jueves, 29 de noviembre de 2018

GUIDED BY VOICES. "Motivational jumpsuit" (2014)


"Motivational Jumpsuit" fue el disco número 20 en la carrera de Guided by Voices. Hay queda eso. La banda dirigida por Robert Pollard y Tobin Sprout, no solo siguen con nosotros a fecha de hoy, sino que sus trabajos rezuman calidad y confort a pesar del tiempo pasado desde sus comienzos.

Corsarios de los 90, sus canciones nos siguen encandilando como entonces, cuando muchos vimos en ellos una continuación exagerada y feroz del espíritu de Pavememt. Y este "Motivational jumpsuit" no podía empezar de mejor manera con "Littles league possible" y su minuto y medio de colapso emocional, como la radiante y tarareable "Write's bloc (psycho all the time)".

Disco número 20, con 20 canciones de esas que se te pegan en la comisura del sentir. Lo suyo no ha cambiado. Consiguen perforarnos con su habilidad intacta para desde lo lofi electrificarnos con sus mensajes breves pero repletos de intensidad. "Child activist" tira a roquera, y el indie rock que tanto nos gusta nos pone la piel de gallina en "Planet score".

Hasta cuando se muestran tranquis como en la sobresaliente "Save the company" nos dan suficiente excusas para no parar de escucharles, de subir el volumen, de gozar con este viaje en el tiempo sin paracaidas. Alguna track (muy pocas) de relleno, como la apática "Go without packing" para un cd de esos que se disfruta de principio a fin.

Rozan la psicodelia en "Record level love", para volver a la caña feroz con "I am colombus" y escorarse al NRA con gemas del calibre de "Difficult outburst and breakthrough". Que la fiesta no acabe, ni el torbellino melódico que despide "Calling up Washington"o la candidez power pop de "Zero Elasticity".

El disco pasa rápido, pero deja huella, con sus catarsis controladas, con sus bocanadas de imperfección ("A bird with no name"), con sus nanas de esas que valen para arrullarte y soñar ("Shine"). y sus reflexiones vitales y guitarreras "Vote for me Dummy".

Guided by Voices, una barca en medio del océano, música de esa que nos eternece y nos hace mirar atras, indie rock del ya no se hace, del que hay que disfrutar.


martes, 27 de noviembre de 2018

GIANT SAND. "Returns to valley of rain" (2018)


Este disco es una salvajada. El bueno de Howe Gelb siempre a creído que la grabación de su primer disco "Valley of rain", dejaba mucho que desear. El sonido no fue el que él esperaba y un cerro de años después, se ha decidido a regrabarlo de principio a fin.

Y el resultado no puede ser más visceral y eléctrico. "Tumble and tear" es quizás de las canciones más punk que ha hecho Gelb en su carrera y "Valley of rain", con esa melosidad hipnótica, te sacude y te hormiguea, puro Young en sus mejores momentos. Catarsis y jolgorio.

Aquí no hay inclinaciones country o folk. Aquí hay pegada y voluntad de arrojo. "Curse of a thousand flames" es otra inflamable recreación del mundo de Giant Sand en plan salvaje, con sacudidas y feedback, con lejía en la voz y arrullo de metal. Colosal esa guitarra como suena.

Los medios tiempos te arrebatan ("Death dying and channel 5") y en "Barrio" suenan más crudos que nunca. Aquí no hay arena del desierto, ni oasis que se pierdan en momentos de confusión. Este "Returns to valley of rain" es uno de los mejores discos rock del año, una propuesta que viene a confirmar la grandeza de Gelb.

Te pone los pelos de punta la tranqui y serena "Artist" para en "Man of want" continuar con la tralla, de la buena, asador y cañones, torrente eléctrico, rock americano de calidad superlativa. Como ese hit para el corazón que es "Torture of love", de los mejores temas grabados en la historia e Giant Sand, engancha y cautiva.

"October anywhere" tira de sonido destartalado para suspirar migrañas y suciedad querida y acaba el valle de la lluvia con "Black venetian bild", otro arrojo punk para quitar las telarañas de los oídos. Lo dicho, rock de ese que se disfruta, que te sacia, que está bien hecho.


domingo, 25 de noviembre de 2018

GROUPER. "Ruins" (2014)


Y yo pensaba que Low era triste. Después de enfrentarte al que fue el noveno disco de Liz Harris, alias Grouper, solo te queda abrir la ventana y gritar para que la desesperanza no te deprima, para espantar a la tristeza y dejar que la luz puede sumergirse en tu vida.

El piano de "Clearing", la voz de Liz, esa levedad que hace daño, todo hermosura hasta el dolor que penetra y te deja en silencio. Cada tema, es una gema de esas que se encuentra en los claros de bosques inauditos, como "Call across rooms" y esa infinita sobriedad que te deja dormido y apagado.

