lunes, 30 de noviembre de 2020

NEW WET KOJAK. "This is the glamorous" (2003)


Lo de Scott McCloud, el vocalista de esa tremenda banda de post hardcore,post punk o como demonio quieras definirla que fue Girls Against Boys, es para un solemne aplauso, con este projecto llamado New Wet Kojak, que tuvo su epílogo con este deslumbrante "This is the glamorous". 

Apenas quedan huellas de lo que fueron sus inicios como bandas,(salvo la potente voz de Scott), "This is the glamorous" es un salto sin paracaidas hacia lugares donde la oscuridad se une con la electrónica ("The world of Shampoo" o "Something easy"). 

Aparecen sonidos de vientos y ritmos tribales para no parar de moverte, como ese pedazo de canción que es "Read world tonight", y sobre todo, himnos. Himnos del calibre de "This is the glam". Scott deja la furia de antaño para embadurnarse de melodía ácida, de saxos traviesos. 

Como he disfrutado con el reencuentro de este pedazo de artefacto gozoso. Temas que te envuelven por su misterio como "Nothing you can say", acercamientos al mundo sónico de The Fall ("Death 2 the pop world"), pasotes de esos que se disfrutan al ralentí ("Let's get glorified") o bandazos de alguna distorsión siempre sin pasarse demasiado ("Jeaulous"). 

Reinventarse. Esa es la cuestión. Porque oyendo la tecnológica "Reserve the curse", con la que acaba el disco, te das cuenta de lo necesario que es encontrar nuevos caminos para no caer en el cliché. Soberbios pues New Wet Kojak. Una joya a recuperar. 



viernes, 27 de noviembre de 2020

FLY PAN AM. "Fly pan am" (1999)

 

Al sello canadiense Constellation, con la banda Godspeed you black emperor! a la cabeza, le debemos la revitalización de un estílo, el post rock, que vivió sus mejores momentos en los 90, y que poco a poco se fue desinflando por una reiteración excesiva de los mismos sonidos.

De la banda madre de aquella historia,  GYBE!, nacieron multitud de proyectos, como estos Fly Pan Am, 1-Speed Bike, Hangedup o Do Make Say Think, por citar solo algunos de los nombres que poblaron la escena canadienses de canciones con desarrollos intensos.

Este fue el primer trabajo de Fly Pan Am, que se abre con "L'espace au sol est redessine par d'immenses panneaux bleus" y sus trece minutos de lirismo que se ve acompañado por crujidos de distorsión. La siguiente, la feroz "Et aussi l'eclairage de plastique...." es otra tormenta perfecta de rayos que van y vienen, de rock que se acerca a lo progresivo para afilar sus garras en tensiones que te sofocan. 

El exceso total está en los casi 18 minutos de "Dans ses cheveaux soixante circuits" y su repetitivo soniquete que suena y suena sin parar en un bucle de esos que germina caos. "Bibi a nice, 1921" empieza con 3 minutos de silencio para a continuación explotar en zigzags dementes, aulladores. 

"Nice est en feu!" es el glorioso final de un viaje hacia territorios donde el sueño, la transgresión y los sonidos áridos, se dan la mano con dibujos creados al albur de una instrumentación sugerente e inquieta. 


martes, 24 de noviembre de 2020

PRINCESS THAILAND. "And we shine" (2020)

 

Pedazo de sorpresa que nos viene de Francia. Y es que este segundo disco disco de Princess Thailand, en su apenas 30 minutos de duración y con sus 7 cancions, es un conjunto potente de temas vivos donde el post punk y el noise rock se van de crucero en un mar de oscuridades marchitas. 

Sus tracks son pequeñas joyas repletas de arreones de electricidad ("First time"), de mecanismos de tensión que pide al oyente una escucha con buen volumen ("Sonar"), y sobre todo, de un punto melódico entre sombras que les da un aire de combo de los 80, con garantías de perdurar ("Is this room").

Cuando afilan su propuesta, les sale creaciones como "Now/wave", donde como en todo "And we shine", la voz de Aniele Bastide teje una red que brumas y electricidad, de gases para noquearte si no estás atento al perfume adictivo de un grupo con un porvenir espeluznante. 

