El bueno de Mark Eitzel, venía de un parón forzoso debido a un infarto que le mantuvo retirado de la escena durante bastante tiempo. Él que siempre se afanó en interprerar latidos, en perforarnos con sus melodías que nos hacían palpitar tranquilidad y tristeza, tuvo que apagar su voz, intermedio en la creación para volver a coger fuelle y fuerza.
Este "Don't be a stranger" es un remanso de canciones íntimas y taciturnas ("I love you but you're dead" y "I know the bill is due" son una buena muestra de ello). Acompañado por el guitarrista y colega en American Music Club, Mark Pankler, y el batería de Elvis Costello, Pete Thomas, Eitzel se lo toma con sosiego, nos llena de dicha.
Huele a jazz "All my love",(ya aparecida en el disco de AMC, "The golden age") y "Oh mercy" parece una postal de un christmas oscuro y decadente. El folk es el refugio donde Mark escribe sus peroratas del sentir, sus auxilos sonoros ("Why are you with me"), fuego, leña y arrobo íntimo.
Siempre sobrecoge la voz de Eitzel. Y más cuando los teclados le arrullan en paseos nocturos como "Lament for Bobo the clown". Al final de este trayecto de vela y oscuridad animosa, nos regala "Your waiting" y "Nowhere to run", dos colosales colofones a un disco de esos que se escucha en intimidad, que se saborea con nostalgia.
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