Hay veces que trasteando en el almacén sonoro que servidor posee se encuentra con rarezas de esas que hay que sacar del imperio del mundo del polvo. Allí donde reside el olvido y la quietud, a veces la mano que semanalmente busca discos, encuentra joyas como la de este grupo.
White Magic es una banda de New York, que les dió por la psicodelia y el folk, aunando estilos, agrupando referencias y gustos añejos, para componer extraños salmos, que para mi tiene en este "Dat rosa mel apibus", como su obra cumbre.
Me pongo "The light" o "Childhood" y no paro de pensar en los 70, en un mundo de excesos de lsd, de vitaminas para el cerebro. Mira Billotte, la cantante de la banda, tiene culpa de esa radiación sonora que se expande por cada surco de este disco.
A veces es el medioevo lo que se rastrea en temas como "What i see", otras es la India quien se presenta en forma de enigma en "All the world wept", sitar y pianos a la par nerviosos y reptantes. La que titula el disco es todo un ánfora de juegos deliciosos, de prisiones para liberar sueños y sarcófagos.
En "Sun song" encuentro ramalazos de la parte épica de Swans y en "Hold your hand in the dark" construyen un juguete folk dotado de movilidad para tus arterias cerebrales. Después de comer hoy domingo, te pones a White Magic, y parece que la lluvia que no para de gritar, tiene voluntad de triunfo hasta el final de los días.
"Katie cruel" parece un pócima de magia que se expande por los aires para que hipnóticamente caigas en el sopor de la calma más extrema. Si, es bueno esto de restregar los dedos en la bodega de los discos por oír. Aparece este magia blanca para expandir suspiros y olores extremos. Una buena forma de pasar el domingo antes de ponerme a dialogar con la plancha que ya me espera con sus suspiros de vapor.....
No hay comentarios:
Publicar un comentario