viernes, 31 de diciembre de 2021

DAVID SYLVIAN. "Brilliant trees" (1984)

 


Acabamos este aciago año (y ya van dos), a lo grande, con la recuperación del que fuera el primer disco del ex-Japan, el gran David Sylvian. Y es que recurrir a músicos como Sylvian antes de las campanadas que van ha cercenar a 2021 nos garantiza por lo menos que nuestros oídos se llenen de una amalgama de floriruras que van del funk, al jazz, al artpop. en fin un puntazo de principio a fin. 

Empieza como un huracán con la funk y brillante "Pulling punches", con un sonido avasallador, de esos que con todo el tiempo que ha pasado suena como si el reloj se hubiera parado. Y mucha importancia de lo que suena por aquí lo tiene sus acompañantes. A parte de sus excompañeros Steve Jansen y Richard Barbieri, el elenco de socios que le arropan es para temblar: Holger Czukay, Mark Isham o Ryuichi Sakamoto, son sólo una pincelada de la razón por la que "Brillant trees" suena como suena. 

En "The ink in the well", aparece como en muchas partes del lp, referencia a artistas, escritores (es este caso, Sartre y Cocteau), y es desde el inicio una pieza delicada y a la vez artesanal, con la voz de Sylvian comiéndose el aire y los músicos suspirando jazz de media jornada, en la noche, donde los neones reviven las circunstancias del sentir. Increíble. 

Qué pasada que el 31 traiga estas sonoridades, estos festines para los que nos sentimos exquisitos en nuestras necesidades musicales. "Nostalgia" es una serenata reflexiva, un tranquila disquisición repleta de colina de tensión interna y "Red guitar" , el single estrella del álbum, con el sonido del piano que teje la telaraña de una canción que en aquella época que hablamos podría discutir el puesto en la listas a cualquiera de los atribulados grupos que llenaban minutos en los programas y en la prensa. Puede sonar comercial, pero es sólo apariencia. La composición es una amalgama certera de una conjunción total de unos músicos que estaban en pleno estado de gracia. 

"Weathered wall" es otra de las joyas que no tienes que perderte de "Brilliant trees". La melodía que nace de la voz de ruiseñor de David, la fogosidad instrumental en un marasmo de delicadeza, los rasgos eclécticos que te seducen desde su inicio, y esa capacidad para hacer una música que estaba solo al alcance de unos pocos. 

Se va este funesto año, se va y que parta con vientos frescos. Es la 1 de la tarde, el sol entra por la ventana, "toc toc", toca el cristal mientras el tema que da titulo al cd con sus casi 9 minutos te obliga a volver a poner "Brillant trees" con los rescoldos y los últimos alientos de Sylvian. Que paséis una buena noche, que el 2022 sea fructífero, y que la MÚSICA, así en mayúscula continúe arropando nuestra hambre necesaria. 



martes, 28 de diciembre de 2021

DUCKS LTD. "Modern fiction" (2021)


A la pareja formada por Tom McGreevy y Evan Lewis, les basta apenas media hora para con sus diez canciones volvernos a traer al presente todo ese sonido jungle pop, C86, donde disfrutábamos como locos con bandas como The Wedding Present, The Feelies, o Beat Happening. 

"Moderns fiction", desde el primer disparo certero, "How lonely are you?" es un catálogo de todas las bondades que tuvo el sonido mencionado en el párrafo anterior. Cómo no sentirte de nuevo joven cuando te pones "18 cigarretes" y esa melodía que rasca unas guitarras que de fondo te convencen y te miman (hasta me recuerdan a Popsicle sin tanto frenesí). 

"Under the rolling moon", es un molinillo vibrante de carraspeo guitarrero que te hace sonreír de inmediato y "Fit to burst" con ecos indudables de ese kiwi pop de todas aquellas bandas neozelandesas que nos hacían mover sin parar. 

El minuto y medio de "Patience wearing thin" enlaza con la efectiva y torrencial "Always there" donde ponen toda la carne en el asador con su eficaz recuperación de esos sonidos que amamos los que tenemos los 80 y 90 como nuestros eternos faros donde posar nuestros oídos.

"Sullen leering hope" es para llevártela a la calle de paseo y "Twere ever thus" uno de los puntos fuertes de "Modern fiction", sigue la estela de una colección de canciones, que ahora que acaba el año no hace más que afirmar que en estos 12 meses hemos tenido la suerte de descubrir buenos y necesarios discos. 

Ducks Ltd., un viento que viene del ayer y se presenta en estos últimos días de diciembre como un boomerang volátil y a la vez consistente. 



lunes, 27 de diciembre de 2021

CHAFOUIN. "Toufoulcan" (2021)

 


En activo desde 2015, los galos de Brest, Chafouin, se sacaron de la chistera este artefacto que a la hora de definir su estilo hay que hacer un estudio paso a paso porque la verdad es que lo suyo es variedad y sobre todo ganas de hacer cosas distintas. 

El inicio es puro mathrock, con ese crepitar instrumental que nos recuerda a Shellac o Slint en a soberbia "Pas trop vite". Pero rápido cambian de registro, se las apañan bien para enrocarse en una cascada de sugerencias que van desde el vacile de "Piano assis", hasta esos desarrollos instrumentales que se envalentonan en una síntesis de electricidad y tecnología ("Des bras"). 

Hasta parece que no tienen ningún problema en usar la chanson francesa para reconvertirla en una boutade divertida como nos muestran en "Dire ouf". Más cercanos a la ortodoxia marcial, "Déterre" es una prueba más de que lo suyo nace de los silencios que se rompen, de la experiencia del ruido matizado. 

El bajo llena el tema "This eat", y en la más larga del disco, "En silence",  toman las rienda en una especie de post rock travieso. Más fuegos artificiales en "Paindemie" y "Post post rock" para terminar a lo grande con "Les fous". 
 
Chafouin, un entremés variado de céfiros alegres,  guitarras que juegan y permanecen un buen rato en tu memoria.  


jueves, 23 de diciembre de 2021

TH' FAITH HEALERS. "Imaginary friend" (1993)

 


Seguimos desempolvando el arcón donde guardo tesoros de esos de muchos quilates, de esos que fueron causa de conmoción cuando tuve conocimiento de ellos. Me refiero con ello a esta banda inglesa Th'Faith Healers, que tuvieron la mala suerte de nacer en una época en el que todo estaba copado, donde Pixies, Pavement o Sonic Youth  y muchos otros grupos más nos tenían alucinados. 

El caso es que fue mucho después de esos años cuando los descubrí. Casi de casualidad compré un vinilo que me llamó la atención, "Lido". No los conocía pero me deje llevar. De esas veces que te haces caso de la intuición y esta no te falla. Una borrasca de noise y distorsión, un abanico de melodía de suspiros que te crispaban. 

"Imaginary friend" fue su segundo disco (no sacaron mas que dos y 3 recopilaciones), y es igual de bueno que "Lido". Empiezan fieros y explosivos con "Sparlkingly crime" y en "Heart fog" es cuando son tan reconocibles con esa especie de shoegazing de ensueño violentando por el ruido y con la voz juguetona de Roxanne Stephen repartiendo estopa a diestro y siniestro. 
 
O "See-saw" y esa saña con la guitarra que no para de romperse y quebrarse mientras la banda parece querer hacer explotar tu equipo de sonido. Pero también sabían ponerse tristemente dulzones. "Kevin" es una muestra de ello, un caramelo envenenado, un cirio roto en medio de la oscuridad total. Maravillosos. 

Sus canciones están bien elaboradas, no falta nada, los músicos saben tocar y también se creen a pies puntillas quienes son sus influencias ("The People"). "Curly lips" es sinuosa y hechizante, y se dan el lujo de acabar con un tema que dura casi 20 minutos, "Everything , all at once forever" donde llegan al climax total. ¿A ver que grupo de aquella época (quitando a los que ya sabemos) se atrevía a jugársela así?

