martes, 30 de junio de 2020

ASH. "1977" (1996)


Qué lejos queda el sonido de este disco, el primer trabajo de los irlandeses Ash, de ese infumable trabajo que en el 2018 sacaron, "Islands", sin defensa por ninguna parte, un insulto a lo que fueron cuando empezaron. 

Porque este "1977" es un puntazo, un disco repleto de pelotazos de indie punk vitalista, aguerrido, sentimental, "Goldfinger", y que empieza como una bomba con esa estridente y saltarina "Lose control". No me extraña que en año de edición des disco, 1996, se llevaran los parabienes de los medios y la gente cayese sin remisión ante un cúmulo de pelotazos de esos que te hacen sonreír. 

¿Quién no se acuerda de ese pepinazo que fue "Girl from Mars", con las guitarras echando chispas en medio de la voz inocente de su cantante Tim Wheeler. Apoteósico. O esa pesadez monumental que es "I'd give you anything", casi grunge en su contenido instrumental, aunque la melodía sea un aire fresco que te mece y renueva. 

Hasta cuando se ralentizan con la melosa "Gone the dream" funcionan como un reloj. Pero no hay tiempo que perder, los chavales tenían ganas de jolgorio cuando grabaron el disco, por eso el titulo del disco, referencia a uno año vital en cuanto pasaba en las islas, hace que escuchando "Kung fu", te sientas en una máquina del tiempo. 

Otro hit para la posteridad, "Oh yeah", hay queda eso. Como el frenesí continuo de "Let it flow" o esa bestialidad que se llama "Innocent smile". "Angel interceptor" es puro indie punk pop de ese para no parar de moverte y terminar la partida con "Darkside lightside", la más ruda de todo "1977". 

Luego me quedo con sus dos siguientes discos, "Nu-clear sounds" (1998) y "Free all angels" (2001), para irse diluyendo poco a poco. Pero siempre quedará este "1977". Buena cosecha. 


viernes, 26 de junio de 2020

EL LADO OSCURO DE LA BROCA. "Poderosa" (2016)


No hace falta esperar mucho. Le das al play y suena ese torrente de noise y shoegazing a partes iguales que es "Cartas al apostol", y su "cuida a los mayores" que tan necesario hay que gritar a día de hoy, y compruebas que lo que ofrece este grupo de zamorano percute y echa chispas. 

Tras un buen primer disco, "Beta", se destaparon con este "Poderosa" donde la tensión es el principal baluarte de un combo valiente y con arnica en su sonido ("Frenética"), y donde es imposible bajar la guardia porque para eso están ellos con su huracán de feedback avasallador ("Estados miembros"), o sus incursiones al kraut rock con vesanías como "Ciclogéminis". 

Te saturan el cerebro como y cuando quieren, viven en una especie de fiebre continua, rodeados de hálitos de sugerencias, de grupos que todos conocemos y amamos, pero siempre desde su propio y personal crisol, como la desbordante "La puerta occidental". 

"Trás-o- montes" es quizás la que más me gusta, una especie de hit para flotar, sideral y a la vez vivaz, con los pies en la tierra, con una melodía que te atrapa en medio de un enjambre poderoso de shoegazing. 

"Octo" es la más punk del lote y acaban con "Ardimiento" otra pócima para lavar pecados, repleta de ruidos y agitación. No perderse el trabajo que sacaron despues, "Salvaje oeste" (2019), donde continúan apostando por su voz propia. 


jueves, 25 de junio de 2020

CATHEDRALE. "Houses are built the same" (2020)


Si Inglaterra tienen a Shame, Fontaices DC o The Murder Capitals, Francia también ofrece su apuesta repletas de espíritu punk y garaje, de guitarras con melodías y urgencias vitalistas. Lo malo del invento es que ya esta escuchado todo lo que nos ofrece este "Houses are built the same". 

Ojo, que ni mucho menos es un disco malo, "The bet", es un hit de esos para saludar los buenos días, y "Aquiel" también tiene aristas siempre modeladas con mensajes contestatarios, suficientes como para que los demos por lo menos un aprobado. 

Lo único que pasa es que escucho "Right time" y suenan casi calcado a Fontaines Dc, y "Institutions" parece una versión actualizada de los primeros The Strokes. "Open your eyes" suena ideal para radios e "Hidden Museum" tira por la calle de en medio en una sucesión bastante lineal de los postulados de los grupos mencionados al principio del artículo. 