"We shine" recupera trazos de la añorada Siouxie, puñaladas de post punk rabioso, tremendismo en forma de un caos que te revuelve por su capacidad para vomitar trallazos de distorsión. En "Night after day", lo que prima son las oscuridades cercanas al noise, el estruendo previo a una estampida. Feroz y cargada de intenciones sobre la capacidad de Princess Thailand para asumir sus influencias envasando dardos envenenados. 

"Into her skin" se reinvidica por si sola. El misterio que expele sobrecoge, sus lugares comunes son el trazo tenebroso y la intensidad que apabulla. Así son Princess Thailand, un viento fresco para contagiarnos de melancolía, una banda a tener muy en cuenta. 


domingo, 22 de noviembre de 2020

THURSTON MOORE. "By the fire" (2020)

 

Vaya pedazo de doble disco que se ha marcado el bueno de Thurston Moore. A sus 62 tacos, sigue siendo un airado jóven sónico cautivado por la distorsión por la disonancia y la melodía estrangulada ("Hashish").

Dos cds, cada uno diferenciado. En el primero se conjura para continuar la jugada en el mismo punto que los Sonic Youth lo dejaron; en el segundo se la juega todo a la experimentación, al inconformismo brutal, a largas progresiones de ruido de ese que te mece matemáticas. 

El primer grupo de canciones (todas marca de la casa), se deja llevar por ese feedback embaucador al cual nos tiene tan bien acostumbrados ("Cantaloupe" podría estar en cualquier disco de los Sonic), por mágicos juegos de manos donde condensa esa capacidad que pocos poseen para hacer del ruido una bella arte repleta de florituras que te enganchan en un vaivén acogedor ("Breath"), donde une a la perfección sus reflexiones instrumentales con un montón de juegos de artificios para gozo de la afición.

Mi predilecta, "Siren", doce minutos de suavidad balsámica, de ternura electrificada, regodeándose en un salmo instrumental donde es fácil perderse y deambular entre raciones de latidos que te dejan ensimismado.

Con "Calligraphy", de las más Sonic Youth del disco, acaba esta primera parte que que te das de bruces con el inicio de la segunda y los 16 minutos de la experimental "Locomotives". Largos desarrollos instrumentales, improvisaciones varias y distorsión a raudales. "Dreamers work" es sólo una parada en una aparente tranquilidad porque "They believe in love (when they look at you)" y sobre todo "Venus" nos deja la parte más arisca y violenta de este sobresaliente "By the fire". 

A todos los que vivimos los 90 con ardor y rabia, trabajos como éste nos traen un montón de excusas para seguir siendo antes, ahora y siempre, jóvenes sónicos eternos imposibles de convencer de otra cosa. Bravo Thurston. 


jueves, 19 de noviembre de 2020

LINGUA IGNOTA. "Caligula" (2019)

 

La mejor digna heredera de Diamanda Galas. Tan solo basta un tema, "Faithful  servant friend of Christ" para que toda la lluvia del apocalipsis caiga sobre tu cabeza. Densidad cercana a los primitivos Swans, acompañado por los mismos rasgos identificativos de Diamanda: el grito como otro instrumento más, como el eje donde se construye esta catarsis oscura. 

"Do you doubt me traitor" da miedo de veras. Cuando suena el piano te imaginas que el infierno ha tomado posesión de la tierra. Kristin Hayter, el nombre que se esconde tras Lingua Ignota,  continua la senda que empezó con "All bitches die". Su grito contra la violencia de género, contra el papel que la religión ha dejado a la mujer, un puño enfadado hacia todos los cielos posibles. 

Y es que Kristin, que sufrió violencia machista y padeció anorexia, ha pasado su buena ración de temporada en el infierno. Por eso lo que canta viene de donde viene. De un desgarro que avasalla ("May failure be your noose"), con inclusiones en extremos páramos decorados con hielo perpetuo, donde la belleza ni se conoce ni se la espera, donde es mejor no abrir los ojos para no enfrentarse a los fantasmas que vienen a lomos de las teclas del piano ("Fragant is my many flowerd crown"). 

Extrema y catártica es "If the poison won't take you my dogs will", decorada con solemnes goznes de voces rotas, paisajes en vela, miedo, mucho miedo.... Cuando se sufre nacen cosas como "Days of tears and mourning" salido de una iglesia quemada o "Sorrow! Sorrow! Sorrow!", cristales rotos, la garganta quebrada, la sed en el cuerpo.