Th'Faith Healers, el día antes de nochebuena. Esto es un buen polvorón de burbujas sónicas, esto es un petardo de los que te hacen estar alerta. Puro disfrute. 


martes, 21 de diciembre de 2021

THE HIGH. "Somowhere soon" (1990)

 


Sólo sacaron dos discos, la superbanda formada por miembros de Buzzcoks y Andy Couzens guitarrista de The Stone Roses. Y es a estos últimos es los que más se acerca su sonido que es un grácil parpadeo de psicodelia en plan himno de esos de buen rollo ("Take your time"). 

En plena efervescencia noventera del britpop, The High son un punto, un divertimento que rápido se clava en tus oídos con melodías tan envolventes como la que salen de "This is my world", o tonadas que bajan en pistón en una ternura mentirosa, ("Ratter be marsanne"). 

The High suena a Manchester. A un Manchester lleno de esas bondades que cautivan por sus sonidos que manan de fuentes de colores siderales ("So i can see"), o pequeñas baladas para ronronear en silencio mientras entra en la habitación el invierno que empieza hoy ("A minor turn"). 

Pero cuando realmente son convincentes son cuando se encapsulan en su nave espacial de sonidos para volar ("Dreams of dinesh") cuando te intentan romper el corazón con arpegios como el single "Up and down". 

"P.W.A." es la mas currada y la que titula el cd es un abanico de burbujas que sólo podía nacer en aquella lejana y añorada época. The High, seguimos desempolvando el ayer, seguimos con la medicina de otros tiempos, aspirina contra el desaliento. 



lunes, 20 de diciembre de 2021

TEEN CREEPS. "Forever" (2021)

 


Casi acabando el año llega a mis manos uno de los trabajos más frescos y divertidos de este 2021 que se nos acaba. Y es que este trio belga, en este su segundo trabajo, tiene todo a su favor para que radiemos "Forever" cuando la nostalgia de bandas como Pavement o Dinosaur Jr nos acecha sin remedio. 

Empezar el disco con la potente "Seeing shapes" es pura fiesta eléctrica, distorsión que satura, melodía que te llega, como ese hit llamado "Signal dream" que bebe de Superchunk y les sale de maravilla. "Fall out" es la más punk del lote, sin perder nunca de vista esas dentelladas de melodía que todo lo inunda. 

Nos hacen falta grupos como Teen Creeps que asuman sin sonrojo sus influencias y tengan la capacidad de envasar al vacío postales desde los 90 a día de hoy ("Brothers"). Todo lo hacen bien, el cd pasa en un santiamén, rápido viaje hacia el recuerdo, con el volumen a toda pastilla, con el frenesí produciendo suspiros y señales de otros tiempos. 

"Hideaway" es tensión y dolor, rabia y pulsaciones que recuerdan a Replacements y la maravillosa "Toughen up" te pone los pelos de punto desde el inicio de su escucha. Luego viene "Defender" y ese torrente eléctrica que grita y la que titula el trabajo con su aire a Mascis que no pueden remediarlo. 

"Tourist" apuesta por la contienda punk de nuevo para terminar con la pausada "Crash/Land". ¿Qué más decir de ellos? Basta con dejarse llevar, escuchar el disco muchas veces o llevártelo a tus rincones más íntimos, explosionarlo en un vendaval de excesos. 


sábado, 18 de diciembre de 2021

THE FLAMING STARS. "Songs from the bar room floor" (1996)

 


The Flaming Stars fue la bendita locura que se sacó de la chistera el batería de Gallon Drunk, Max Décharné, y "Songs from the bar room floor" fue el primer trabajo  de un total de 7 discos, donde vemos por donde iban a girar los mordiscos de furia de una banda que tiene el rock and rolk, el garaje y el punk como bandera. 

Desde que suena "The face on the bar room floor", seguida por "Forget my name" y su cadencia de himno, es imposible no sentirse atraído por este influjo nacido en los 90 y que es una continua concatenación de canciones para el uso y disfrute de los que amamos la insumisión musical. "You can't lie" es puro indie rock y ""Who's out there?" sale de una cueva repleta de peligros. 

También tenían tiempo para mostrarse más suaves en sus intenciones como nos muestran en "Burnt out wreck of a man", para remontar la electricidad galvánica en "Bring me the rest of Alfredo García", puro rock and rolk con órgano incluido. 

En "Kiss tomorrow goodbye" vuelven a las carantoñas, para parecerse casi a The Pogues en "The Ballad of the walking wounded". Siguen sonando arcaicos en "Downhill without brakes" y "Theme from dog instruction", para recordarnos a Gallon Drunk en la energética "Back of my mind".

En la parte final predominan los sonidos más primitivos con pulsiones del tipo de "Like trash". En resumen, a todos los que seguimos con fervor a Gallon Drunk, The Flaming Stars es un buen aliciente repleto de sonidos añejos para hacernos disfrutar. 


martes, 14 de diciembre de 2021

CURRENT 93. "All the pretty little horses" (1996)

 



Este es uno de los discos donde sobrecogerse es obligado desde que se inicia este viaje a Hades con el inicio con "The long shadow falls". La banda de David Tibet, que empezó su andadura a mediados de los 80, y que tuvo etapas donde se les podía meter en el bombo de la música industrial, desarrolló a posteriori un cambio de registro notable, donde lo acústico y lo psicodélico se aunan para llevarnos de la mano de su mensaje oculto. 

Porque ocultos son los textos de David Tibet, esóterico y abisal, en "All the pretty little horses" se rodea de un elenco de músicos que dan todo lo mejor para que esas notas funestas que presagian apocalipsis, te mezan en una nana siempre fatal. "Calling for vanished  faces I" con su flauta rural, "The Inmost night" con ese aire a misa negra, o "This carnival is dead and gone" una especie de folk de ultratumba. 

La muerte, el dolor, el patripasianismo ( una de las tantas herejias perseguidas por los santos varones de la "santa iglesia"), y su extraña forma de cantar, todo es favorable para cuando escuches el disco lo mismo resuene sobre ti, en el alto cielo, las mismísimas trompetas de Jericó. 

Cuando Tibet se tranquiliza le sale bellezas del tipo de "The bloodbells chime", con piano incluido, para en "The frolic" llevarnos en sus 8 minutos a una danza macabra que no sabemos como puede acabar. La más dura de todo el lote es "Twilight twilight nihil nihil", una vesanía de corte medieval rodeada de un halo minimal que asusta. 

Y para terminar, la colaboración estelar de Nick Cave en "All the pretty horses" y "Patripassian", donde el australiano esta en su salsa, haciendo lo que mejor saber,  como crooner de la desesperanza, un dos delicadas piezas perfectas para un disco que como anuncié al principio, sobrecoge. No apto para optimistas recalcitrantes y si para degustadores de todo tipo de absenta musical, amantes impertérritos de las necesarias flores del mal.....


domingo, 12 de diciembre de 2021

LOST HORIZONS. "In quiet moments" (2021)

 


Un grupo formado por el ex-Cocteau Twins, Simon Raymonde y el batería de Jesus and the Mary Chain Richard Thomas, puede ser de todo menos malo. Y es en este su segundo trabajo, después del interesante "Ojalá" (2017), donde Lost Horizons nos desborda el corazón con un disco repleto de colaboraciones femeninas, de hechizos para barruntar emoción. 

Más cerca de Cocteau Twins que de Jesus and the Mary Chain, "In quiet moments" empieza como un tiro con esos dos hits duermevelas llamados "Halcyon" y "I woke up with an open heart", repletos de trompetas y swing, de noches de neón y encantamiento asegurado. 

