jueves, 31 de diciembre de 2015

AMERICAN MUSIC CLUB. "The golden age" (2008)


En los 90 fue la banda que alumbró mis tristezas. "Everclear", "Mercury", o "San Francisco", fueron discos que me puse hasta en las venas del corazón. Me compré sus vinilos, me los grabé en cintas, y paseaba mi mal de amor por vagones de metros y trenes que arriban a sierras siempre llenas de confetis y fuegos artificiales.

Mark Eitzel fue el culpable de esta buena droga, de una catarsis que me dejaba impávido, pero daba fuerza y soporte a mi tristeza. American Music Club, pedazo de banda, pedazo de grupo y pedazo de compositor el bueno de Mark.

En el año 2008 sacaron este su último trabajo, y desde que empieza a sonar "All my love", parece que el tiempo no ha pasado, que sigue Eitzel esforzándose en hablarnos de melancolía, con la guitarra a ristre de sueños y pesadillas. "The Golden Age" vino tras cuatro años de silencio, y la verdad es que es como si comenzará de nuevo a conocerlos.

"Decibels and the little pills" es una bella dentellada de medio tiempo rock, folk que te aprieta el corazón, fusiles de notas musicales que arrecian cordura mientras los lobos beben leche de madre henchida. Y el disco boga entre andamiajes suaves, pero sin perder nunca de vista un puñado de arreones de electricidad siempre contenida, completanto la jugada magnifica de unos tahures que siempre han estado a su bola ("The stars").

El piano que inicia "All the lost souls welcome you to San Francisco", juega a guiño soul, y "Who are you" es otra de esas preciosas gemas que te tienes que poner para llenarte de flemas de tragedia tu cara que a veces no comprende el devenir de la vida ni los conflictos de los dias. En los 90 formaron parte de ese batallón de elegantes rufianes que nos acompañaban tardes y noches, score de nuestros crecimiento como personas, marineros que nos clavaron el sabor de la sal en nuestra irreverente conducta dúctil.

Mágica es "One step ahead" y "The dance" acústica del querer, la batería siempre a paso ligero de rocío, y Mark llevando los caballos pastar en el bosque nostalgia. También hay tiempo para un poco de tradición americana, acordeón incluido, en "I know thats not really you", que da paso a otra balada de esas para registrar en tu memoria, "On my way".

Sin noticias de Eitzel en la actualidad, este "The golden age" me sirve para acabar el año. Para desearos feliz entrada en el 16 que viene corriendo. Me gusta esta elección para el finado 2015. Como sordina las voces en silencio se clavan en las paredes mientras las campanadas suenan a festejo. Mark sonríe, se quita el sombrero, enciende un cigarrillo, deja la guitarra en el escenario y se va a dormir bajo la sombra de un tilo. Qué recuerdos......


martes, 29 de diciembre de 2015

SOLEA MORENTE. "Tendrá que haber un camino" (2015)


Esté donde esté Enrique Morente, seguro que esta observando a su hija Soleá, mediante un telescopio de esos de amor eterno, que todo lo ven, desde la lejanía mas impactante. Y estoy seguro que Enrique debe de estar sonriendo cuando oiga "Yo escuche los cantos", canción que sin duda es pasar el testigo de una manera única de sentir el flamenco, abierto al rock, venas de Andalucia, rocío inmarchito.

Soleá se ha rodeado de músicos de la talla de Antonio Arias, J, Manu Ferrón, David Fernández, Eric Jiménez, entre otros, para hacer un eslabón perdido entre "Omega" y la juventud volcánica de una artista que va a dar mucho que hablar.

"La ciudad de los gitanos", (sacada de un poema de Federico García Lorca) con sus distorsión controlada y la voz de la Morente soberbia y grácil, salvaje y alucinadora, es una de las partes más álgidas de un soberbio disco que tiene múltiples recovecos donde perderse.

Su hermana Estrella también anda por aquí, y su madre Aurora Carbonell, así como Jose Enrique Morente, todos para arropar con una manta de cariño a Soleá, que todo lo tiene claro, con una azucena en la garganta, con un deje colosal para perderse uno entre sus loas flamencas.

"Arrímate", con laúd incluido y con Jota de Los Planetas iniciando la cordura de la canción,  es otro más de los puntos más impactantes de un disco que deja huella, que es una algarabía de dicha y energía. Flamenco indie rock para alegrarnos las fiestas.

