarnos, pensando que la cosa va de rock con algo de nervio, templado. No, Fontaine no han cambiado." $ 87 and guilty consience that get worse the longer i go", es desert-country, de arena en los ojos, de piedras en los pies.

En "El Tiradito", se las apañan estupendamente con una potente aceleración que me hace recordar a los American Music Club cuando nos devastaban el corazon. "A ghost i became" es de esos temas que me acercan a todo el orbe de Wilco. Tiene aire rompedor, desequilibrado, especimen que se mece en la rareza para convencernos rápido.

"The kid from belmont street" es todo un bombón envenenado, acústico pero caústico, llena de sierpes la acera del sentir. Y como me mola "Capsized" que me hace traer a este blog la insigne memoria del caballo loco Young en su vertiente más moderada.

Si, yo que siempre he preferido la incomodidad de Friends of Dean Martinez a los oasis de playa de Calexico, la escucha de Richmond Fontaine es buen bálsamo para acompañar toda la indispensable biografia de Giant Sand. Siempre a su manera claro, porque los Fontaine, van a lo suyo, y lo suyo lo bordan. A disfrutar pues.

miércoles, 22 de febrero de 2012

FRIGHTENED RABBIT. "Sings the greys" (2007)


Ya tenia en mi haber la escucha de dos buenos discos de estos escoceces, "The midnight organ fan" (2008) y "Winter of mixed drinks" (2010), y como estos dos pelotazos me resultaron una revitalización del indie rock con constantes subidas y bajadas, repleto de épica bien entendida, y sopas de folk vitaminado, me aventuré a la audicción de "Sings the greys", su primer lp.

El cuarteto escoces está lleno de joyas que no te debes de perder. "The greys", es nerviosa, lacerante, fuerte, radioactiva, puro 90 con la voz de Scott Hutchison soplándo lirismo desgarrador. "Music now", es menos rápida pero igual de adictiva.

En "Yawns" con acordeón al ristre se acercan más a un folk melancólico pero con su correspondiente patina indie. Más cuando más me gustan es cuando me hacen levantar de la silla, como en la guitarrera "Be less rude", pura aspirina para tus orejas.

"Go go girls" es puro frenesi que casi me recuerda a The Feelies. Luego te acarician con cosas como "Behave", para seguir supurando rabia contenida en la preciosa "Square 9".

Asi que no me ha salido mal eso de hacerme guiar por el instinto, y continuar tras los dos discos que ya conoci, la historia de estos cuatro mecánicos de melodias ardorosas que tanto bien hacen a los que nos gustan pintar en el fuego de la electricidad diminutos corazones de esperanza.

lunes, 20 de febrero de 2012

TOM WAITS. "Bad as me" (2011)


La verdad que importa poco que la mayoria de las cosas que llegan a nuestras manos no pasen el corte con un aprobado por los pelos. Que recurramos con añoranza a nuestros viejos ídolos para espantar la decepción de las novedades que a nuestro alrededor nos marean y marean sin producirnos más que un sofocante vertigo.

Cuando un artista del talante de Tom Waits saca un disco, abrimos nuestros oidos, dejamos la comida sobre la mesa, nos olvidamos de todo por unos suculentos momentos musicales de disfrute, y nos perdemos con alevosía y cariño en las canciones de este truhán bendito, con garganta rota de bilis, fármaco para las crisis de ansiedad.

Tom Waits es un valor seguro y "Bad as me" es otro más de los albumes que debemos aprendernos de pe a pa. Recogiendo los pasos ya andados, Waits quiere hacer de "Bad as me", una segunda parte de "Mule variations", y el tio bandido lo consigue.

La agitada trombonista y roquera de "Chicago" marca el inicio de la road movie, que en "Raised right men" se convierte en un blues oscuro y asfixiante. En "Talking at the same time", saca a relucir los neones de club perdidos en alguna carretera extraviada de la memoria.

Rock años cincuenta podiamos definir la atrevida "Get lost". Pero como todo no va a ser desquiciamiento, a Tom le va como siempre regalarnos esos tempos lentos, como "Face to the highway" o la tierna y emocional "Pay me", desde ya canción para abrazar al viento, o para inventarme una nube de caricias.

"Back in the crowd" es chula y añeja y "Kiss me" parece un standard destartalado y mustio a pruebas de balas de depresión. Joder, ¿para que queremos tanto infantil grupo con poses que no van a ninguna parte, si sólo una arruga del maestro Waits vale más que la carrera de tanto bicho para la papelera.