Disco dedicado a la madre de Simon que murió durante la grabación del mismo, estas 16 canciones son todo un punto para los que amamos toda la discografía de Elisabeth Fraser y Raymonde. Pero hay más, mucho más. "Grey tower" es dream pop embaucador, esta vez con la voz de Tim Smith, y en "Linger", el duelo, y las ofrendas por la perdidas se encapsulan en la voz de Gemma Dunleavy dando al tema aires orientales. 

Porridge Radio una de las bandas punteras del nuevo post punk, también aportan su granito de arena con "One for regret", para que en "Every beat that passed" Kavi  Kwai se disfrace de Elisabeth Frazer en un tema que pudiera estar en cualquier disco de los Cocteau. 

En "Nobody kwows my name", te desgarran el alma con Cameron Neal llevando las riendas de la tristeza y queda paso a "Cordelia" otro de los puntos fuertes de un disco que emociona cada vez que lo escuchas con más intensidad. La que titula el cd tira de jazz y "Circle" es puro dream pop para deshojar margaritas cerca de una estanque sin fondo. 

Vaya gozada que Simon Raymonde después de tantos años alejado de la realización musical, centrado en su sello Bella Union, haya tenido la buena fortuna de volver con sus Lost Horizons. Me encanta el ritmo soul de "Blue soul" con Laura Groves y "Flutter", delicada nana que se desliza por la noche de los malos sueños. 

"Marie" con Marissa Nadler y el final con Keren Peris en "This is the weather", pone las velas a un trabajo que se aupará dentro de lo mejor de un año necesitado de bocetos musicales como el de Lost Horizons. Y es que donde se meta Simon Raymonde.... Ahora me gustaría saber donde se ha metido su media naranja en Cocteau Twins. ¿Elizabeth donde andas.....?


viernes, 10 de diciembre de 2021

TWO GALLANTS. "The throes" (2004)


 Con este disco empezaron su andadura el dúo californiano compuesto por Adam Stephens y Tysol Vogel, los cuales desde el comienzo supieron hacerse un hueco en el panorama actual de la época por esa mixtura tan atrayente que mezclaba los tonos folk con una actitud y un sonido que bebe tanto del punk como del blues. 

Los dos primeros temas de "The Throes", "You losin'out" y "Two day short tomorrow", se puede percibir esas maneras que beben de la tradición folk norteamericano, para reconvertirla bajo los dictados crudos de esta pareja tan singular. 

Y en medio de todo, pequeños hits que se todos recordamos como la fabulosa "Nothing to you", o la desértica "Crow Jane", más cercana a la ortodoxia. La armónica en "Fail hard to regain" casa con la sacudida eléctrica que viene a continuación, y los ocho minutos de la que titula el trabajo, es todo un compendio de las virtudes de ambos músicos. 

"Drive my car" tiene nervio de principio a fin y "My Madonna" continua con el pensamiento en los tugurios del oeste, con el drama por venir, con la sensación continua de peligro. Lo bueno que tuvieron Two Gallants fueron sus inicios, sobre todo este lp y "What the toll tells", luego se fueron diluyendo en producciones más bien reiterativas.

A los que aun no les conocen, este "The throes", les flipará seguro. Yo me quedo con él, sin duda, la mejor muestra de todo el talento que tenían y que se percibe en cada surco del disco. 


miércoles, 8 de diciembre de 2021

THE FALL. "Extricate" (1990)

 


El primer disco de The Fall sin contar con Brix Smith, es todo un legado de esencias, de ese post punk calavérico al que nos tenía acostumbrado el desaparecido Mark E.Smith. Y es que esta claro, The Fall no se iban a perder la fiesta de los 90, ellos, que desde últimos de los 70  ya estaban dando guerra, les bastaba acicalarse, ponerse Smith la gafas negras, y seguir tomando anfetas en el escenario. 

"Sing! Harpy" es buena, como un misil minimal y temible, pero es que en "Extricate" tenemos a una de las mejores canciones de toda la historia de The Fall. Me refiero a la triste y melancólica "Bill is Dead", un puntazo de delicadeza, de ternura, de parte de un salvaje que siempre estuvo al límite de los excesos que a la larga le llevarían al final que tuvo. 

"I'm Frank" es para no parar de bailar mientras Mark sigue garabateando palabras en el viento, y "Black monk theme Part 1" es una viaje lisérgico a través de las ralladuras de olla típicas de este tahúr del post punk. Qué placer escuchar "Popcorn double feature" después de tantos años y sentir que no pasa nada, que todo esta en su sitio, que hay grupos que dejaron un sello y que serán irrepetibles y su mensaje imposible de copiar.

"Extricate" fue el disco 12 en la carrera de The Fall. Aunque les quedaría 20 discos más que hacer después de esta grandiosa obra de los 90. "Telephone ring" es electrónica y marciana y "Hilary" otro de esos himnos instantáneos que no parábamos de bailar en aquella añorante época. Y como en todos sus trabajos esos inicios tan caóticos que anuncian bajo la espuma una elaboración concienzuda y repleta de detalles ("Chicago now"). 

"The littlest rebel" y "And therein" es el ocaso perfecto de un discazo de principio a fin. Aun tendría que regalarnos buenos trabajo Mark E. Smith, pero este "Extricate" perdura en lo más alto junto a sus hermanos "Code:Selfish" (1992) y "Shift-work" (1991).


lunes, 6 de diciembre de 2021

THE FLYING LUTTENBACHERS. "Negative infinity" (2021)



Disco numero 15 de esta brutal banda liderada por Weasel Walter, un compendio de crudeza, noise, free jazz, punk, o como carajo quieras llamarlo. Porque salir indemne de las escucha de "Negative infinity" es sólo para valientes. 

Decir que el primer tema del disco, la absorbente y visceral "Fury of the delusion" es lo más accesible de este terremoto llamado "Negative infiniy", dice mucho de lo que nos encontramos en esta bomba de relojería. Veteranos en lo más profundo del underground, The Flying Luttenbachers construyen sonidos como el que sueña apocalipsis. Y eso que "Demonic velocities II" tiene tramos que recuerda a la última etapa de King Crimson. 

No nos engañemos, esto es un tour de force de ritmos disonantes pero siempre controlados, de una catarsis que se sostiene con una dureza sónica y que al entrar en ella no podrás salir así como así ("A depraved heart"). Cuando suenan free jazz es para espantar cualquier atisbo de sonoridad accesible ("Omnicide"), y cuando cogen carrera casi se acercan al black metal ("Mass manslaugher, ma'am"). 

Dejan para el final la borrasca perfecta. Los casi 20 minutos de la incontestable "On the verge of destruction" donde ponen todo lo que tienen en su haber para resumir los 30 años que llevan dando la tabarra, obcecados desde la cuevas más ignotas en la búsqueda de las sonoridades más perversas y controvertidas. La verdad es que asumiendo el reto para el oyente, es todo un placer toparse de vez en cuando con propuestas como estas. 


jueves, 2 de diciembre de 2021

THE DESERT FATHERS. "Spirituality" (2003)

 



El sello de Steve Abini es el que es. Lo que toca bajo su batuta de productor lo convierte en oro. The Desert Fathers estoy seguro que sin su mano no pasaría de ser un combo más con actitudes artys, pero escuchando "A pratical joke" te das cuenta que ese sonido destartalado que producen está repleto de un extraño hipnotismo. 

Y es que este trio neoyorkino con un solo disco en su corta vida,  supo aunar una amalgama de estilos que van del noise, a la psicodelia, reptando por un desierto donde te sumerges en lugares ciertamente peligrosos, ("Peace in that"), o te llenan de veneno de guitarras que nos recuerdan a Butthole Surfers como la desquiciante "Evolution". 

"The art of reason" es un rugido casi punk y en "Gloria in excelsis deo", todo su parafernalia cristiana estrambótica se da de cruces con una realidad repleta de lugares peligrosos, de siseos de esos que alarman. Pura dinamita.

