La verdad es que últimamente estamos de enhorabuena los que amamos los grupos que nos ofrecen sonidos con guitarras demoledoras, catarsis y melodía, sobredosis de adrenalina, ferocidad que puede con todo. Si antes caímos deslumbrados con los trabajos de Cloud Nothing y Cold Pummas, ahora toca a Meat Wave.
El trío de Chicago cuenta con la producción ni más ni menos que de Steve Albini. Y la verdad es que desde que empieza a sonar la brutal "To be swayed", notas que sí, que aun hay esperanza para los volcanes que desgarran.
"Tomosaki" es una voluta de ácido al viento, un aullido frenético que perfora y hace daño. Sonido demoledor, para subir volumen, para votar punk. Chris Sutter el vocalista, quiso plasmar en el disco su separación tras 12 años de relación y la verdad es que la angustia la ha sabido plasmar de una manera efectiva.
Suenan casi a mathrock en "Leopard print jet ski" y "Bad man" es una bizarría donde los tres se colapsan en un griterio que da miedo, con una velocidad endiablada, con una pegada de esas que dan vértigo. "The incessant", grabado en el sello "Upset! the rhythm" conocido por su afición a no caer en el acomodo, sirve de cobijo para este pedazo de disco que hace que no pares de ponerlo en tu equipo.
Me gustan cuando parecen sosegados, como en "No light", abriendo campos para sus formas de generar campo de expansión de la energía sin controlar. Punk en estado puro es "Glass teeth", y la que titula el disco es un himno marcial, de esos que resquebrajan ventanas, que dejan astillas en el corazón. Dinamita pura.
La opresiva y postpunk "Birdland", nos dice a las claras que estamos ante un combo que no se le pone nada por delante, que son expertos fabricantes en cócteles para la sanación de nuestra apatía. Para terminar "Killing the incessant", la más ruidosa del lote, furibunda y retadora. Grupazo a tener en cuenta, gozos de distorsión.