"Gold rush" te inunda de chulería y "Taste good" es otra canción de esas que se ve limitada por esa corriente punk ya que empieza a estar algo manida. Me quedo con "Reverence" y su electricidad que parece salir del promedio irregular del cd y con "Shine the light", otro festejo continuo de fuego juvenil. 

Lo dicho, si no hubiesemos caídos rendidos antes gente como The Murder Capital, hubieramos gozado bastante más que con la escucha algo monótona de este disco que te pide más. 


martes, 23 de junio de 2020

NEW PRIMALS. "Horse girl energy" (2020)


Suena "Blood & water" y la primera banda que se me viene a la cabeza es The Jesus Lizard. Como ellos, este trío de Minessota hacen de la energía y de los aullidos de guitarras un componente principal donde habitan en medio de un montón de sacudidas eléctricas, de rumores de agitación y revuelta ("A beast with two backs"). 

A trallazo sideral suena esa tormenta que se llama "Wax poets" donde exprimen al máximo esa intensidad que hace crujir suelos y ventanas, en un espasmo continuo de fiesta sin fin, de nubarrones de distorsión que son toda una locura bendita. Vaya sonido. 

Suenan punks en los casi dos minutos de "Coma fiend" y en "Wraith" se internan por sendas donde la guitarra cruza fuegos y catarsis que son enjambres repletos de veneno y supuración. La que titula este su primer disco es una especie de vals peligroso, de cadencia de cuna que es simplemente un espejismo de lo que se puede descubrir por aquí. 

"Modern lover" es retadora y fulminante, y "Soft bullet", quizás la mejor de todo el disco, es su especial hit para corazones turbulentos como los nuestros. Llamada a la insurrección, vibración continua y un buen puñetazo de rabia sin contener. 

Como suena "Break/fall/rot". Te arrolla por su potencia, por su ira que no se esta matizada, por ese sofoque que provoca en cada segundo de crudeza y noise rock crucial. "Tightrope" te hace mover sin parar y pone el punto final a un viaje de esos que te desarma y te pone a tono. Otro grupo más a seguir.



domingo, 21 de junio de 2020

DUSTER. "Duster" (2019)


Si hubiera algo de justicia, este disco debería ya ser un clásico desde su misma aparición en el panorama independiente. Y solo basta el inicio con sus dos primeras canciones, "Copernicus crater" y "I'm lost" para comprobar que la banda comandada por Clay Parton, tiene todos los mimbres para que el anonimato no sea algo que merezcan. 

Si sus discos anteriores, (sobre todo "Contemporary movement") era una muestra maestra de nuevos caminos para el slowcore, en este disco homónimo abren todo su arte para empaparnos con temas de esos que se clavan como agujas en tu piel, sedosos, melodiosos, extraños, repletos de pus para infectar comodidades. 

Lo bueno de este "Duster" es que el climax que crea es para perderse por la ternura que exuda sus tonos melancólicos, caricias que se pierden por laberintos de esos que siempre al final regalan fontanas con peces de colores ("Chocolate and mint"). Escuchando "Summer war" no entiendo todos los parabienes que se han llevado los Wilco, y que Duster solo recibe de fans que como el que escribe, se deja llevar por la música excelsa, esa que no sabe del tráfico de falsas promesas. 

"Lomo", en lenta para besar y decir viva el slowcore y "Damaged" juega con la electrónica en un pulso de susurros de esos que te llevan al paraíso de los sueños. Todo el disco es para comérselo con cucharadas a rabiar de felicidad ("Letting go"), hasta en las saturaciones casi shoegazing como "Go back", fuegos de artificio de confort y tensión. 

Mi favorita esta casi al final "Ghoulish", rara, extrema, decadente y barroca por partes iguales, una gozada de esas que te llevas por días a tu memoria. "Ghost world" es un himno de indie rock de toda la vida y el final con "The thirteen", otro lujo de esos que causa gran admiración. 