Y "Están bailando", en plan sevillanas, con letra popular y música de su padre es un compendio de todo el arte que lleva Soleá. Suculento rock flamenco con las guitarra de Paco Luque y J.,  y las castañuelas de Estrella para que podamos devorarnos en silencio y clamor.

Los tangos de "Solos tú y yo" son una pasada, tamizadas por un sesgo de canción pop, donde de nuevo la guitarra en la penumbra de J va marcando la sinceridad de un amor extremo, loco y difuso, domesticado por la rabia y la desdicha. Cada vez que la escucho, más me gusta.

La Bien Querida, que no me hace mucha gracia en solitario, aquí la regala "Vampiro", puro empuje indie pop, con traiciones de noches buenas, y horizontes que se encrespan en guitarras que acarician y te embelesan. Psicodélica es "Eso nunca te lo diré", granaina que parece de Los Evangelistas, punzada de dolor en el torax mientras llueve carantoñas y mares en un vaso de deseo.

De nuevo La Bien Querida, aparece con "Nochecita Sanjuanera", puro tobogán de emociones que se enredan y gritan, solsticio de amor, lunática alfombra donde sentirse a gusto mientras los rayos pelean catarsis y confort. Y ese frenesí casi de punk flamenco que se llama "Dama errante" es para dejarse los cuernos en el tablao mientras los altavoces se hinchan de fuego y coma etílico del sentir. Arte, mucho arte.

Si hasta hay un atisbo de canción electrónica con "Tonto". ¿Alguien da más?. Si, para el final lo mejor, "Esta no es manera de decir adiós", de Leonard Cohen. Los pelos erizados, la cumbre de todo un disco que cuando pase el tiempo será recordado con cariño,. "Tendrá que haber un camino", si, y Soleá, ha sacado de las cenizas del recuerdo de su padre una montaña de sentimiento, un rehacer el flamenco con las agitaciones de Granada, de unos músicos que estarán siempre a su lado para romper fronteras, para destejer ortodoxias. Increíble y voraz.

Para terminar "Todavía", pop con violín y cajón, rudeza de alma, ternura del corazón. Soleá Morente, mucho arte, mucho que dar, un enorme presente, un futuro por construir.



domingo, 27 de diciembre de 2015

volcano!. "Paperwork" (2008)


Discos Pensando no descansa. Con la resaca de Navidad todavia fluctuando entre copas de orujo y cafés un poco cargados, me ha llegado a mis manos este segundo disco de la banda de Illinois, volcano!, "Paperwork", todo un entramado de guitarras mathrock, juguetón y fertil, como una versión punk de Muse.

Porque esa es la sensación que me provoca cuando me pongo "Perfomance evaluation shuffle" con ese final de canción cantado en castellano en medio de un síncope de guitarras y baterias, que en "Africa just wants to have fun", se lo posan bomba acicalándose entre riff rítmicos y voces que se vuelven locas en esta ensalada de sonidos locos.

Si el primer disco de volcano! me dejo alucinado, "Beautifil seizure", (2005), este "Paperwork" te deja con la misma sensación de estar ante una banda que se pone el rock por bandera para transgredirlo, para estrujarlo con sus latidos y su rabia. "Tension loop" es una muestra de este sinvivir esbozando catarsis.

"Fairy tale" es punk,. Sin escrúpulos. Tensar la cuerda y explotar laberintos. Denso, arqueologico, mirando migrañas de sentir, padeciendo alambres en los brazos mientras las guitarras suenan a espanto. Joder con los volcano!.

Y "78 oil crisis" sigue con su verborrea arrítmica. Un puente entre la distorsión total, y el climax de la avaricia punk. Caos en el ritmo, post rock que aullenta serenatas, polución de horchata mientras cae la luna febril en la navidad dubitativa.

En "Sweet tooth" tiran por el mathrock. Pero para nada marcial. La voz eskizoide, se abollan los cerebros mientras entran en colisión todos los mundos del rock más demencial. Y cuando vuelven al castellano en "Astronomer´s Ballad", es para alucinar. Lenta, sinuosa, ranchera desbocada, luces que se vuelven locas mientras la banda juega al freak rock con pétalos en la sombra de la alucinación.

