Para mí es el mejor compositor neoclásico actual. A parte de su labor como hacedor de música para películas, Richter es sobre todo conocido por su valentía para aunar como en el caso de "Infra", los violines y la melancolía de la música clásica, con pinceladas eléctrónicas que cohabitan en un mundo maravilloso donde se respira introversión ("Infra 1").
El disco nació como una colaboración con el coreógrafo Wayne McGregor y la artista Julian Opiae, que construyeron una obra de danza que se estrenó en el Royal Opera House de Londres. Richter puso su ladrillos instrumentales y germinó este estremecedor "Infra".
En "Infra 2", vuelve a jugar con los artificios tecnológicos mientras un violín pía como un ruiseñor, pidiéndote que cierres los ojos e imagines un escenario, unos bailarines, una negra moqueta de aspavientos, una luz que se apaga intermitente pidiendo voz y hora para hacer huir al miedo.
Grabado en el afamado sello Deutsche Grammophon, "Infra" es una delicia. Suena el piano en "Infra 3" y es como escuchar una cascada de agua que baja impoluta para borrar la suciedad de la tragedia. Gotas y gotas, notas en una pleamar de goce y suspiros.
Y entre tanta belleza, Richter se las apaña para introducir pequeños intervalos de sombras elecrónicas ("Journey 2") para que cuando escuches joyas como "Infra 4", no te quede más remedio que hacerte con toda la discografía de este alquimista de los sentimientos.
Cuando llegas el tramo donde comienza "Journey 4", te ves impulsado a querer vivir en un mundo de burbujas y oxígeno de amor. Simplemente irresistible. Lírica de combate, pulsión motor de sueños que da paso a "Journey 5", minimal, pequeña, acogedora, un mohín de cielos.
"Infra 7" y "Infra 8", son las que ponen el punto y final a un lp delicioso, un espectáculo para los sentidos, que irremediablemente, te hace querer más, mucho más. Es como vivir perenne en un otoño inmortal, es como cerrar la puerta al ruido orate para dejarte llevar.....