Lo dicho. Esperando esta uno que este pedazo de grupo salga de la capsula, que vuele libremente por los aires para que empape al orbe de una calidad de esas que pocas bandas pueden producir. 


jueves, 18 de junio de 2020

LANE. "A shiny day" (2019)

Hay veces que ocurre. Te encuentras con una reseña en una revista digital francesa con un grupo que se llama Lane y que el día 19 saca su segundo disco. Empiezo a escuchar un adelanto y pienso que esto me suena. Coño si se parecen un huevo a Les Thugs. Empiezo el rastreo de la banda y resulta que  el guitarra y el bajista estaban en la formación más cañera que ha habido del indie francés junto con miembros de otra banda, Daria, estos algo más relajados. 

Así que no tarde mucho en pedir el disco y en un día ya estaba bailando en la cocina como un poseso, vuelta a la juventud en media hora de guitarrazos y melodía, de abruptos de electricidad y de una pasión desaforada por hacernos gozar. Y es que escuchando "Stand" , el inicio de "A shiny day", ya basta para recuperar esos momentos tan lejanos como cuando cayó en mis manos discos tan sagrados como el "Seamonsters" de The Wedding Present. 

Hay veces que ocurre y la verdad es que el disfrute es tan intenso que hasta cuesta  mientras escribo el articulo y suena la muy Les Thugs "A dead man soul", estar sobre la silla y no desquiciarte en un baile brutal mandando a la mierda todas las comodidades musicales que nos agreden el buen juicio. Vaya sonido. El nombre viene de Love and Noise Experiment. Les viene como anillo al dedo. 

Te enganchan con sus urgencias, con su militancia en saber tener la receta en hacer canciones de esas que perduran, clásicos instantáneos. Y es que en el tercer track viene la que es mi canción favorita por el momento del año, un himno de esos que de tanto ponerlo en la cadena, ésta parece echar humo mosqueada de tanta repetición. Se llama "A free man" y tengo la piel de gallina cuando empieza a cantar Eric Sourice "i don't believe, i don't believe in your gods" y ese maremoto que consiste en una banda con 3 guitarras te deja noqueado, pidiendo que llegue el 19 para volar si es menester a Francia a conseguir su disco. Fuck Covid 19!!!!!!!!

Y es que esto no para. La melodía de "Clouds are coming", su medio tiempo que se convierte al poco en un huracán de distorsión, no hace más confirmar que Lane es el mejor secreto guardado europeo, un supergrupo que debería girar eternamente para expulsar la pena de nuestros corazones. Porque Lane irradian alegría, vuelta a los libros de fotos de nuestros 20 años, cuando ninguna sombra acechaba el trajín de nuestra bendita juventud. 

¿Y que me contais de esa epopeya en forma de suavidad que se llama "Red light"? Voy a dejar aquí un hueco de expresiones por que me quedo sin palabras. ¿Donde estabais Lane? "Winnipeg" y "Dirty liar" son otra dentelladas de poco minutaje pero que te abordan por su fogosidad, por su manera de contagiarte, por esos punteos que son la antesala de una tormenta que te hace mojar de pasión, de extrema pasión. 

La que titula el cd, una bala más que al explotar revienta blandas partes, otro hit más, otro portento que te hace subir más y mas el volumen. La verdad es que repito, me quedo sin palabras. A "Tea time" le basta un minuto y medio para saber que bien pudiera estar incluida en cualquier disco de los imprescindibles Les Thugs.

Acaban con la mas larga y elaborada de "A shiny day", los seis minutos de "Down the river", donde suenan casi post punk. Empece a escuchar el álbum el sábado, a fecha de hoy, llevare unas 20 escuchas y las que aun me quedan. Porque no se agota la sorpresa con ellos, porque la fuerza que irradian es un torrente de energía que te contamina, que te invade, que te agrada. Lane, mi banda favorita de 2020.  


martes, 16 de junio de 2020

COIL. "The ape of naples" (2005)

Este fue el disco de despedida que esta misteriosa y enigmática banda experimental nos regaló para el uso y disfrute de los que nos apasiona los paseos en barcas por Hades efímeros, por aguas siempre traslucidas donde las almas penetran hasta el confín del entendimiento. 

En 2004, falleció su vocalista John Balance, y el disco es una compilación donde se nos muestra la versatilidad, sutileza, y sobre todo la sugestión que creaban en cada uno de sus trabajos, lugares por donde perderse y siempre hallar nenúfares sónicos donde pernoctar entre agitación y calma. 