Que decir de volcano!. Imaginación al poder. Ruidismo, catarsis que todo lo inunda, palabras al por mayor en una desolada aspiración al frenesí. Y "Palimpsests" es otra carcajada de rock en coma, frente de batalla visceral, cartucheras de voces que crean luminarias en rasgados ojos de muérdago impoluto.

Me dispongo hacerme con los dos discos de la banda que me faltan. Una de esas experiencias gratificantes. Un veneno que te deja roto. Navidad lo llaman a estas tormentas....


jueves, 24 de diciembre de 2015

DANIEL DARC. "Chapelle sixteen" (2013)


Seis meses después de su muerte, salió este doble disco póstumo del enfant terrible de la chanson gala. Daniel Darc. El ex-componente de Taxi Girl, que se forjó una carrera en solitario brillante, en medio de una vida de excesos de todo tipo, falleció de un coctel brutal de pastillas y alcohol, dejándonos huérfanos de canciones provocativas, pústulas en el sentir.

El que en su día se rajó las venas como telonero de Talking Heads, en 1979, cuando Taxi Girl, copaba las listas con su pop de sintetizador, nos dejó para el recuerdo este cd en dos, para que nos regocijemos con el que nos dio discos tan recomendables como "Crèvecoeur", o "La taille de mon ame".

"Chapelle sixteen" es un compendio  ricamente excesivo de toda su obra. El inicio no puede ser más cautivador, con "Les 3 singes", entre violines y barroquismo, preguntándose porque le habían abandonado. Orquesta total, mientras Daniel se mira en el espejo antes de salir a actuar. En la mesa la droga para seguir, bajo las luces blancas del espejo el retrato de fin.

¿Se puede tener mejor inicio para este viaje de 29 canciones? Luego vienen los juegos del ratón y el gato, "Une place au paradis" y su rock glamuroso, o "Sweet sixteen" y su aire setentero que da paso a "Variations 5", lírica, sosegada, con la voz de Darc más profunda y absorvente que nunca.

La verdad es que dejó un buen testamento con este disco. "Les dernière fois" parece sacada de la discografica Stax records. Soul viejuno, provocación a raudales, climax removiendo sueños. Caliente, muy caliente. Luego aparece la contención, el piano, en "Des idiots comme moi" puro reflexión sobre uno mismo, sin rubor, ni silencio. Cada vez que escucho el disco, más me engancho a él. Una buena tunda de emociones para navidad. Casi te hace llorar "Période bleue" y "Ita Beila" es una ración más de serenidad programada para sentir el devenir de la vida de Darc.

El segundo disco empieza tranqui, con "Combien de battements" y "Bottes de skai", y mantiene un nivel de introspección general hasta que llega "Jeu à 13", puro festival de pop que sigue con la destartalada "Bonus lp12 guitare rock". Todo un tour de force intimo, especial, para recordar, este disco, de una figura atormentada, que vivió y murió con excesos y nos regaló una obra a recuperar. Bonito y bella postal de invierno este "Chapelle sixteen".





martes, 22 de diciembre de 2015

TACHENKO. "El comportamiento privado" (2015)


Lo han vuelto ha conseguir. "El comportamiento privado" es otro disco de esos de pop perfecto que solo Tachenko puede realizar. Los zaragozanos han pulido su sonido, se han afiliado al club de la melodía perfecta con Sergio Vinadé y Sebas Puente capitaneando una pandilla de irreverentes de sonidos de
ayer y de hoy.

"Los festivales de la fe", es la primera explosión de ardor informal, despistes y luces que se apagan y encienden para dar la voz a "Más madera", rutilante y mayúscula propagación de ondas donde es imposible guarecerse sin perderse en andanadas de olas que destilan radiación compulsiva.

Si "El amor y las mayorías" era una proeza de composiciones agradables y naif, "El comportamiento privado" es un buen cúmulo de firmas en el viento del ocaso. "Mentes maravillosas" es una pedaleo sin mirar la vista a tras, sombras quejumbrosas, caliz canalla que da la voz a "Declaración universal", cúspide de luces, enjambres de festividad.

"Estilo Internacional" tambien es otra muestra de esa maestria, orfebrería natural para hacer las cosas contando, relicarios de mañanas de sol esplendido, de voces consonante con oficio y ternura. Tachenko no es pop impostado, ni una banda glacial. Lo suyo son enredos de esos que te metes para no salir indemne.