"Pitbulls" es noise minimal, centrado en una concatenación de ruido, elaborando un sugerente paisaje de un apocalipsis formado por la amenaza de una tensión que no para de crecer un disco que se disfruta a tope. Sensación angustiosa que se repite en "Focus".

Para terminar este paseo por las fronteras del desasosiego, "Life after life everlasting" y "Transmorph", donde Albini pule el sonido de la banda hacia terrenos de una extraña introversión musical. The Desert Fathers, como un western de fantasmas, como una pesadilla de indsutrias abandonadas.

martes, 30 de noviembre de 2021

THE STROKES. "Is this it" (2001)

 

 

 
Para el que escribe sigue siendo algo que llega al bochorno el éxito que tuvieron una recua de bandas a principios del año 2000 comandadas por la bendición general que tuvieron de cara a la galería indie  The Strokes, el grupo de Julian Casablancas. 

Quizás porque uno vivió en persona los años 90 y esa explosión mundial de ideas, de inquietudes, de estilos, de parte de una generación irrepetible que nos hizo vibrar , banda sonora de esos tan lejanos 20 años que embadurnarmos con la fiebre de un ruido que nos hizo tan felices. 

Y es que cuando empiezo a escuchar este disco, pasando por el tema que titula el album y siguiendo por "The Modern age", solo veo un refrito sin ninguna gracia de The Fall, Television, o la Velvet, con más pena que gloria. 

Si alguien puede defender "Soma" sin caer en el sonrojo, es que quizás no se paró en lo que había antes, con más calidad y mejor en la forma y el método. O "Bafrely legal", copia fatua de The Fall desde el primer minuto hasta el final. Con el éxito en ventas de de este disco, se posibilitó que toda una manada de grupos insulsos del tipo de Franz Ferdinand, Artic Monkey, The Rapture demás torbellino vacuo tuvieran su minuto de gloria.

"Someday" dicen que era un hit de esos para radiar sin parar. Ja,ja,ja. O "Alone, together",lineal e insolvente. Asi transcurre uno de los trabajos más vendidos de la época, resultado de una mala asimilación de toda la música que amamos de los 80 y 90. El gran bluff de la música independiente, donde algunos creyeron que escuchando "Last nite" se encontraban con la gran panacea. 

Pixies, The Wedding Present, The Chameleons, Sonic Youth, Pavement, Dinosaur jr, Magazine, My Bloody Valentine, The Jesus and the Mary Chain, Ride, The Church, Magnapop, Mega City Four, The Sound...... Creo que sobran más palabras.....


domingo, 28 de noviembre de 2021

PART CHIMP. "Drool" (2021)

 


Tienen el honor de ser una de las bandas que tocan con el volumen más alto. Y es que los londinenses no se andan con chiquitas en este "Drool" donde la batidora que aúna sonidos de Mudhoney y de Sonic Youth funciona con una efectividad que asusta. 

Desde el comienzo con esos dos cañonazos llamados "Wallow" y "Back from the Dead", Part Chimp sintetizan con su algarabía sónica todo un argumentario musical que produce escozor  en cada minuto de escucha. 

Y es que el cuarteto es todo un referente actual si lo tuyo son el disfrute decibélico como ese laberinto guitarrero de "One in the eye".  Ruido que también convive con connatos de melodía como en ese pepinazo llamado "Clever", uno de los hits del año, ahora que ya va tocando hacer la selección de lo que más nos flipado. 

La que titula el cd es contundencia, energía que te descoloca, que te pide subir más el volumen, y "Up, with notes" la más punk de un lote que te deja sin aliento cuando acabas la acometida de sorber este ponzoñoso veneno llamado "Drool". 

"Dirty birdy" es lenta y agónica y "It's true man" es una sacudida nerviosa de agitación continua, pura adrenalina de una especie de grunge esquizoide. Ya casi acabando, "US is  A", otro certero mortero que arrasa y descoloca. Bestial. 

Part Chimp, para luchar sin duda contra los rigores del invierno. Una calefacción brutal necesaria y demoledora. 



jueves, 25 de noviembre de 2021

THE GET UP KIDS. "Something to write home about" (1998)

 


 Una de las bandas punteras del emo, nos regaló estos trallazos emocionales contenidos en este "Something to write home about", que empieza como un tiro con la veloz y contundente "Holiday", y no pierde el fuelle en ningún momento de la escucha. 

El curtido grupo de Kansas, no se han cansado desde sus inicios de atizarnos con sus melodías repletas de aristas ("Action & Action"),  y una ternura a prueba de bombazos en el corazón ("Valentine"), consiguiendo dejar atrás a unos que empezaron con mucho fuelle, como Weezer, y que han terminado siendo una triste parodia de lo que en su día fueron. 

Redondas composiciones donde retuercen sus guitarras con briznas de pop ("Red letter day"), o con sosegados oasis de calma ("Out of reach"), en medio de esas inclemencias de distorsión a las que no tienen acostumbrados, como ese hachazo llamado "Ten minutes". 

Con "The company dime" te meten en el bolsillo a los primeros acordes de canción y "I'm a loner  Dottie, a Rebel"  es todo un hit en toda regla del género. Así va transcurriendo un lp repleto de punzantes y vitaminadas disgresiones de emopop bien manufacturado, dotado de una agilidad juventud, conciso y a la vez hábilmente efectivo ("Close to home").

The Get Up Kids, sonidos desde la eterna juventud, que fliparás si en tu discografía existen cds de bandas como Mineral, Braid o Jimmy Eat World. 



martes, 23 de noviembre de 2021

THE CONNELLS. "Ring" (1993)

 

Este disco fue el que más éxito tuvo The Connells. Un compendio de lo que fue su carrera que empezó a principio de los 80 y que siempre estuvo jalonada de un tratramiento exquisito de la melodía, sonidos limpios que aterrizaban en los 90 con un trabajo que les dió bastante éxito. 

Los de Carolina de Norte, con los hermanos Connells como miembros fundadores y punto fuerte del grupo, sacaron punta sin mucho trabajo a composiciones sencillas ("Slackjawed" o "Carry y picture"), junto a pelotazos del tipo "'74'75", balada de reminiscencias celtas que escaló hasta en las listas comerciales a los puestos más altos. 

Tenemos que perdonarles que fueran teloneros en la época de los heavys Def Leppard (la verdad es que no se que pintaban con ellos), cuando suenan temas como la sensible "Doin you", o esa irresistible "Find out". 

A los que disfrutamos de los paisajes sonoros del tipo de Teenage Fanclub, The Connells es un buen acompañante. Aunque su sonido es tipicamente americano ("Eyes on the ground"), consiguen envolvernos con su hálito de sugerentes evocaciones "Hey You". 

Quizás, como punto debil, podriamos decir que hay ocasiones que su música se acerca de manera algo peligrosa a los standard de los que se escuchaba en las emisoras universitarias de la época más convencionales ("Burden" o "Any day now"), pero en conjunto su escucha es delicadamente agradable. 

Después de "Ring" fueron dando tumbos hasta el final con el soso "Old school dropuots" (2001). Queda "Ring" como recuerdo de sus buenos momentos. 


 

lunes, 22 de noviembre de 2021

BANTAM LYONS. "Mardell" (2021)

 

Vaya pedazo de disco se han sacado de la chistera los franceses de Brest. Si lo tuyo es la épica post punk, los himnos evocadores de otros tiempos, "Mardell", te hará disfrutar de principio a fin. Desde la inicial "Christopher Champagne" ya sabemos que este cd te acompañará en tus paseos por el lado íntimo de las cosas. 

Y si luego te pones "Wilhelmine" con esa sensación doliente que todo lo inunda, con esas guitarras que parpadean nubarrones, la cosa ya esta hecha;  los trallazos emocionales ya sabes que van a sacudir cada tramo de una escucha que se hace grata de principio a fin. 