"Fire in the mind" y sobre todo los 10 minutos hipnóticos de "The last amethyst deceiver" son las primeras piezas donde se vislumbra el teatro musical que creaban, la repetición que atrapaba con la voz de Balance confesando palabras siempre bendecidas como salmos misteriosos. 

Peter Christophersen la otra parte de Coil, todavía con el dolor presente por la marcha de su colega, selecciona los temas que más representan la vida de un combo de esos que tuvo la profundidad y la búsqueda como principales componentes compositivos. 

"Triple sun" da miedo y "It's in my blood" seria una buena acompañante por si quieres empezar una velada con Swans y seguir con Coil. Folk oscuro es "I don't get it" y eh "Heaven's blade" hacen su aparición elementos electrónicos que casan a la perfección con la idiosincrasia de Coil. 

Todo Coil era así. Sus conciertos, un ritual, sus discos un regalo para los que amamos la transgresión ("Cold cell"). Para terminar este baile de espectros, "Amber rein" y "Going up", dos fogonazos de oratoria decadente que te pone los pelos de punta. 

Valga pues esta dedicatoria a una banda increíble, y este disco para los que aun no han caído en sus redes abrasivas. Enormes Coil. 




domingo, 14 de junio de 2020

DOG FACED HERMANS "Humans fly" (1981)




La pasión que el servidor tiene de explorar  tesoros ocultos en los anaqueles perdidos del tiempo dan gratificaciones tan inmensas como la de este grupo escoces formado a principios de los 80 y que son una joya de esas que deslumbra y rompe esquemas. 

Sólo escuchando la vesanía orate del inicio con "How much vegetation have you got?", con sus ritmos rotos y la voz de Marion Coutts haciendo del termino post punk algo peligroso, quedan convencido a la primera de cambio.  Y es que uno de los motivos por los que se les diferencia del resto de colegas de la época es por ese nerviosismo sónico que junto con el sonido de la trompeta, ("Maty Houdini"), les hace ser una autentica rara avis, colosal, atemporal y hoy plenamente disfrutable. 

Anarcopunks aficionados a sonidos cercanos a Dead Kennedys y al jazz, a la no wave y sobre todo al post punk. No me extraña que con temas como "Ballon girl" o "Cactus", convencieran a John Peel para llevarlas de paseo por escenario y televisiones. 

"Incineration" es un alambre de intensidad que se clava en tus pies y que les hacen no parar de moverse, y "Big Pot" es febril, rabiosa, venenosa, punk que se desboca y que llena la cabeza de otros tiempos donde la rabia construíaa mensajes tan edificantes como los de esta banda. 

Hasta se atreven con una especie himno folk en "The rain it Raineth", sedosa, tranquila, como para romper de golpe toda la tormenta que nos ha caído encima. La más larga y experimental del disco es "El doggo speaks", una especie de jazz noir extraña y esquizoide. 

Dejan para el final el tema por el que serán recordados. La mejor versión que se ha hecho jamás del "Bella Ciao". Te entran ganas de sacar banderas rojas por las calles y hacer barricadas en la puerta de tu casa. Joder que adrenalina. 

Dog Faced Hermans dejo huellas profundas a pesar de la mala suerte que tuvieron. The EX seguro que tiene toda su discografíaa, y todos los que amamos a Joy Division, Killing Joke, Gang of Fout o Pere Ubu, sentimos ese energía eterna bogar entre nosotros como si aun tuvieramos 20 años. Grandes, muy grandes. 




jueves, 11 de junio de 2020

SOOMA. "It's all about to change" (2020)



No hace falta esperar mucho. Solo cuando empieza a sonar la primera canción del segundo disco de este trío Zurich, "Alive", te das cuentas que este trabajo cuando acabe el año estará en el grupo de favoritos. Noise Rock. El estilo sigue vigente al ponerte a saco con la escucha de este pedazo de cóctel molotov que no te deja estar parado en ningún momento. 

La distorsión, la fiereza punk, el feedback, el enjambre sónico que destila cada tema es para gozarlo a un volumen de esos necesarios, alto, bien alto, y si puedes con los puños en alto, porque la ocasión lo merece ("Break it"). 