"No tenemos nombre" y "Fuego",son otras granadas que tiran al aire para que el confeti melodioso se esparza por los campos de la levedad intranscendente. Lejos ya las evocaciones a los añorados El Niño Gusano, Tachenko tiene un sitio claro y visible dentro de esas bandas llamadas a repartirse pasteles de buen pop.


sábado, 19 de diciembre de 2015

CUELLO. "Mi brazo que te sobre" (2013)


Qué suerte que tenemos que bandas como Betunizer, Za, y Cuello (entre otras muchas) se hallan conjurado para vomitar rabia a discreción, andanadas de electricidad, comisarias de punk desbocado entre salpicadura de sudor y fragancias de lo viejo-nuevo.

"Mi brazo que te sobre" fue el primer largo de los valencianos, y la verdad que te dan ganas de ponerlo a todo trapo desde que se funde en tus neuronas hits tan increibles como "Estudiándote" o la que inicia este combate, "Trazo fino", puro volcán adrenalítico.

Jose Guerrero (también cantante de Betunizer) es el que se encarga de sacar a los perros salvajes a desbocarse por entramados sónicos que te apabullan y aturden ("Te veo sin valorarte"). En "Mi brazo que te sobre" hay mucha diversión, pero también mucha mala leche. "Tu bilis confiesa" contiene ácido sulfúrico, guitarras que braman, pero también una de esas melodías que suenan y suenan en el altavoz de tus orejas, salud para el espiritu, cetro de luz que arde y mata.

"Mosquetero débil cisne", es mi favorita. Puro ritmo sincopado, apocalipsis punk de hortensias electrocutadas por una mala racha de viento. Joder, cuanto bien, esta ponzoña que mana veneno de guitarras y guisantes envenenados.

Y luego dicen que no tenemos catarsis en el territorio ibérico. "En intriga te gano" me recuerdan a los Bichos en versión de cicuta. Me gusta la luz oscura de sus entrañas, escucho a Cuchillo me arden las manos de cuchillos eléctricos. Jalear, jalear y vomitar revolución.

Y "La terraza del amor" es un hit de esos que te pondrás este invierno para cambiar los villancicos por un poco de mala leche. Si, "Trae tu cara" su último disco, es la hostia, pero he querido ir a principio donde empezó la guillotina a hervir escalofríos.

La que termina el disco "La verdad" es la mejor manera que tiene Cuello para acabar este primer boomerang de entrañas ardientes, de raíces profundas de rock incómodo y rebelde. Tenemos aun esperanza en el devenir del rock independiente. Mientras sigan ardiendo las venas del Cuello, todo va bien...


jueves, 17 de diciembre de 2015

ENVY. "Atheist's cornea" (2015)


Ni Pelican, ni Mogwai, ni sus paisanos nipones  Mono, ni Explosions in the Sky, me producen un escozor tan mayúsculo como Envy. Nadie de los grupos comentados ha sabido conjugar con tanta esfuerzo y enjundia el post metal  o el post rock con el lirismo más atroz.

En este ultimo disco, Envy lo ha vuelto hacer. "Atheis't cornea" es desde el incio excesivo de "Blue Moonlight" un disco a seguir, a poner entre lo mejor del año que ya toca a difunto. No puedo mas que doblarme en éxtasis recogido, cuando suena la bomba de "Ignorant rain at the end of the world" con la voz como siempre de black metal, en un entramado de guitarras que te dejan sin palabras, desbordandote, desde el sol naciente para que la noche eterna te penetre con su capa inmarchita, nupcial.

"Shining finger" me rompe el corazón. Le he puesto en un plato, he sacado los cubiertos, ha sonado la musica de camara y dice que no, que prefiere a Envy, con sus ladridos de amor, con su imprudencia sónica. "Ticking time and string" es otra de esas vesanías melodicas que me deja loco. Ahora, mientras escribo, con los cascos en mis orejas, y la voz del averno de Tetsuya Fukagawa entrando hasta mis corazon, no puedo más que sentirme rendido, ante este volcán de rock inflamado. Los violines del fin de la canción me han dejado sin fuerza, pero voy a intentar seguir. Esto es muy grande.

Todo "Atheis't cornea" es tormenta. Aqui no dejan vivo a nadie. "Footsteps in the distance" es un maremoto inclemente, una luz en las entrañas de la dicha del postmetal. Una rosa que tiene sed y bebe amor mientras tu te acuerdas de los primeros besos que distes, que te dieron sin pedir. Joder, ¿porque siempre que escucho a Envy me vuelvo así? ¿Será el poder cautivador de las musas del postmetal? Sus alambres interiores, su puñetazo de tornillos de rocío.