En este su segundo disco tras el interesante "Melatonin spree", dan un paso más hacia esa corriente frenética donde la melodía marca las canciones, señala el camino a seguir, siempre orientada a recuperar el espiritu de bandas como Joy Division o Interpol. Porque "Philatélie frontale" podía sonar en cualquier disco de estos últimos, con su grandeza sónica, con su explosión contenida, 

La voz de Loïc Le Cam suena como una agujero de gusano por donde la tristeza se remienda sus costuras, llevando al quinteto a sonar solvente, sobre las ruinas en blanco y negro de cualquier recuerdo perdido ("Pintor"). El disco es adictivo. Pide escucha tras escucha. Te paras en "St Dô" y no te la quitas de la cabeza en todo el día, con esa tristeza que rezuma a cada segundo de canción y que secunda de una manera bestial "Ar stêr". 

Para terminar este paseo oscuro, "Branque" y "The lass of Brecon", dos maneras espectaculares de dar el colofón a un trabajo adictivo, de esos que marcan, a los que tenemos el post punk astillado en nuestros corazones siempre a la sombra. 

viernes, 19 de noviembre de 2021

FÜXA. "Supercharged" (2002)

 


La discografía de la banda del ex miembro de Windy & Carl Randall Nieman es para no perdérsela en ningún momento. Puro viaje psicodélico resumido en doce discos de donde destaca este "Supercharged" por su aire colindante con el mundo de la indietrónica y el postrock.

Y es que no hay cosa más fácil que generar burbujas sónicas del calibre de "Hide away" para meterte en un mundo repleto de una tranquilidad de esas que te murmulla silencios y ruidos blancos. Los de Detroit destilaban necesidad de generar corrientes de tecnología leve, posada en una especie de slowcore minimal como el tema que titula el cd. 

Hay tiempo para los experimentos sonoros del calibre de "420" y para meternos en una cápsula espacial cuando generan mecanismos sensoriales de atracción segura que te impelen a poner la música alta, para solaz de tus murmullos ("It was you"). 

Aquí las guitarras se conectan con los equipos electrónicos en una unión que produce bellezas del tipo de "The Formula", o irresistibles paseos por noches sin fin que vuelven y vuelven como el atrapamoscas llamado "We could be together". 

Para terminar este disco que apenas dura media hora, un pasote del estilo de "A little time alone", para ponerte sobre la pista si quieres completar una retahíla de trabajos que tienen mucho que ofrecer. Música para soñar. 


martes, 16 de noviembre de 2021

THE CAPE MAY. "Central city may rise again" (2005)

 


Este grupo canadiense solo sacó dos discos en su corta vida. Este fue el primero, y comandados por su cantante Clinton St. John, nos regalaron un puñado de canciones de esas que están repletas de tristeza y melancolía, postales a deshora que nadie espera ("Thing (summer in 6/4 time)", y odas que de repente te sobrecogen por un ímpetu que parece tormenta ("On sunprinted thumbs").

Slowcore que se frota las manos con el indie rock, suavidad que deshoja la margarita porque se resiente de vivir perenne en un mar de excesiva tranquilidad y que necesita el soporte fugaz de un grito que rompa montañas ("Hunting grounds"). 

Sin embargo, el estado natural de sus composiciones es el reposo campestre, la lírica entre tréboles y riachuelos que reflejan el sol y que este a la vez ilumina la sombra tardía de los recuerdos. "Central city may rise again" esta repleto de ecos que recuerdan a Red House Painters ("As a ghost"), de trastadas sentimentales que parecen brotar de corazones demasiados dañados como para convencerse de la salud de los sentimientos ("Address the royal we"). 

"Photographs of combinations" es sedosa y atrayente con su continuo flujo de sonido de guitarras siempre arrimado a la seda interior, como ese hit de la serenidad que se llama "Bullmarket frenzy", minimal y con detalles que nos recuerda al añorado Jeff Buckley. 

El segundo y ultimo disco del grupo, "Glass mountain roads" fue grabado por el mago de la producción Steve Albini, en los famosos estudios Electrical Audio, donde el frenesí eléctrico ganó la partida a la introversión sonora. Buen grupo estos The Cape May. 



domingo, 14 de noviembre de 2021

THE BEVIS FROND. "Little eden" (2021)

 


Atención todo el mundo,  atentos,  que estamos ante uno de los discos del año. Porque un disco que no puedes parar de ponerlo, donde sus canciones se te clavan cada vez que lo escuchas, merece estar en lo más alto del podio. Y es que pedazo de grabación nos ha regalado Nick Saloman y sus chicos.

Y no hay que esperar mucho en este doble disco para que se dispare la fiesta de melodía y distorsión. "Everyone rise" es como para que tus pelos de punta se mantengan firmes y uniformados tras esta hecatombe de melodía que remite a Dinosaur Jr pero a la manera de The Bevis Frond. 

Una banda que lleva en activo desde finales de los 80 y que no ha parado de producir temas para la historia. Y aquí hay una buena ristra de ellos. 35 años que llevan y parece que fueran chiquillos. Que sonido de guitarra en "And away we go", y que aires mods lleva "Brain fatigue" en su cabalgata. Pero cuidado con Saloman cuando se pone burro, porque te encuentras de bruces con ese mazacote indie que es "You owe me" y te echas a temblar. 

Y cuando se ponen tierno, suave como una seda sideral, hacen cosas como "They will return", para a continuación darle duro con "Find the mole". Que sonido de guitarra crujiente que suena en "Do without me" y que pedazo de himno es "The man in the garden". 

Aquí no hay desperdicio, aquí no hay canciones de relleno. El doble disco es ampliamente disfrutable de principio a fin con caramelos envenenados del tipo de "Cherry gardens", o pasotes que nos remiten a la mejor época de Teenage Fanclub, como "Numb in the head". 

Mi favorita es lenta y se llama "There's always love", pura sensualidad que escuece y duele a la vez que te penetra bien adentro a las primeras de cambio. Como la que titula el trabajo, con un estribillo de esos que puede romper el corazón mas duro. "Here come the flies" es otro cambio de registro con disparos de guitarra, como "Pasted all over" y su inocencia venenosa. 

Neil Young se asoma en bastantes ocasiones como en "My own Hollywood", y para el final, la traca definitiva esos diez minutos de "Dreams of flying", donde es la psicodelia la que se enmascara con un potente motor eléctrico. 

Lo dicho, no os perdáis este pedazo de lp, de lo mejor que ha salido en este año que se nos acaba. Nitroglicerina pura melódica, radiación de la buena, artesanía como la que antes se hacía. 



viernes, 12 de noviembre de 2021

LUNA. "Best of Luna" (2006)

 


Galaxie 500 siempre me enamoraron, siempre los tuve presentes en las escuchas de aquellos gloriosos años 90. Reconozco que la banda de su líder Dean Wareham, Luna, nunca me llegó a emocionar lo bastante. Ha tenido que pasar mucho tiempo para que me pueda reconciliar con su sonido, en este recopilatorio que repasa lo mejor de su carrera. 

Por que la verdad sea dicha, aunque el rollo que lleven dicta de ser similar a Galaxie 500, les cojo el punto de nuevo cuando empieza a sonar la vibrante "California (all the way)", o ese punto arrebatador que tiene "Anesthesia". 

Quizás eran prejuicios por haber dejado tan alto el listón del bueno de Dean, pero he de reconocer que estas 17 canciones son la mejor manera de volver a ellos. Como ese toque Velvet que tienen en "Friendly advice" o ese sonido que flipas de "Pup tent". 

Aquí están las mejores tomas de sus ocho disco anteriores (queda fuera claro está "A sentimental education" del 2017).  Y si cierras los ojos y piensas en los Galaxie, te puedes topar con "Slide" y podría figurar en su discografía. Rock lento y artesano ("Tiger Lily"), serenatas que se cruzan en tu camino ("Tracy i love you"), o exquisiteces del calibre de "Lovedust" o "Lost in space", nos dan una muestra más que representativa del valor de una banda que pardiez, no estaba nada mal. 