En ningún momento bajan la guardia, los 10 temas que componen "It's all about to change", son cuchillas afiladas que en "Slow mess", con el bajo como principal daga exploradora, no pierde de vista cierto toque melódico que hace recordar a los añorados Les Thugs. Un auténtico escándalo lo que crean en apenas media hora. Puñetazos contra cielos, furia sin domesticar, rabia que nos hace jóvenes de un buen ostiazo de sonido. 

"Materiales humanos" es otro himno para continuar la batalla, para vibrar con la sedición que provocan con esa salvaje ola de brutalidad que parece quiere derribar muros y condenas. Como "Hail, inhale" que parece fabricar una hecatombe a cada segundo que avanza la canción, trallazo donde la guitarra parece que esta poseída y que da paso a "1141", la más punk de este lote tan descomunal. 

Se le agotan a uno los adjetivos para definir el torrente de energía que despide este disco. Es pura dinamita, todo en su sitio, lacerante sonido que en directo tiene que provocar temblores de tierra o llamadas a la insurrección. Mi preferida, "Blue light" es como un helicóptero que mueve sus aspas y se lleva todo lo que hay en tierra. Asfixiante, pulsiones al límite.

La más larga, "Recca", con sus casi 5 minutos, se recrea en una especie de oscuridad melódica, toque post punk pero siempre con esa dosis de intensidad brutal que provoca úlceras de humor, pánico en las calles.Para ponértelo en los cascos mientras paseas por la calle mientras te olvidas de todo y todos. 

A quien se haya quedado con ganas de más que no se pierda el disco homónimo que sacaron en 2018. Sin duda una de las alegrías mas feroces que nos dado este 2020 repleto de miedos y epidemias. 



lunes, 8 de junio de 2020

J. ROBBINS. "Un-becoming" (2019)


El que fuera líder de una de los bandas seminales de emocore, Jawbox, nos regaló el año pasado un pedazo de disco repleto de melodías y urgencias eléctricas, de pasión y de tumultos de corazón, siempre sin caer en lo fácil. El comienzo no puede ser mejor con esos dos trallazos emotivos que son "Anodyne" y "Abandoned massions". 

El primer disco en solitario de J.Robbins no adolece de nada, está repleto de frescos estribillos con cercanía al power pop, como ese pétalo deshojado que se llama "Your majesty". La que titula el álbum es quizás la más trabajada del repertorio, con Robbins explorando nuevos caminos con sus cambios constantes de ritmo y su ardiente manera de cantar. 

Ritmos electrónicos en "Kintsugi" para otro acierto considerable, brumosa y anticipando lo que nos regala en "Radical love", otro single de esos que atinan seguro por su seguridad de suavidad para momentos donde hace falta parar un poco el trote de los días. "Soldier", es mi preferida, con su llamada a la lucha de todos los que se sienten aprisionados por las botas del poder. Tiene un aire a Bob Mould que encandila. 

Como el aire punk de "Citizen", donde Robbins va de cara contra las grandes corporaciones. En "Firelight", la guitarra se vuelve saltarina en un emopop de manual para terminar con la más larga del lote "Stella vista", concentrada en sonidos más amables pero sin perder de vista el aguijón. 

Bueno comienzo en solitario pues el de Robbins. Esperemos que en sus próximos trabajos siga por esta senda que tanto nos recuerda a los añorado Jawbox. 



viernes, 5 de junio de 2020

DEEP TURTLE. "There is a vomitsprinkler in my liverriver" (1994)


Deep Turtle fue una banda finesa que en su carrera de casi 12 años sacó sólo este disco y un montón de eps y singles. La verdad es que un placer encontrar un grupo que no sepas ubicar tras escucharlos unas cuantas veces. Que si fusión, punk, rock progresivo, hardcore.... Y todo junto pero con suficiente sabor como para disfrutarlo a largos tragos. 

Quizás me recuerden algo a NoMeansNo, pero tienen bastantes más matices estilísticos que ellos. Y es que este disco con titulo como para aprendérselo de memoria es un cóctel de esos que como mínimo provoca mareo. El inicio punk bailarin de "Ha-Tuzta", la locura rítmica de "Tostroid",  y ese bajo en "Bay-zutus" que introduce a una de los canciones más brutas y orates de todo el disco. Vaya punto. 