"Labyrinth", instrumental, es el tema perfecto para meternos de lleno en "Lighthouse", con sus ecos fantasmales, con su grisura matinal de lluvia fina que entra y sale por los poros de tu sentir. La voz de Liz es un bálsamo, una corriente de frenesí, una jauría de noes.

Es como vivir en el campo, en una casa semiabandonada, escuchar la lluvia que viene y azota ("Holofernes"), sacar una silla en el porche, una manta, tomarte un café o una copa de aguardiante, y dejarse llevar por la extrema soledad de la naturaleza ("Holding").

Para terminar los once minutos de "Made of air", donde la tormenta se hace fuerte, donde el aguacero dobla el tejado, mientras los suspiros vuelan hacia el cielo en un baile nupcial. Grouper, sensaciones de quietismo, subrayado a pie de página, montes verdes, un beso sin dar....


jueves, 22 de noviembre de 2018

SOFT CELL. "Non stop erotic cabaret" (1981)


Pasaron a la historia sobre todo por ese hit que aun permanece en la retina auditiva de muchos "Tainted love", atemporal manera de hacer del tecno pop de los 80 algo imperecedero.

Pero Soft Cell fueron mucho más que una canción. Marc Almond y Dave Ball, en este "Non stop erotic cabaret", consiguieron reunir un buen puñado de temas donde la pornografía, la sordidez del Soho, las chaquetas de cuero y esas gafas oscuras que se ven en la portada, eran la excusa perfecta para confeccionar minimales secuencias de lo que mas tarde se llamaría synthpop.

Escuchamos "Frustration" y "Seedy films", con su arrogante saxo de cabaret peligroso, con la caja de ritmos Roland 808 puliendo aristas, relamiéndose las heridas en una época donde todo era máxima ebullición. Aquí empezó Marc Almond ha forjarse su pequeña leyenda de ángel caído del pop inglés.

La verdad es que no tuvo la suerte de sus compañeros de generación, y Soft Cell se fue quedando como la pavesa de unos años muy dados a creaciones efímeras."Sex dwarf" rompía pistas y en "Entertain me" el glamour de Almond era llevado a su máximas cotas, desprendiendo esa sensación de deja vu, de que ahora hay cientos de bandas haciendo algo parecido a esto pero sin tanto morro ni descaro.

También se podían poner melosos, "Say hello, say goodbye", y conseguían elaborar más melodías para el no olvido:"Bedsitter". Soft Cell, un buen par golfos que como en la foto, escondían sus secretos en el neón de la dulce depravación.


martes, 20 de noviembre de 2018

DEAF WISH. "Lithium zion (2018)


Ahora que Sonic Youth reposa en un eterno barbecho, expectantes cuando cualquiera de sus miembros nos ofrece un disco en solitario para quitarnos el mono de tanto noise, es un buen momento para enchufarte a los australianos Deaf Wish que de la mano del sello Sub Pop recuperan la distorsión, el caos, y también, porque no, una vena melódica con bastante acierto.

Así empieza este recomendable "Lithium zone", con "Easy" y esa pretensión de recuperar a la juventud sónica ofreciendo el mismo material inflamable que Gordon y compañía. Acierto total que en "FFS" se convierte en una furiosa diatriba con Sarah Hardiman ejerciendo de Kim y acompañada por el resto de una banda que sabe de lo que se habla cuando el feedback es la corriente que nos lleva.

"Metal carnage" es otro apunte noventero hacia cielos ámbar y en "The rat is back" es Jensen Tjhung quien lleva la batuta vocal en un entramado de ruido ágilmente estructurado. No, en nada sorprende Deaf Wish. Pero lo que hacen, lo hacen bien. Y si encima a los añorantes de los 90 nos ponen azucarillos envenenados como "Ox", ya nos tienen convencidos.

Luego viene "Hitachi Jackhammer" más cercana a parámetros post punk para continuar con la que titula el cd, otro pepinazo rebosante de inquina, saturación y fiebre. "Deep blue cheated" es otra gema rimbombante, otra elixir de crudeza y fuerza, con la misma estructura musical que Sonic Youth, empeñados en que la copia suene original. Lo consiguen.

El disco acaba con la más larga del lote, "Afraid", seis minutos de oscuridad veltetiana, seda que araña, tensión atribulada. Deaf Wish o como revivir de nuevo los 90 en un disco de esos que reconforta y te mece.


domingo, 18 de noviembre de 2018

SKYWAVE. "Shynthstatic" (2004)


Esta bien esto de recuperar viejos discos, viejas canciones y trabajos que descansan al albur del hombre del polvo. Los virginianos Skywave tuvieron una vida efímera, pero supieron brillar a su manera en ese orbe llamado shoegazing.

Basta escuchar "Nothing left so say" o el himno "Over and over" para comprobar que los norteamericanos tenían bien escuchada la discografía de Jesus and The Mary Chain. Hasta "Fire" podía aparecer en cualquier disco de los hermanos Reid.