Sólo nos queda disfrutar de estos surcos tan reconocibles, de esta voz tan nuestra ya, de este músico que jamás nos ha defraudado. Porque la música cuando sale del alma, jamas decepciona, se comunica con nuestra psique profunda, para permanecer eternamente hasta el fin de los tiempos. A tus pies Waits.

viernes, 17 de febrero de 2012

COH. "Strings" (2007)


Ivan Paulov, es el nombre que está detrás de los mandos de Coh. Bajo este nombre, nos hallamos un proyecto donde lo digital se cruza con pianos, con dejes de musica contemporánea, siempre desde una visión bastante peculiar, erizando campos con efluvios de clasicismo.

"Strings" es una obra artística fundada para estrujar modernidad y cosas de toda la vida, cabalgando Paulov a gusto en una serie de ondas musicales pergeñadas desde al ático de la sobriedad, delatándose como un efímero perseguidor de la improvisación menos incoherente, articulando un discurso reforzado por todo un armazón de notas extrañas y involventes.

"Sideral as if not (Part I- piano tranquilo)", son ocho minutos que van y vienen, con las teclas esforzadas en una ida y venida continua por un laberinto de sonidos dificiles pero atrapadores. "Sideral as if not (Part II- andante facile), suena más tecnificadas pero sin perder de vista la calima de reposo intranquilo de todo el album.

"No monsters no rock (Part I- Mezzo Forte Passionato)" es como una versión desquiciada de Penguin Cafe Orchestra, que da paso a "No monster no rock (Part II-Vittorioso Calando)", a una especie de rock tour donde Paulov rememora su pasado en una banda de heavy metal, convirtiendo el tema en una gema grotesca espacial.

Los 11 minutos de "Euphrates (Part I-spiritoso con amore), ralentiza la valentia de su propuesta, apostando por lo hipnótico, en un trance desastroso, bonito, hermético y atrayente. Interesante propuesta que recuperamos pues desde Discos Pensados, donde lo obtuso casa a la perfección con un delirante galimatias de sonidos alucinadores.

miércoles, 15 de febrero de 2012

FELOCHE. "La vie cajun" (2010)

Ahora que por esta tierras nos ha dado la ventolera nacionalista porque unos  muñecos venidos del otro lado de los Pirineos han hecho humor con unos deportistas que segun parecen son intocables, haciendo que el gobierno de esta deprimente nación que tenemos proteste por la infamia de según dicen ellos "humor negro", despreocupándose de la realidad tan dura que estamos asistiendo en Iberia, con las condiciones laborales y sociales sacrificadas por el bien de unos pocos, repito, ahora me dispongo a realizar mi segundo articulo de la semana de un artista galo. Porque si, porque me da la gana.

Féloche, con este "La vie cajun", nos trae a su manera su visión de la música de Louisina, donde la mandolina, trompetas y otros instrumentos a desuso, hacen que la diversión por la escucha de este disco la tengamos asegurada. La premisa fundacional de "La vie Cajun" fue que no apareciesen guitarras, y Féloche lo consiguió.

El frenesí esta presente en cada surco de este apasionante galimatias que va de la ironia joconda de "Darwin avait raison", hasta la bailona "Et toi", donde la mandolina cruza las piernas para perjudicarnos el ritmo. "Bon appetit Shaman", es hipnótica, casi psicodelica, y "Tout le jours", es pura chanson para alegrarnos los dias, para que lo negro no nos invada.

"Reste avec moi", es suave y penetrante, negra, calurosa, expansiva. Y como olvidarnos de "Jette les gants", extraña, provocativa, ruda, sensual. Total "La vie cajun", para seguir fliplando de las buenas cosas que nos viene del pais vecino.

Y luego te pones "Ocean", y te alegrará las penas con la voz de este musico cuyo nombre Felix, que ha sabido traernos el cajun a nuestros oidos estructurados muchas veces para no dejar pasar dejes musicales alejados de lo predominante. Interesante pues, para que nos quitemos este patriotismo tonto y cerril de gentes que dejandose llevar por la tonteria de unos medios y unos políticos desastrosos, hacen que cada vez busque más en la música lo que la mayoria de mis congéneres no me puede ofrecer: un poco de necesaria paz.

lunes, 13 de febrero de 2012

MICHEL CLOUP (DUO). "Notre silence" (2011)


Atras han quedado las burradas rítmicas de Experience y toda esa maquinaria efectiva, ruidosa, combativa, lo mejor del indie galo de un tipo que ya apuntaba maneras desde que con sus Diabologum, hizo que todo en Europa no fuese made in England.

Ahora Cloup ha cambiado los voltajes  por la calma mentirosa, haciéndome recordar cada vez que lo escucho a unos Codeine reinventados, pero siempre con la voz recitadora de Cloup como eje principal de este maravillosa aventura de la que ya llevo una docena de escuchas. Para "Notre silence", ha contado con la colaboración del bateria Patrice Cartier, (tambien compañero en Experience) que le hace de fiel escudero en este emocional y lento crucero repleto de luces envolventes.