"Two isolated souls" es la más ortodoxa del lote. Brutos tonos, puzzles de perdigones del sentir, caramelos de esos con ponzoña y estrías en la mente innoble. Y para el final, "Your heart and my hand" una ración de truenos, una beso para que no olvides que te quiero, una guitarra grabada a fuego en el corazón, Japon y el loto,y la llucia acida del querer, y el rock que te electrocuta. Increible. Sin palabras.



lunes, 14 de diciembre de 2015

CHELSEA LIGHT MOVING. "Chelsea Light Moving" (2013)


Si te dan el disco y no sabes nada de lo que vas a escuchar, y suena "heavenmetal" sobre los arrecifes de tus oidos, piensas que los Sonic Youth han vuelto a las andadas. Thurston Mooere se sacó de la chistera este disco, con la compañia de de Keith Wood, Samara Lubelski, y John Moloney, y la verdad es como asistir a un viaje del tiempo a la primera etapa de los jovenes sónicos.

"Sleepping where i fall" podria estar en "Evol", con ese final donde el caos se hace imperio, donde la voz y las guitarra de Thurston es una abrasiva colisión enfermiza. Pura adrenalina para fans que siempre queremos más de la vida y milagros de Sonic Youth  y sus componentes, causantes de que el noise rock se desparramase por la vida de muchos de nosotros en los 90.

Todo este disco homónimo rezuma calentura y ardor, velas de distorsión y caos. "Alighted" es un volcán rudo, áspero, una tormenta eléctrica que descarga violencia contra los cristales de la normalidad. Si, esto es una posesión diabolica. El espiritu de los Sonic Youth, ha tomado posesión de Chelsea Light Moving, y las guitarras ladran.

Todo el disco te seduce desde el principio. Hasta las coartadas melódicas como "Empires of time", estan repletas de guiños que te hacen imposible no disfrutar con esta vesanía comandada por Moore y  seguida a pies puntillas por sus compinches.

Chelsea Light Moving nació para recordarnos la grandeza de Sonic Youth, para reafirmar la importancia de Moore, Gordon y los chicos en esto de la musica independiente. Chelsea Light Moving nacio y murio con este disco, pero su potencia y sus octanaje ("Groovy &Linda"), no repara en contención alguna. Aqui todo son fuegos artificiales de esos que hacen ruido e iluminan los cielos bastante tiempo después de la tormenta.

"Lip" es esquizofrénica, corta, punzante y explosiva, como "Burroughs" te hace pensar en los años más oscuros de Sonic Youth, ("Confusion is sex"). La casi instrumental "Mohawk" da paso a otro de los puntos álgidos del disco, "Frank O'Hara hit", proeza de rayos supersónicos, vendaval de feedback, que es la antesala para el punk orate donde termina en disco con "communist eyes".

Chelsea Light Moving, todo un tratado de rugido, una punzada de clamor. Los jóvenes sónicos, ya algo más viejos, seguimos disfrutando con este escozor.


viernes, 11 de diciembre de 2015

PAPA M. "Hole of burning alms" (2004)


David Pajo tuvo el enorme olfato de formar parte de uno de los grupos que mas ha hecho por la evolución del rock independiente en los años 90: Slint. A parte de Slint ha estado también con Tortoise, The For Carnation, Royal  Trux o Zwan entre otras de sus muchas colaboraciones. Nadie nuevo es pues el amigo David, que en 2004 construyó este grupo Papa M, para dar rienda a su aire más post rock.

Disco instrumental que desde que suena "Safeless" sabes lo que te vas a encontrar. Tiempos tranquilos para una verbena de abrazos, rurales paseos para que sintamos el frescor de la tarde ("Vol de nuit"), mientras Pajo con su guitarra se convirte en brazo ejecutor de esa lisérgica experiencia que es un remanso de paz para gusto de los abecedarios idílicos de la música para dejarte llevar.

"Hole of burning alms", es una recopilacción de sus singles y de sus grabaciones perdidas por ese maremagnum que es la producción musical de un artista tan inquieto como Pajo. Y la cosa funciona. Nos hacemos una idea de las soflamas del artista, de su nivel exigente de creación. "Wedding song nº. 3" suena a festín, a colapso radiante, a mazazo en la mesa, boomerang especulativo, reflexiones en la barra de un árbol, viendo pasar todo en silencio.