Yo llevo disfrutando esta semana con la voz de Dean en canciones como "Astronaut", considerando su nave espacial de sonidos acogedores un buen lugar donde poder marcharnos para alejarnos de este mugriento mundo que habitamos. Reconfortables. 


miércoles, 10 de noviembre de 2021

THE BLUE AEROPLANES. "Swagger" (1990)

 


Sin duda es el mejor disco de The Blue Aeroplanes. Y mucha culpa hay que echársela a Gil Norton (si, el mismo que produjo esas dos grandes obras de arte de Pixies que fueron "Doolittle" y "Bossanova"). Porque realmente es imposible no caer arrebatado con melodías del tipo de "World view blue", donde el grupo liderado por su cantante Gerard Langley subía enteros su cotización en la mejor época que ha habido en la música mundial. 

Ya antes habían realizados buenos intentos con "Tolerance" (1986) y "Spitting out miracles" (1987), pero es con este "Swagger", el disco que dejó huella, dejando una impronta importante en la época. "Weightless" suena melancólica y colosal, todo un himno triste que acaba en un maremoto de distorsión marca de la casa de Norton. 

"And stones", es puro sonido Manchester, bailar y bailar, perder el sentido, pero jamás el equilibrio. Pedazo de sonido, y pedazo de batería del hermano de Gerard, John. "Love come round" es todo un vacile que engancha y en "Your ages" les sale su vena más sentimental en otro de los puntos fuertes del cd. 

En "What it is" aparece a los coros Michael Stipe de Rem, y el saxo de Clare Hirst es el protagonista en la embriagadora "Anti-pretty" otro hits de esos atemporal, que perdurará y perdurará hasta el final de los tiempos. "Careful boy" me recuerda a Aztec Camara y "Car-scan hist'ry" pone la guinda, la más larga del álbum, extraña, casi post punk, todo un punto de final. 

En conclusión, recuperar a The Blue Aeroplanes es una necesidad a todos los que los 80 y 90 lo vivimos como ejes vertebradores del conocimiento musical que nos llenó (y llena y llenará) tanto. Todo un lujo. 



domingo, 7 de noviembre de 2021

PYRAMIDS. "Pyramids" (2008)

 


Un disco que cuenta con la colaboración de Jesu, el combo de Justin Broadick, es de esos que como minimo te llama la atención. Y si encima si das play para el inicio de la escucha  te encuentras con una brutalidad shoegazing del tipo de "Sleds", no tienes más que dejarte de llevar por este lava sonoro que fue el primer disco de Pyramids. 

Pero, no, Pyramids no son una banda de shoegazing. Lo suyo parte del black metal, pero lo hacen accesible, digerible, con sus ruidos imposibles ("Igloo"), con una corriente frenética de bestialidad que se hace amable porque tiene paradas en un mar de burbujas que te hacen volar en un mar etéreo de sueños imposibles ("The echo of something lovely"). 

Pero cuando se ponen iracundos no hay quien los pare. "End resolve" es puro noise galvanizado con esquejes de tecnología que da miedo y "Hellmonk", la más bizarra del disco, podía aparecer en alguna película de esas que nos tienen atados a la butaca con pavor. 

"This huse is like any other world" es hipnótica y bestial, como "Hillay", puro metal de ese que parece salir de una fundición de guitarras asesinas. En "Ghosts" continúan con el frenesí que no ceja para en "Monks" apabullarnos con el sonido de la batería que suena como si fuera a apagar el fuego del infierno. 

Un viaje difícil, un gran disco, que lo mismo se te atraganta, pero que hay que darle su tiempo. Suena a veneno y esa mezcla de estilos les hace que te atrapen sin pedir nada a cambio. La verdad es que pavor dan un rato. 


jueves, 4 de noviembre de 2021

THE BATS. "The deep set" (2017)

No hay que esperar mucho. Tan solo basta poner el dedo en el play y que empiece a sonar el disco con la maravillosa "Rooftops". Y es que el grupo neozelandés siempre supo agarrarnos bien nuestros corazones con esas melodías prodigiosas, con esas guitarras limpias y envolventes. 

Liderados por Robert Scott,  empezaron su andadura  a finales de los 80 y  en 2020 nos regalaron esa burrada llamada "Foothills", se nos muestran en "The deep set"  luminosos y radiantes, ya lejos de los fogonazos eléctricos de sus inicios, aquí los temas salen a tumba abierta a convertirte en fans suyos a la primera de cambio. Dime tu si puedes resistirte al poder embaucador de "Looking forSunshine" o a himnos del calibre de "Rock and pillars". 

Si tienes un mal dias escuchas "Walking man" y solución a tus problemas. No es de extrañar que Michael Stipe de Rem los citase como gran referencia y grupo a seguir. Alojados en el incombustible sello Flying Nun, el inconfundible sonido de neozelandés tiene a The Bats como uno de los mejores embajadores, con su caricia de cuerdas ("No trace"), con una ternura que explora sentires y te deja siempre con ganas de más ("Diamonds"). 

"Antlers" es uno de los puntos fuertes ( y aqui hay mucha tela) de un disco cargado de sitios donde detenerse, de musica con calidad extrema, artesania de orfebre, material para sonar a cualquier hora, en cualquier circunstancia. El preciosismo de "Steley gaze" te desborda cada vez que te lo pones y "Durkestan" es de esas canciones que seguro aparecería en esas recopilaciones personales que hacemos de vez en cuando para llenarnos de dicha. 

En la parte final (y apenado que llegamos al llegar a este ocaso), otras dos perlas tranquilas, lentas con movimiento, susurrando con una fogosidad siempre atenuada: "Shut your eyes" y "Not so good". ¿Qué más podemos decir de The Bats? No pierdas el tiempo si aun no los conoces. Tienen algo especial, imposible de refrenarse ante tal avalancha melódica. 

 

miércoles, 3 de noviembre de 2021

GODSPEED YOU BLACK EMPEROR."G_D'S pee at state's end" (2021)

 

El séptimo disco de la banda-comuna canadiense GYBE continua como cuando empezaron. Su propuesta no ha variado ni un ápice desde ese incio arrollador que tuvieron con ese glorioso disco que sacaron en el año 2000, "Lift you skinny...". 

Aquí comienzan con una especulación instrumental marca de la casa, llamada "Military alphabet (five eyes at blind)", para seguir en "Job's lament" y "First of the last glaciers" por esa senda tan reconocible en el grupo, repletas de progresiones instrumentales, de una catarsis repleta de fiebre, de paisajes donde es facil mecerse mientras acontece la lucha.

Pasajes oníricos que rezuman calma, distorsiones que son agitados bucles de sonido que se expanden por cielos perforados, por llantos que son reclamaciones para un mundo mejor ("Fire at static valley"). Uno de los puntos fuertes del disco es "Government came" y sus once minutos de desarrollo minimal, con toda la banda en pleno apogeo, acogiéndose a un festival de sensaciones al límite, donde las cuerdas apabullan, donde los silencios se apostillan con una decadencia que inflama los sentidos. 

Quizás para muchos el discurso de GYBE sea después de tanto años algo cansino, siempre doblegados por la fuerza motriz de una sinergia que avasalla. Yo sigo disfrutando con sus largos lamentos tristes, con su post rock encallado en una colina de nutriente ferocidad, de hipnóticos escarceos por lugares donde es fácil perderse en lo volatil ("Cliffs gaze/cliffs gaze at empty water´s rise..."). 

El ocaso del lp con "Our side has to win" con ese aire que recuerda a Eno, nos muestra a un grupo que aun tiene la capacidad intacta de sorprendernos dentro de unas coordenadas que no se han movido de unos parámetros que para los amantes del género, siempre han sido eficaces para llenarnos de una emoción siempre incontenible. 


lunes, 1 de noviembre de 2021

BADBADNOTGOOD. "Talk memory" (2021)

 

Discazo. El sexto disco de esta rutilante banda canadiense, es un discazo desde que empieza el disco con ese jazz progresivo donde dan el pistoletazo al disco, llamado "Signal from the noise", donde empieza el enganche a unas canciones que cada vez que las escuchas te gustan más. 

