"Nothing hurts" fue la puesta de larga del grupo de Londres, Male Bonding, una colección atribulada de postales de indie punk con mordiscos melódicos, distorsión a raudales en un elenco de canciones que prometen no dejarte en paz.
"Year's not long" es el primer puñetazo de feedback arrebatador al que sigue al acecho la bestial y rutilante "All things this way". Escuchando a Male Bonding me vienen a la cabeza otros combos que nos hicieron disfrutar a lo bestia en los 90 como Adorable o Mega City Four.
Lo suyo son temas cortos con una descomunal pegada ("Your contact"), o el guiño melódico de "Weird feelings" con unos coros de esos que son como espinas para doler. La única canción donde flojean es "Franklin", demasiados inclinados a los aburridos Vampire Weekend. Pero es solo un paso en falso.
Luego sigue "Crocked scene", punk dislocador, pogo y ostias al viento. Joder, como revitaliza burradas de este estilo. Y les basta media hora para que sus 13 trallazos irradien lava que supura juventud y devastación. "T.U.F.F." es incendiaria, un coctel de urgencia e intensidad, un bálsamo para curarte malos rollos.
A veces se dejan el flequillo largo y dan la espalda al publico como los Jesus and the Mary Chain con la colosal "Nothing remains", para a continuación volcarse con aullidos noise con "Nothing used to hurt", la más larga del lote, con sus dos minutos 45 segundos.
"Paradise vendors" contiene suficiente veneno en sus aristas como que te pida el cuerpo subir el volumen hasta donde puedas llamar a la destrucción. La última noticia que tuvimos de ellos fue el interesante "Headache" (2016), en la misma onda de desgarro y rabia. Para vibrar pues con ellos.
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