Disco de larga duración, cuya escucha conviene tener el espíritu preparado, abrir las ventanas para alejar malos augurios, cerrar las manos y dejarte llevar ("Spite  alone holds me aloft"). Te puedes imaginar la vida de una persona con la forma de canalizar sus vivencias. Si oyes "Calígula" de principio a fin, puedes poner cara y palabras a los que en silencio están aguantando su rabia. 

No tengo nada más que decir. Simplemente hay que dejarse llevar por este enorme monumento a la tragedia. Impresionante.


lunes, 16 de noviembre de 2020

L'ENFANCE ROUGE. "Bar-Bari" (2011)



L'Enfance Rouge, el trio italo francés, es uno de los mejores secretos guardados de la escena europea. Sus trabajos, repletos de lugares comunes donde el avant rock se da la mano con el noise, y con la incorporación hasta de sonidos del Magreb (no hay que perderse esa bestialidad llamada "Trapani"), sacaron este "Bar-bari" en 2011 y te llenaron de espasmos y rabia. 

Si la inicial "Perquisitions", te entra de golpe con su nervio y su feedback, en la siguiente, el triste himno llamado "Grande Survie", te sientes como poseído por este huracán que todo lo puede, que fabrica emociones al vacío mirando todas la trayectoria musical de Sonic Youth  en sus sucesivas etapas. 

Asi son L'Enfance Rouge. "Gabès le soir (Maribor le matin")  es un pepinazo que te recuerda a la época más salvaje de PJ Harvey, cuando nos ladraba en discos como "Dry", y en "Vengadores (Tostaky/Le continent) cuentan con la colaboración del cantante de Noir Desir, que pone voz al tema más noise del lote. 

"Wa ana lastou Durduvyyan", es catarsis sin domesticar, a lo bruto, en caliente y que da paso a "Jadransko more" donde Chiara Locardi nos lleva de la mano hacia el exceso del grito magullado.  "Nada, nothing, niente, gar nitch, rien", es quizás la más me gusta. Lenta y misteriosa al principio, brutal en su desarrollo final. 

Para terminar "Merde, nous sommes presques morts", la mejor forma que tienen para si no lo has hecho ya, conseguir toda la discografía de esta monumental banda. 


viernes, 13 de noviembre de 2020

AEROGRAMME. "My heart has a wish that you would not go" (2007)


4 discos dieron vida este cuarteto escoces comandado por Craig B, siendo este disco de nombre tan largo es que les aupó (algo, no mucho) en las listas independientes de la época. A ello ayudaba su lirismo que embriagaba como hacen constar con la  inicial "Conscious life for coma boy" con su épica de guitarras ensimismadas.

Digamos que Aerogramme podían pasar por el lado más amable y comedido de sus paisanos Mogwai. Sus temas están repletos de arreglos ("Barriers"), sin acercarse a las explosiones de sonido del post rock, más cercanos a un indie rock con algún trallazo que no levanta mucho la voz. 

 Les sobra en ocasiones un acercamiento al lado más pop, como sugiere "Exists", pero con regalazos sónicos como "A life worth living" se lo perdonamos. "Finding a light" va de balada curtida en experimentos de cuerdas y arreones siempre con el freno en mano, y "Living Backwards" se hace un poco largo en su acometida de conseguir crear expectativas. 

El cd va de mas a menos en cada escucha. Las primeras parece que la explosión esta cerca, pero al poco la contención excesiva desequilibra el ambiente general ("Trenches"), donde la baja niebla pernocta en espejos rotos por cadencias falta de energia ("Nightmares"). 

Al final, lo que se prometía como un viaje de luces y parafernalias, se queda en un intento vano que se acerca más un britpop bastante soso, que pierde fuste sin remedio con cada oída. No, Aerogramme no son Mogwai.


miércoles, 11 de noviembre de 2020

IDLES. "Ultra mono" (2020)


 Qué ganas que teniamos todos de hincar el diente al ultimo trabajo de Idles. Que manera de empezar un disco cuando tu dedo se topa con el play y empieza a escupir los altavoces "War" con la colaboración estelar de David Yow de Jesus Lizard (aparece en tres cortes más). Un abrupto punk, un golpe en la sien, un boomerang de rabia. 