Pequeños temas que no llegan a dos minutos como "Cardiako" o "Lim", donde lo frenético y lo festivo se dan la mano en un constante crisol sónico que suena como una apisonadora. Y hasta se atreven en cantar en castellano en "Valz" en un himno de esos que llevo silbando toda la semana. La reostia estos chicos. 

Cuando se ponen  saben hacer algo parecido a un tema de esos por llamar de alguna forma normales, también en español, "Hot mambo", con su sugerente y apasionado griterío y con todos los miembros del grupo reventándose sus manos, tocando como para morir. "Antivalz" es una vacilada de principio a fin, y "Orsentipede" parece que estamos ante una versión psiquiatrica de Primus. 

Sonidos latinos de guasa en "Carrier" dejan paso al hardcore brutal de "Pendulum" para el final del trabajo toparnos con un final perfecto para esta odisea de ruido, la catarsis voraz de "D'Kues". Sin duda encontrar este tipo de combos gratifica el espíritu. Por su incorrección, por esa búsqueda de nuevas tierras musicales, por la rabia y por el buen rato que te hacen pasar. Altamente recomendables. 


jueves, 4 de junio de 2020

LAURIE ANDERSON. "Life on a string" (2001)

"Life on a string" fue el séptimo de disco de la compañera de Lou Reed, una delicia donde redunda en lo que nos tenía acostumbrados con su sonido cercano a la new age ("One white whale"), en un maremoto donde cuenta la ayuda de un buen pelotón de colaboraciones. Desde el mismo Lou Reed, pasando por Bill Frisell, Van Dyke Parks o Erik Friendlander entre otros, todos ponen de su parte para que Laurie Anderson disfrute con una ramillete de canciones cálidas, repletas de poesía ("The island where i come from). 

Famosa sobre todo por sus performances, "Life on a string", auna desde múltiples perspectivas la formas musicales donde mejor se mueve Laurie, consiguiendo un mapa sonoro donde la tranquilidad de "Pieces and parts", se da la mano con el casi clasicismo de "Here with you". 

"Slip away" es otra pieza que se defiende por si sola, con su toque oriental y que da paso a "My compensation", donde los elementos electrónicos entran en liza para dar mas cuerpo aun a un engranaje musical sin ninguna mácula.

Para bailar en salones de suspiros es "Dark angel" y "Broken" refuerza la labor vocal de Anderson, portento de nubes de garganta. Pop de ese de porcelana es "Statue of Liberty" y "One beautiful evening"completa el circuito de canciones para elevar el espíritu. Grande Laurie Anderson sin duda.



lunes, 1 de junio de 2020

DANIEL DARC. "La taille de mon ame" (2011)


"La taille de mon ame" fue el quinto trabajo en solitario del desaparecido Daniel Darc, antiguo componente de los célebre Taxi Girl. Y el tamaño del alma de Darc era de tal envergadura que daba para mucho. 

Guiñando un ojo a Geinsbourg, "La taille de mon ame" es una delicia de reflexiones de esas que te dejan pensando mientras silbas a los cielos cerrando los ojos. "Ira" y "C'est moi le prinptemps", son sólo el aperitivo para ese himno que es la canción que titula el cd. Todo un decálogo de emociones, toda una cartografía de los sentimientos. 

"C'etait mieux avant" es el vehículo perfecto para encontrarnos al Darc narrador, mirando a los años 70 mientras se bebía la vida a largos tragos, y "Ana" es ternura, de un nombre repetido cien veces mientras el piano hace de decorado para las palabras. 

Roquero le encontramos en "My baby left me", para volver a tiempos lentos en la rutilante "Seuls sous la lune". Y que decir de la paz que irradia "Vers l'infini", delicada, sedosa, reptante, espectacular. Soberbio. 

Quizás "La taille de mon ame" no supere esa cima creativa que tuvo con "Amours supremes" (2008), pero todo el disco es para tomarlo como un té con hielo entre la caligrafía del calor que ya nos viene. Divertido suena en "Les filles aiment les tatouages" para terminar con "Sois sanctifié" por todo lo grande. 

Qué pena que en el año 2013 un infarto se lo llevase con tan solo 53 años, en plena efervescencia creativa. Nos lego su disco póstumo "Chapelle sixteen", para que no nos olvidemos de él. Un grande, sin duda, Darc.