Lo más reseñanable de "Talk memory" es que ya no hay nada de esas pinceladas de hip hop que jalonaban sus trabajos anteriores. Aquí el jazz es un motivo para la creación de pasajes sonoros donde achican sentimientos, donde venden al por menor notas que fluctuan en maremotos de intensidad interior. 

Disco plagado de colaboraciones, la maravillosa "Unfolding ( Momentum 73)" cuaenta con la colaboración del musica Laraaji con su cítara construyendo soidos de ensueño. En otras piezas Babbadnotgood, se dejan llevar por el romanticismo como la lírica "City of mirrors" donde es el piano que toma las riendas para dejar paso en "Beside april" a Karriem Riggins con sus riffs acariciadores. 

Pedazo de tema es "Love Proceeding",  con Arthur Verocai y su saxofón voluptuso soplando las velas de una tarta de cumpleaños donde el goce de la escucha va subiendo a cada paso de canción por los rincones de tu silencio. 

En la parte final del cd, "Timid, intimidating" y "Talk meaning", vienen a corroborar la maestría de unos músicos en perfecta sintonía que acerca el jazz a los que no somos muy seguidores de este estilo. Un gustazo de un disfrute máximo. Super recomendación para estos días de lluvia que se avecinan.


 

jueves, 28 de octubre de 2021

FRENCH KICKS. "One time bells" (2002)


Unas pincelas de pop, otra de post punk de ese que no es muy oscuro y que no anochece, y por último unas gotas de indie sobre la paleta, y ya tenemos el lienzo de French Kicks, grupo que no pasará a la historia pero que si consiguió sobre todo con este su primer disco abrirse un hueco en la escena neoyorkina. 

Para empezar dejan claro sus intenciones con ese pequeño hit llamado "Wrong side" para armar un pequeño motin de post punk movido en "When you heard you".  Los teclados y las melodías de "Down now" les sienta bien, como bohemios en busca de un sitio, como retadores jovenes buscando esencias que les saquen del anonimato. 

El cuarteto liderado por Nick Stumpf, sin pretensiones profundas, son capaces de llenarnos la cabeza con ecos de los 80 como ese buen tema llamado "Crying just for snow" repleto de un doloroso romanticismo para nada impostado. "Close to modern" está entre Prince y Talking Heads y "Right in time" es un potente y sinuoso tratamiento de post punk juvenil con colores ambar y distensiones vencidas. 

"Trying whining" es levemente sombría y la que titula el cd, quizás la más floja, no convecen con un acercamiento algo pueril a la electrónica. Para el final, suben nota con "Sunday night is fair", pero siempre acomodados en un lugar sin el riesgo que quizás les hizo falta para ser algo más que un grupo más. 

Sacaron tres discos y se desvanecieron en el años 2008 como vinieron. Sin hacer mucho ruido, sin destrozarnos los timpanos, todo con calma, con excesiva calma....


martes, 26 de octubre de 2021

THE A-BONES. "Music minus five" (1993)

 

Si te gustan The Cramps, tienes que disfrutar como un loco con The A-Bones, banda de garaje rock de New York, formada por el cancante Bill Miller y que despuntó (como tantas y tantas bandas) en los 90. "Music minus five" fue su tercer disco, y desde que comienza la correosa "Bird diggin'", sabes lo que te vas a encontrar por esta cueva de viejas fragancias. 

Rock and rolk, tan solo rock and rolk, pero que gusto para el espíritu y para tus orejas ("The Claw"). Y es que una banda que se pone como nombre el titulo de una canción de The Trashmen, tiene muy claro que lo suyo son los bailes dislocados en salones con poca luz y mucho veneno, donde se respire ácido y siderurgia de sudor ("Donut run"). 

Vaya gozada "You oughta know", es oirla y no parar de bailar, de moverte como un poseso, de flipar por su rabia y su enorme potencial sonoro. Recuerdo cuando los conoci con su minielepe "Free beer for life!" donde aparecia un poli ingles rodeado de cientos de cervezas dando rienda suelta a una ebriedad compulsiva. Así es la música de The A-Bones ("Little bo Pete"). 

Alojados en el clásico label de rock and rolk Norton Records, la banda cumplía lo que prometía. Buenos ratos, buena diversión, nada de desgana, música desde lo profundo del abismo como esa bestialidades sonoras llamadas "Hully Gully" y "Come on comme on".

Toda la discografía de The A-Bones es un continuo frenesí, una dedicatoria al rock como elemento catalizador, como fuente inagotable de una fuerza primigenia que todo lo desborda. Oyendo temas como "Who the heck" o "Bonomo Twine time" te das cuenta que músicas como las de The A-Bones son incombustibles, que aguantarían hasta una explosión nuclear. 


 

lunes, 25 de octubre de 2021

ORCHESTRE TOUT PUISSANT MARCEL DUCHAMP. "We're Ok. But we're lost anyway" (2021)

 

Tres años después de ese magnifico disco que fue "Sauvage formes", el grupo suizo Orchestre Tout Puissant Marchel Duchamp, nos presenta por todo lo alto esta bella estampa cromatística llamada "We're ok but we're lost anyway" donde tienen cabida en su debida forma, estilos que orlan unos de los discos más creativos del año. 

Desde "Patient" con su post rock que se escrespa mientras la distorsión y los vientos se hacen con el motín de los silencios,con Liz Moscarola como tener de la experimentación,  pasando "Empty skies", minimal y corrosiva, tensa y desbocada,post punk, todo el disco es un suculento viaje de unos músicos que enarbolan la bandera del todo es posible.

"So many things (to feel guilty about)" recuerda a los holandeses The Ex, por su constante fabulación instrumental, con su tribal soniquete que se te clava en los siseos de la voz, ardiente jugada que emociona y derrite muros. Menudo festival de vientos y cuerdas, menudo paseo por la delicadeza crucial. 

Liderados por el bajista Vicent Bertholet, llevan desde el 2006 desde su centro de operaciones en Ginebra, con formaciones que van desde los 6 miembros hasta los 18, volcados con el krautrock, el jazz libre de ataduras, los ritmos étnicos, el post punk. Y todo lo hacen de maravilla. "Blabber" bien pudiera ser su pequeño himno, melodía que recuerda a Penguin Cafe Orchestra, con caricias de cuerdas y la voz de Liz festejando la algarabía que no cesa. 

En "We can we me" se decantan por sonoridades africanas para en "Flux" volcarse en una experiencia única de catarsis contenida entre voces a la sombra y hachazos minimos de guitarras saturadas. Todo una experiencia un album que acaba por todo lo alto con "Beginning" y sus ritmos funkys mientras los vientos reptan por el aire. 

Orchestre Tout Puissant Marcel Ducham. Apuntad el nombre. En las listas del mejor del año seguro que estarán en la cumbre. Una gozada. 


 


viernes, 22 de octubre de 2021

LOVE AS LAUGHTER. "Laughter's fifth" (2005)

 

Sus primeros discos eran un volcán de guitarras que ardían, de electricidad galvánica. En este "Laughter's fifth", penúltimo disco de su discografía, la banda de Washington viró hacia un rock que mira de reojo y sin esconderse a Neil Young ("Survivor"), siempre con reflexiones melódicas que hacen su discurso atractivo. 

La banda de Sam Jayne ya no mejoraría ese gran disco que sacaron en 1999 llamado "Destination 2000", pero aquí hay lugar para el desgarro como en la emotiva "Every midnight song",o para mirar sonidos cercanos al glam como ocurre en "Dirty lives". 