Cuando suena "Mountains have ears" entran en liza las máquinas, tecnología al servicio de la fiebre, montañas de teclados que dan paso a "Vivea", pertrechada en una línea argumental sólida, reforzada por una tentación de peligro, por una catarata donde mediante lo minimal se intuye pueblos vacíos y algún amigo a la espera. También Pajo se entretuvo en confeccionar buenas versiones siempre a su manera. "Last caress" de Danzing, o los 16 minutos de "Turn! Turn! Turn!" de Bob Seeger, pura película de creatividad para aliviar males internos. Pajarillos al vuelo y frenesi compulsivo.

En "Travels in constants",directamente nos topamos con una canción de baile, dance para niños mayores que a partir del minuto cinco se convierte en una esponja de ambient. Cocteau Twins sin voz. "Up north kids no. 2", parece que viene de Louisville. Sonidos añejos, la guitarra que suena a madera enfebrecida, a pueblos rendidos bajo el impulso de los resuellos del abandono total.

"Xmas 1997", la pondré esta navidad aun balbuceante. Piano sin cola, pastillas de goma, felicidad a raudales, risas y niños. En fin, un puzzle variopinto de un singular personaje, espoleado por su califragia musical tan personal y sugerente.


martes, 8 de diciembre de 2015

TOUNDRA. "IV" (2015)


No me extraña que este grupo madrileño se haya forjado una fama y una buena legión de fans. Desde la cuidada edición de sus discos, hasta sus camisetas, y como no, lo más importante, su sonido, es el resultado de un trabajo bien hecho, de una carrera marcada por discos titulados con números romanos, donde el post rock se da la mano con el post metal. Aquí es todo post. Y funciona de principio a fin.

Han sabido continuar la idea de sus anteriores discos, pero ofreciéndonos en este "IV", un mayor signo de tranquilidad, aun sin perder toda la potencia kilométrica de su sonido. "Strelka" es una buena muestra de ello, de toda su rabia que perfora luces y detona hielos.

"Qarqom" es es una pasada, cuando sobre el minuto tres cincuenta empiezan el festival de guitarras que da paso a una necesaria especulación de post rock, concienzuda, matemática, crisálida, serpiente que pierde su piel en busca de esos zorros hambrientos que muerden y devoran. Casi 10 minutos de catarsis indestructible.

Toundra es un caballo desbocado, es una jauría de músicos que hasta en sus desgarros más experimentales como "Lluvia",  se dejan llevar por la nitroglicerina del ruido para que sin darnos cuenta, en "Belenos", tengamos en frente de nuevo a una barricada con cicatrices de memoria funesta, una épica encrucijada de guitarras que repican aires de grandeza compulsiva, cienos envidiables, remangarse los brazos y aplaudir granizos de feedback atronador.

Tranquila empieza "Viesca", guitarra acústica, medieval tiempo entre jara y rocío que reparte botellas de mañana al aventurero que quiera pisar los bosques frenéticos de la dicha buena. Dulce y especial, manto al hombro, la hierba y las nubes chicharras de sueños. Cuando más he vibrado es con la rabia y los tempos lentos y brutos de "Kitsune", donde se lanzan sin paracaídas a la estridencia y a la calma contenida. Suben el volumen, montan en bicicleta de tensión, arreones que son susurros que matan, bocanada y aire fresco. Un tour de force de post metal con paradas en la espeología del sentir.

"Oro rojo" la que pone el fin a "IV" es otro tobogán de cartas marcadas por esa explosión que en cada minuto  te hace seguir la estela de una banda grande, cuyos trabajos son mapas sensoriales para los que amamos las disgresiones guitarreras, las heridas del corazón. Los zorros sigue su paso, buscando una nueva madriguera, nuevas presas para alimentar a sus crías. Llega la noche, se apaga el disco, el buho real empieza a cazar....


domingo, 6 de diciembre de 2015

CAPILLARY ACTION. "Capsized" (2011)


Superdisco, superbanda, superdescubrimiento.  Suena "Methheads & Mormons" y no puedes más que quedarte boquiabierto. Swing, jazz, trompetas al viento, sacudidas nerviosas que te dejaran sin aliento. Capillary Action es una banda originaria de Philadelphia, con Jonathan Pfeffer como miembro fijo desde sus inicios.