Talbot y sus chicos siguen en la linea del frente. De allí ni dios les apea. "Grounds" te sumerge en un caos de ritmo minimal, hecatombe de ruido y furia que no cesa. Como "Mr. Motivator" y ese pedazo de frenesí que crean en cada instante. 

Idles siguen siendo peligrosos.  Continuan repartiendo bilis sin parar, sin ton ni son, abrazados a una calentura repleta de tensión, creando hits de esos que no se tararean, que nacen para ser objeto de desenfreno, de baile total sin posibilidad de parada ("Anxiety"). 

"Kill them with kindness" es como escuchar una jauría de perros rabiosos recorriendo las calles con ganas de bronca, de armar jaleo sin detenerse en las consecuencias. La jarana continua con la espídica "Model Village", y el punk se hace fuerte cuando suena "Ne touche pas moi", con ese grito de francés macarra subiéndose por las paredes. 

Ya he leido críticas poco positivas de "Ultra mono". La falta de hits (eso dicen) hace para muchos que el disco decaiga algo. Para mi es quizás la falta de hit lo que mejor se puede decir de él. Defienden su música como mejor saben sin detenerse en contemplaciones ("Carcinogenic"). En "Reings" hacen de las clases altas el objeto de su inquina, con un saxo que trama peligro, en un tema repleto de músculo y visceralidad.

La nota divergente de "Ultra mono" es "A hymn", de lo mejor del lote. Tranquila pero amenazadora, post punk a borbotones, lija sónica, joder que forma de dejar la red para cazarte con su serenidad de gasolina. 

En junio si el dichoso virus nos da algo de tregua, les veremos por aquí. Les esperamos como síntoma de que la vida vuelva a ser como antes de la pesadilla. Tachamos los días del calendario, esperando que los de Bristol nos iradien sudor, fuego, punk. Ya queda menos.....


martes, 10 de noviembre de 2020

KLEG. "Zing" (1992)

 


Este pedazo de grupo es de esas joyas escondidas que ha dormido en el cajón de las especias musicales que tanto ha condimentado nuestra vida. La banda holandesa, sacó este enorme disco, producido por Lee Renaldo y mezclado por Luc Van Acker de Revolting Coks. 

Y la huella de Renaldo se hace patente, desde que se inicia el desgarro con "Diamanda", con ese punto donde divergen el art rock y el noise, como un mar inclemente de sonidos de esos que te provocan y te acunan a la vez. Gozada.

Canciones con títulos de una palabras que fabrican una rápida aceptación al oyente que cae con las volutas de distorsión controlada de "McKenzei", y con soberbios pasajes de improvisación como "Cindy" y ese decorado que dibuja de expresión brutal. 

"Jacky", es una gominola enjabonada con caligrafía de repostería eléctrica, y "Brenda" es puro Sonic Youth, pero mantenido una identidad de banda que acoge influencias para traducirlas con su propio lenguaje. "Intro" es un mazacote repleto de feedback" y "Alley" es mi favorita de entre este manojo de ruidista panorama acogedor. 

Tienen los temas de Kleg una patina inconformismo, de subversión, pero siempre acompañada con paradas en puntos intermedio para una meditación atropellada  ("Heather"). Sacaron a parte de este "Zing" una suite de 4 temas titulada "Eating and sleeping", también de recomendable escucha. Kleg, uno de esos tesoros que es puro disfrute su encuentro.


sábado, 7 de noviembre de 2020

ELUVIUM. "Copia" (2007)

 


Hay veces que la música es un analgésico, una inyección de morfina en tu corazón, un medicamento para prescindir de ciertos alientos oscuros. Escuchar a Eluvium, es como ver siempre llover protegido desde una aislada casa es un bosque sin más ruidos que tus latidos. 

Eluvim, el proyecto que navega entre el ambient, el neoclasicismo y la música minimalista, y que dirige con brillantez Matthew Cooper, siempre nos ofrece señuelos para perdernos en su coordenadas de suavidad necesaria. 

