Cada vez me resulta más repulsiva la persona de Mark Kozelek. Leyendo por la red las críticas de un concierto suyo en solitario, donde se metian y provocaba a todo cristo, añade un poco más esa leyenda que es realidad que este tio es uno de los artistas más impresentables del orbe indie.
Dejando al lado su faceta de borde, como músico siempre me quito el sombrero ante él. Su ultimo disco como Sun Kil Moon y junto a Justin Brodick, es una muestra de ello. Como su larga carrera desde Red House Painters, jalonada de canciones para sufrir-sentir.
En 2013, se junto con la banda indie Desertshore (Phil Carney y Chris Connolly, ex- Sun Kill Moon) para confeccionar diez piezas que van desde la tranquila "Mariette", hasta ese deje a Neil Young que se percibe en temas como "Livingstone bramble".
El disco transcurre sin sobresaltos. Con letanías marca de la casa, "Hey you batard i'm still here", desértica y minimal, y fantasías trotonas que se acaban pronto, "Katowice or Cologne". Es igual donde se meta Kozelek. Cuando le escuchamos nos olvidamos de su aridez personal, de su carácter de viejo. Te pones la alegre "Seal rock hotel" y dejas de lado las memeces del personaje.
"Tavoris cloud", es preciosista, artesania floral, punzadas en el corazón mientras la guitarra se arremanga la intensidad para poblarnos de dicha.Terciopelo, melancolía, tenazas del sentir es "You are not my blood", suculento manjar para poblar tus desdichas interiores.
El disco, uno más, de la carrera de un portentoso artista, de una estupida persona. Sigue ocupando los lugares más alto para perforarnos el sentir. Un profesional de la depresión íntima este Kozelek.
2 comentarios:
Es verdad que cuentan que es un mala hostia pero... es un gran artista. No tengo controlado este disco. La muestra que has puesto está bastante bien. Me lo apunto. Abrazos, kamarada.
Olvidemos su faceta de cretino, nos quedamos con el artista. Abrazos
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