¿Qué hacen Capillary Action  que les hace tan recomendables para tu salud musical? Que son una batidora que no para de mezclar ismos, de vanagloriarse por una fusión catártica de avant rock con frenesi y imprudencia jazz. "Expensive habit" es otra golosina envenenada, otro dulce de esos que te dan para que no te quedes tranquilo.

Experimentación y arte, jugar como chavales comprobando hasta donde se puede llevar un instrumento ("The castle is real"), con el saxo tocando a arrebato, compostura y fuego sin freno. Joder que pedazo de disco. "Phanatical" es avant rock con percursión del Caribe. No, no es una broma. Si llevas tiempo buscando algo que te pueda romper tus esquemas, eso son Capillary Action. Lástima que desde la edición de este disco no sepamos nada de ellos.

Por eso tenemos que disfrutar de ese desmán llamado "Sweepstakes", juguetona y traviesa, viento de cola con astillas en unos ritmos dislocados, pulsiones, y cuerdas que en directo tendrian que dejarte sin habla. "Stocks in short supply" es más tranquila, un folk de terciopelo, un programa radiados de ondas calurosas.

La que más me gusta es "Feeding frenzy", como si fueran una big band completamente orate, de ácido hasta las patillas, soberbio batiburillo ritmico que no pierde la cara al empeño de sonar demoledor. "Unnecessary surgery" divaga y sorprende con su aire explosivo, conjuga jazz y rock avanzado en una treta que levanta cielos. Hasta se atreven con el clasicismo más ortodoxo en "Brackish love", donde los violines suenan a cadencia barroca, donde el frente de batalla es el lirimo cautivador.

Necesitamos más grupos como Capillary Action. Rugen las calles, se espantan los males, se oyen los siseos de la rebelión. Emoción a raudales.



miércoles, 2 de diciembre de 2015

MONO. "Gone (A collection of eps 2000-2007)" (2007)


Reconozco que tengo una especial debilidad por esta banda nipona. Como también la tengo con sus paisanos Envy (pronto su nuevo trabajo en Discos Pensados). Ellos, y a su manera, han sabido concretar el desgarro de las guitarras con el dolor del corazón, como solo en sus mejores momentos Mogwai y Explosion in the Sky supieron hacer.

Si Envy es todo un baluarte del digamos post-metal/post-rock, Mono tiene una vena igual de potente pero con una vertiente más lírica, introspectiva que escupe vientes. En todo caso, igual de fuerte, corrosivo para el sentimiento, caballo desbocado que no se frena ni para llorar.

Siempre me han gustado las bandas que sepan dar a las guitarras este regusto por la tristeza, con vendavales de electricidad, con caricias que queman en ojos que ventean cataclismo. El disco comienza con el trallazo de "Finlandia",para abrir bocas, algo asi como una sacudida que te acribilla y te avasalla. Ya estas perdido, no podrás salir del laberinto.

Pocas bandas actuales han sabido sacar rédito al sonido para hacerte llorar de una emoción figurada. 15 minutos les basta en "Yearning" con ese comienzo suave, especulando con las cuerdas de la guitarra, para forjar la leyenda de un mapa sónico único, teniendo a Japón como enclave para lanzar suspiros. Las canciones estan en orden de aparición, del 2000 al 2007, para complacer a los que creemos que la épica bien entendida puede hacer del casi finiquitado genero post-rock, un bastión para prender emociones.

Y es que disfruto cuando suena en los altavoces "Memorie dal futuro", con esa calma chicha que te devora, con ese expresión musical que hace nacer en ti nostalgia y remordimientos. Mono no han parado de producir catarsis interior, de elevar el tao de la electricidad hacia cumbres de suavidad salvaje.

"Gone", la que titula la tormenta del cd, es una nana espectacular que te mece y te revienta, una pizca de amor, un beso en una cómoda de deseo, una orilla de un mar sin agua, solo deseo. Mono,  reinvidica sin querer el trono de los que nos dejan sin habla desde el principio al fin. Me gusta la orquestal "Rainbow", solo con sonidos de cuerda, arrrecifes y buceo entre bambalinas de paz interior, que da paso al fin en "Little boys (1945-Future), donde el silencio se sacia con una brava y enternecedora, fuego y especulación detonadora de truenos. Mono, fatuos organismo vivo, nutrición para el alma, slogan para los soledosos.