Si todo el segundo disco de los ingleses Esben and the Witch, fuese como ese trueno que hace comenzar el trabajo llamado "Iceland spar", nos hubiéramos encontrado ante un maremoto de shoegazing encandilador de esos que dejan huella.
Sin embargo, a diferencia de su primer trabajo, "Violent cries", "Wash the sins not only the face" adolece con el paso de las canciones de ese punch necesario para que su presencia sonora se quede en en el recuerdo.
Valga el ejemplo con la apática "Slow wave", o con esa postal en blanco y negro llamado "When that head splits". Los ecos de su inicial trabajo a Cocteau Twins han desaparecido, quedando solo melodías insulsas como "Shimmering", acompañadas esos si, de algún que otro tema que parece despuntar, como "Deathwaltz".
Sin embargo, a mitad de la escucha, parece que ya estás deseando que este viaje llegue a su fin, y eso lo dice todo. Nada dice la atmosférica "Yellow wood", el forjado dramatismo de "Putting down the prey" se queda en un teatro con el escenario vacío.
Esben and the Witch, la decadencia de la música gótica, un quiero y no puedo, un grupo que prometía y que se disolvió entre lamentos de hastío.