Empieza la introducción de 16 segundos de "Mon histoire", para dar paso a una de las mejores melodías que ha construido Cloup en su imprescindible historia: "Cette colère", emotiva, indie, triste, cargada de amor, rutilante y sana, de esas canciones que pondrás y pondrás en tu equipo sin que jamás encuentres motivos para que deje de girar en tu mente.

"Le cercle parfait" es bella, lenta, perfecta para saborear a tragos largos, con su letania vocal, con su tono meloso, con su melancolía dulce. Chapeau mon ami, chapeau. Y los once minutos minimales de "L'enfant", encendidos y apagados, largos y trémulos, son una perfecta muestra de esta nueva aventura, empezada tras comprobar Cloup que la carrera de Experience era cosa del pasado.

Y la indicación al principio del artículo de influencias de Codeine, no es gratuita. "Plusiers fois cet après-midi", es un susurro encadenado, la guitarra está en coma, slowcore para romper un millón de besos, cartas quemadas desde las altas cumbres del silencio. Bestial.

Y la que titula el cd, con sus inicial "silence, j'écoute notre silence..." avasalla desde los primeros acordes por su asombrosa capacidad para expander el espiritu indomable de un tipo que siempre ha dado en el clavo en sus producciones.

Maravilloso Michel. Reconozco que desde "Aujourd'hui, maintenant" he seguido sin perderme nada de la trayectoria de este talentoso musico. Nunca me ha defraudado. Y este "Notre silence" es otra muesca más que no te debes de perder. De disfrute máximo para todos aquellos que gusten de cosas bien hechas.

viernes, 10 de febrero de 2012

EFFI BRIEST. "Rhizomes" (2010)


Estas chicas cogieron su nombre de la obra de una novela del aleman Theodor Fontaine, llevada al cine por Fassbinder. Cogidas de la mano de la pintora Corinne Jones, Effi Brest, se muestran reacias a instalarse en el club de los combos de post punk domesticable.

Lo suyo es la perversidad, los sonidos angulosos y oscuros, huyendo de cualquier atisbo de tirar por lo fácil, se las nota que han oido con asiduidad a Lydia Lynch. Las seis componentes de Effi Brest, se esmeran en hacer de lo incomodo su principal baza, y consiguen convertir este su primer largo en una buena secuencia de halagos indomables.

Para comenzar, la que titula el cd, minimal, gritona,acercándose a la órbita de The Slits sin espanto ni pavor. "Long shadow", podria estar grabada en los bajos de un club cuando New York, era el centro de la no-wave. La incomodidad de todo "Rhizomes", tiene su perla negra en "Cousins", enigmatica, laberintica, dub mortecino y sagaz.

En "X", se desfogan a gusto, sin retener nada, esquinadas, depresivas, asfixiantes. Todo una alegria las chicas pues. "Mirror rim", es otra de mis favoritas, con sus suculentos cambios de ritmos, con su precioso acabado.

Grato pues el experimento de las femmes que disparan en la cara a todo el adocenado movimiento post-punk, que no hace mucho se alzaba como centro de lo indie, y que acabó finiquitado por lo aburrido de la mayoría de las propuestas.

miércoles, 8 de febrero de 2012

LISABÖ. "Animalia Lotsatuen Putzua" (2011)


Esto es lo que estabamos esperando. Por fin una sacudida que nos pueda quitar la abulimia de tanto artista sobrevalorado, por fin un cañón desperdigando moléculas de tragedia y tensión mediante guitarras que espantan y nacen de la hecatombe. Esto es un antes y después. Como las tres antiguas producciones de Lisabö, "Animalia Lotsatuen Purtzua", nace para quedarse con nosotros mucho tiempo, para servir de guia,de iniciación a muchos, como faro para mirar cuando la luz se apague sobre nosotros.

Desde el comienzo, no hay piedad. "Oroimenik gabeko filma", es brutal, con las dos baterias supurando mala baba, las guitarras enfrentadas en una cacofonia de belleza electrica, la voz quiromántica, agresiva, pululando desde el destrozo hasta la quietud de los sentidos. Esto es la belleza del post-hardcore, la jauria de los lobos que se comportan como hermanos, el volumen brutal de la apisonadora que no ceja su motor impertinente.

Les basta 6 temas en 40 minutos para definitivamente decir de este disco que fue el mejor del año 2011. Que quizás ninguno lo supere en el 2012. Me quedo congelado con esta maravilla sónica. El comienzo conversacional de "Ez zaitut somatu iristen", se transmuta en un porrazo de ira sentida, desgarradora. Cautivo estoy de esta pulsión carnivora y hermosa. A la mierda toda esa retaila de payasos con momias guitarras que nos quieren vender la motor. Lisabö es otra cosa. Nada como ellos por aki, poco lo encontrado allende nuestra frontera.