Cuando mejor les salen las cosas es cuando padecen el efecto de la fiebre eléctrica de antaño y producen bestialidades del tipo de "I'm a ghost" o ese torrente hipnótico llamado "Canal street". Todo podía pasar en Love as Laughter, banda poco reconocida, y que tuvieron su pequeño islote de reconocimiento entre los oídos exigentes de la época ("Pulsar Radio"). 

En ocasiones se quedan en tierra de nadie, como la a ratos insulsa "Corona extra", pero logran salir del bache y recuperarse cuando casi parecen Pavement en "Makehift heart". En conclusión, disco que no te cambiará vida, pero que si que contiene un buen ramillete de sonidos que te harán agradable un mal día. 


 

martes, 19 de octubre de 2021

TERA MELOS. "X'ed out" (2013)

 

Vaya petardazo empezar el disco con un tema como "Weird circles", puro dislate de un mathrock efectivo, repleto de desgarro, con voces que te meten en un maremoto de guitarras que juegan al desenfreno, a  radiación total de electricidad. 

Y es que la cualidad que tenían esta banda de Sacramento, es acercar el concepto de indie rock a un enfrebrecido mathrock, donde los cambios de ritmos, el laberinto sónico, se veía rodeado de una poderosa cicatriz melódica ("New Chlorine"). 

Y es que si al trio se le une esa capacidad para la catarsis inmediata con la inclusión de pincelas juguetones electrónicas, estamos antes un divertimento de esos que ilusiona, que te hace pedir mas, como esa locura llamada "Bite". 

A veces recurren a especulaciones de calma ("Snake lake"), para al poco volver a dar guerra, con esa potencia de riffs que son una amalgama de seducción y de bella crispación emocional, como vemos en "Suburn". 

Hasta cuando parece que no pasa nada, que ponen el piloto automático, y se dejan llevar por la calidez y el arrullo en temas mas sosegados, ("No phase"), tienen suficientes aristas para completar un perfecto viaje de dulce especulación. Así hasta que llegamos a "Tropic lame",la cima de un divertido lp de esos que te puedes poner y poner y no cansarte jamás. 

Porque a Tera Melos no les hacia falta recurrir a progresiones matemáticas como otros compañeros de estilo (Ahleuchatistas, Dianogah o June o 44). Lo suyo participa de ese tendencia a la transgresión pero a su manera, buscando huecos, perforando feedback ("Slimed"). 

Pasote terminar el disco con esos cohetes titulados "Surf nazis"  y "X'ed out and tired". Brutales.  Desde Discos Pensados, no perdais más tiempo y os recomiendo sumergiros en este volcán. Y sino, probar con el clip....


domingo, 17 de octubre de 2021

MONO. "Pilgrimage of the soul" (2021)

 

11 discos van ya con la edición de este "Pilgrimage of the soul", y los nipones Mono, siguen siendo uno de los combos más solventes del post rock del planeta. Post rock, desde la canción inicial "Riptide",  un arañazo de distorsión, con guitarras furiosas que viven en una perpetua lírica que no se acaba. 

El grupo liderado por el guitarrista Takaakira Goto se emplea a la perfección con su contundencia habitual, y esos espacios en el vacío donde lo que mandan son los momentos cercanos a un clasicismo sobrecogedor. "Imperfect things" ya es un connato de esta magia que Mono tiene para llevarnos a una tristeza cargada de melancolía. 

Pero es en "Heaven in a wild flower" donde más te puedes sentir emocionado, con esos teclados tocando tu fibra más íntima, con ese sobrecogedor pasadizo de magia y sosiego, de luces cándidas que se visten con diseño de estrellas. "To see a world" es un perdigonazo de ruido que poco a poco va subiendo el volumen hasta crear cielos de colores ámbar e "Innocence" es épica hasta en la sacudida del rocío que desprende tu techo cuando la escuchas. 

Soberbios Mono. Tengo todos sus discos y nunca desfallecen en esa continua expresión por caminos de calma eterna, de luces apagadas, de motines de nieves que van y vienen ("The Auguries"). La más larga del lp, "Hold infinity in the palm of your hand", son doce minutos de frenesí envolvente, de circulares sonidos embriagadores que te dejan asolado en un confort muy especial. 

Termina este belleza eterna con el piano de "And eternity in a hour" y su mapa de lugares de silencios donde perderse cuando la necesidad por no ver a nadie hace que necesites música para apagar los berridos de los tigres que se suceden en el día a día indómito. 

Que placer saber que cuando me compro un disco de Mono voy a disfrutar al máximo. No me hace falta escuchar ningún tema antes. Me dejo llevar, me pongo el mono de trabajo de amanuense de susurros, me quito la espina que me daña en corazón y dejo que la música transite con calma y paz, y solo siento un gran sosiego. Un gran sosiego reparador.....



viernes, 15 de octubre de 2021

SONIC YOUTH. "NYC Ghosts & Flowers" (2000)

 


Cuando Sonic Youth sacaron este disco estaban realmente enfadados. El año anterior habían sufrido el robo de todos sus instrumentos musicales, y la banda decidió tirar por la tangente, sin tregua, no dejar ni un respiro en este el que fuera el álbum número 11 en su brillante carrera. 

Y eso que el inicio con "Free city rhymes", parece anunciar una tormenta contenida a base de arrullos y de esos arpegios demoniacos que parecen no querer buscar el cuerpo a cuerpo. En este disco no hay tintas medias, parece que quieren volver a la rudeza sónica de sus inicios repletos de ponzoña noise y de especulación instrumental donde Kim Gordon da pavor. 

El cuarteto está en plena forma, Thurston y Ranaldo se lo pasaron bomba ideando maneras de sacar sonidos cada vez más desquiciantes como se puede comprobar con la temeraria "Nevermind (what was it anyway)". Los reyes del noise nunca nos defraudaron. Sacaron dinamita de su agitada conjunción de paladines de la incorrección ("Small flowers crack concrete") y se atreven hasta con tonadas que podrían haber salido en trabajos como "Bad moon rising" como la impactante "Side2side". 

"Streamxsonik subway" es sonido marca de la casa con navajas en la distorsión y brotes de acero en música para no domesticar el ánimo. Como la que titula el disco, con ese comienzo sosegado y que va creciendo en sedición y tormentas.

Para terminar "Lightnin", otro estacazo imprudente, otro geiser que repele la calma, que es puro no wave. En conclusión, otra borrasca perfecta, otro disco que casa a la perfección en una discografía sin fallo de escritura. Sonic Youth, nuestros jóvenes eternos, nuestros años lejanos, los amos del caos sonoro. 



martes, 12 de octubre de 2021

TEAM DRESCH. "Personal best" (1995)

 



"Personal best" fue el primer disco del grupo de queercore Team Dresch, que en menos de media hora se ventilan diez pildorazos de punk rock de esos que levantan a un muerto ("Fegetarian and Dyke"),  siempre abiertas a los estilos que por esa fecha estaban haciendo el agosto entre el personal. 

Letras reivindicativas, acidez y ponzoñas en sus formas ("Hate the christian right!") y también porque no, pequeñas postales desde la trinchera del indie rock, como ese hit llamado "She's crushing my mind" o esa festiva y demoledora "Freewheel". 

Sacaron otro disco más ("Captain my captain") y una selección de singles y rarezas, pero es este primer trabajo, donde más se puede disfrutar de su pegada ("She's amazing"), de esos fogonazos de rabia que encabritan al más pacífico ("Fake fight"). 

En la misma liga que Huggy Bear o Pansy Division, Team Dresch van al grano, sin pararse en remilgos ("D.A. don't care"), sonando sucias y a la vez repletas de fundamentos para que todos sus mensajes tengan el mejor traje musical posible. 

"Screawing yer courage" es el final de este recordatorio a un grupo que no inventó nada pero que nos regaló un buen puñado de canciones para el recuerdo.