"Copia" fue su cuarto disco, y como el resto de su discografía, es todo un puntazo de principio a fin. El inicio sobrecogedor con "Amreik", los diez minutos de sinfonía natural de "Indoor swimming at the space station, o esa tristeza que rezuma "Seeing you off the edges", son sólo una muestra de este hechizante viaje. 

El piano te desgarra el alma en "Prelude for time feelers", y cuando llegas a "Requiem on Frankfort Ave", ya no te queda más respuesta que seguir envuelto entre las mantas, cerrar los ojos, dejarte llevar y ofrecer a la tranquilidad tu mano en el invisible silencio perfora asideros convertidos en vaho.

Cuanta belleza en "Radio ballet", cuantas veces que me he puesto esta semana "Reciting the airships" con su envolvente manto de caricias de rocío, o ese final llamado "Repose in bleu", que empieza entre la niebla más absoluta para sumergirte en un huracán de clasicismo atroz. Maravilloso. 

Hay días que parece que te vas a comer el mundo, que puedes con todo, que tiras para adelante sin mirar atrás. Otros sin embargo, avanzas como una tortuga, sin querer salir del caparazón, sin ganas de nada. Eluvium es una buena vacuna, sin efectos secundarios, un placebo que amansa y reconforta, el sonido de la perpetua levedad.


jueves, 5 de noviembre de 2020

LANDOWNER. "Consultant" (2020)

 



No hay que esperar mucho. Empieza a sonar los primeros acordes de esa bestialidad que es la inicial canción del cd, "Victim of redlining" y te comienza a salir humo de la cabeza. Y es que este ultimo disco de la banda liderada por Dan Shaw, supera con creces al también enorme "Blatant" (2018).

Lo suyo es punk minimal, repetitivo, correoso,a la vanguardia de los exabruptos, alienados contras las putas injusticias que rodean todos ("Phantom vibration"). Me los imagino girando con Idles. Lo suyo es distinto, pero la energía volcánica es de igual intensidad. 

Lo que empezó como una aventura casi en solitario del bueno de Dan, ha terminado como un compacto grupo de cinco componentes, repleto de aristas y argumentos suficientes para auparse en posiciones delanteras cuando hagamos nuestra personal lista de los mejores del año. "Swiss pavilion" es puro Minutemen y en "Being told you're wrong", les basta apenas un minuto y medio para encandilarnos con su leve catarsis.

Y es que Ladowner lo bordan se metan donde se metan. "This could mean something" y su post punk reiterativo; "Confrontation" y ese toque ochentero que les queda espectacular, o "Extreme youth", y su vendaval matemático de post punk.

Nada aburre en "Consultant". Te encuentras de bruces con una oleada de nervio, de tensión acumulada, de brotes de inquina maquillada con una potente instrumentación, donde los siete minutos largos de "Mystery solved" nos deja con la boca abierta de principio a fin.

En la parte final, otros himnos para llevarse a la boca: "Restraint" y sobre todo "Old Connecticut money", dos maneras efectivas para terminar esta caloría de bestialismo sofocado. Gran futuro para estos chicos. 


lunes, 2 de noviembre de 2020

EFTERKLANG. "Tripper" (2004)

 


"Tripper" fue el primer disco de este grupo danés que tanto buen rollo nos dió con su música minimalista, indietrónica con saber a rayos de sol, calorías íntimas con ínfulas de ratos de sosiego siempre mezclados con serpentina de vientos ("Swarming").

Todo "Tripper" es uí juego al escondite donde la voz de Casper Clausen suena a trompeta de andar por casa, a suspiros de esos que siempre saben a mar como en la increíble "Step inside". Los daneses, que a posteriori nos siguieron dando buenas noticias discográficas, sobre todo con el descomunal "Magic chairs", elaboraron una concienzuda colección de postales de viento que nunca cesa ("Prey and predator").

La levedad de una burbuja que nunca explota ("Collecting shields"), o las descripciones que hacen de inviernos florales donde es fácil dormir en ensueños de película ("Doppelganger"), casan a la perfección con decorados de suavidad íntima como la hechizante "Tortuous tracks".

Para terminar, "Monopolist" y la inclemente "Chapter 6", dos maneras efectivas para meternos de lleno en este mundo de magia donde es fácil hallar tranquilas cabañas de madera de heno, o rocíos embriagadores.