"Oinazearen intimitatea" es una tormenta sin posiblidad de cobijarte en ningun sitio. A tumba abierta, como los Shellac, como todo lo que nace del espasmo y se desarrola libremente en una colisión libre de ruidos y cienagas. Se paran, vuelven, se paran, vuelven. Sin respiro, perfecta maquinaria que tiene tiempo para coser algun corazón en el minuto 4 de la pista.

"Gordintasunaren otordu luzea", es arisca, con el euskera como en el resto del album, en perfecta sincronía con todo el enjambre de veneno de la banda. El cuasi silencio inicial de "Laztan isilen deiadarra", es sólo un engaño. Un de las mil formas que tiene Lisabö de perdernos en su laberinto,de crisparnos los nervios con delicadeza, de urgar en la herida con un colapso eléctrico que tiene la forma de un tanque espasmódico, desquiciado, sinérgico, colosal. Me callo ante tan mayúsculo monumento al rock en estado crudo.

Y nos perdonan algo la vida con la melodia balbuceante de "Ezereza mugak", donde después de este viaje de dolor y sombras, se quitan los ropajes de heridas confortables de daño, y construyen una lirica del acero, un botón lanzador de misiles de flores tristes, que vagan por el cisma del caos, en busca de un complot de sueños.

Esto es lo que estabamos esperando. La esperanza con forma de bomba atómica de cuerdas de butano, armas de destrucción íntima, fogonazos que alumbran curiosidad para seguir adentrándote en este laberinto firme, convicente, letal. Lisabö mi grupo de referencia, nuestra semilla venenosa, el ROCK que no se vende al por mayor. 

lunes, 6 de febrero de 2012

FEIST. "The reminder" (2007)


Esta crítica nace de una duda. La duda es saber si es bueno el momento de escribir, tras haber perdido a mi padre el pasado viernes, día 27. Mi duda es saber si lo que va a salir de aqui va a ser un compendio de tristeza acumulada de palabras para disolver el dolor mientras la música se agazapa en las esquinas del salón, o un antídoto para pensar en otra cosa.

Ayer me dije darme un tiempo de vacaciones en Discos Pensados. Dejar pasar los días, olvidar cuando entré en la habitación del hospital y me lo encontré ya sin vida, destartalado y con el único ruido del oxígeno que al principio me engañó, haciéndome pensar que aun sus pulmones eras poseedores de algún hálito de vida.

Si, Feist, y este "The reminder", es un buen disco de pop independiente, de una cantante que me ha arropado estas dias con su tranquilidad y una voz que tira para delante de todo el entramado musical que monta. Quizás en otro momento no me hubiera gustado "The reminder", pero ahora me viene bien un poco de calma chicha, de pasiones desparramadas sin ton ni son por los altavoces enmarañados de mi equipo negro y difuso.

Sigo sin saber como va la crítica. Me paro y la releo. Me digo, para, borra el artículo y la semana próxima empieza como si nada hubiera pasado. En definitiva, todo sigue. A mi hijo de 4 años le he dicho que el abuelo está de viaje por el Polo Norte. Que a partir de ahora vivirá en el hielo, se hará amigo de Papa Noel, y le ayudará a montar regalos para todos los niños del orbe.

"The Reminder", es un buen disco de pop que tiene de todo. La calma de "So sorry", acústica, leve, susurradora y caliente, "I feel it all", es luminosa, para aplacar la atonia con sus vibrantes tonos mensajeros de caricias y de paz; "My moon my man", a medias con Gonzales, es medio electrónica, medio pop; "The park",es una punzada de balada, y en "Seelion woman" palmas al aire inclusive, nos trae a Nina Simone sin atisbos de sonrojo.

Ahora de nuevo me levanto, pongo un poco más alta la música y me dispongo a releer lo que por ahora esta escrito. Bueno, pensaba que iba a salir peor. No se muy bien si esto es un ejercicio de exorcismo del dolor, o una manera de sacar afuera los momentos de tensión acumulados por largos meses, años, de enfermedad.

Como no sé si va a ver más articulos esta semana, ahi os dejo mi pequeña aportación individual a la necesidad de todos de exteriorizar el dolor para que este se disuelva, para que podamos continuar bregando y afrontando las dificultades que ante nosotros se nos presentan. La muerte es asi. Justiciera, corsaria, equitativa, atroz, definitiva. La siguiente crítica, (lo último de Lisabö) será estrictamente musical. Permitidme pues, amigos y lectores del blog, la oportunidad con esta Feist, de dejarme llevar por el aire de la pesadumbre que poco a poco dejará paso a la estela de la lucha por perseguir la felicidad.