Pero este buen "Shynthastic" da para más. "Wear this adress" te hace mover los pies y recordar a combos como Ride o Revolver. "Angela's an angel" juega al despiste con su atronador feedback barruntando tormentas eléctricas que dan paso a "Knife" y su brutal y envolvente bomba atómica de melodía estomagal.

Shoegazing de cátedra, tensión ilimitada, que en "Adore" tiene su punto fuerte con la compañía de "I believe" y su cruzada de guitarras y voces que corean lluvia y amor. "Life to take your hand" es otro torbellino de pop eléctrico, vitaminado y "Kill me dead", la más bruta y distorsionada, hace elevar la tensión hacia cielos etéreos de tragedias.

"Kiss" es una maravilla que empieza con apuntes electrónicos y "Tsunami" guiña un ojo a My Bloody Valentine. Poco más se puede decir de una banda que se disolvió pacíficamente, pero que nos dejó discos como este o el magnifico "Echodrone" (1999). Música para elevarse violentamente, shoegazing floral y punk.


jueves, 15 de noviembre de 2018

GODFLESH. "Messiah" (2003)


Bajo el nombre de "Messiah" los jefes del rock industrial más irreverente y heterodoxo sacaron en 1994 un ep de cuatro canciones que en 2003, se acompañó de un remix de las mismas canciones en su versión dub, abstracta, vamos, como otras canciones con matices diferentes.

Mi banda favorita industrial siempre tuvo la inquietud como baza fundamental, el ir un poco más alla del ruido extremo. Así que la canción que titula el proyecto es una andanada de flemas y melodías, de guitarras y ponzoñas envenenadas pero con aproximación al himno y la épica.

Es en "Wilderness of mirrors", donde hallamos lo que tanto le gusta a Broderick. Una base eléctrónica sirve como condimiento para llamar al combate, para pintar apocalipsis de colores ambiguos, con hierros siderales, con muestras de dolor. Como "Sungod" y su larga y bestial exclamación oscura entre chirriante tecnología del fin de mundo.

Se acaba la primera parte de "Messiah" con "Scapegoat" donde la caja de ritmo cobra protagonismo mientras Justin sigue escalando su guitarra visceral y G.C.Green deambula errante con su bajo del averno.

Las versiones de esos mismos temas con igual de amenazantes, tienen igual de ácido, de veneno; "Messiah dub", tranquila de mentira,  "Wilderness of mirrors dub", música para un club de espectros, "Sungod",  rallante, demoniaca, repetitiva y los ocho minutos de "Scapegoat dub"  pura catarsis para bailar muerdago.

Godflesh, siempre una baza segura, siempre una carta marcada con provocación. Cuando las ruinas no tienen solución, cuando todo es desesperanza, cuando las campanas no dejan de doblar al escuchar el eco de la perdición.....


martes, 13 de noviembre de 2018

DOCTOR DIVAGO. "Complejo alquería frailes 13" (2018)


Más de 25 años que lleva la banda de Manuel  Bertrán y sus compinches regalándonos algo que en estos tiempos que corren brilla por su ausencia: autenticidad. Porque la música de Doctor Divago, sus letras, su propuesta es singular, inequivoca, lejos de ismos y de independencias de esas que a final se quedan en nada.

"Complejo Alquería Frailes, 13" (dirección del estudio donde ensayan desde tiempos a) es otro monumental resumen de canciones de esas para no parar de escuchar. Desde que suena "Aún queda vino" y su mensaje de paroxismo vital, pasando por "El gemelo malvado" donde el grupo valenciano se inclina por una psicodelia extraña, vas comprobando que el disco tiene alto aroma de adicción.

Y es que nuestros Dr.Feelgood del litoral, son grandes constructores de canciones. "Al cuarto día" es para tararear tintineando palabras y en "Engañame" hacen algo así como una especie de country nervioso y animado. Mi preferida es "El viaje largo", una historia de esas que te mecen, una aventura entre colegas, un viaje largo de aventura y susurros.

"El humor" es otro himno de esos repleto de fogosidad y como es habitual buenas letras para llevarte a los dientes del sentir. Las más borrica del lote es "Sonámbulo", electricidad, armónica sideral, pasión desaforada, lujo para el oyente de parte de una banda que está en plena forma,

Luego nos perdemos en el laberínto de "Todos los cielos son la misma vida". mística que atrae, campanas de nubes, rock por todo lo alto. En "Mi querido amigo", no puedo más que recordar a Los Enemigos y el final pugilístico de "El tercer hombre en el ring", sirve como potente epílogo de este enorme conjunto de canciones.

Mucho tiempo a los lomos de los años, Doctor Divago nos siguen medicando, no ofrecen placebos ni saturación de analgésicos. Lo suyo es un fuerte tratamiento de shock, la radiografía fertil de las cosas bien hechas.


domingo, 11 de noviembre de 2018

THE GHOST EASE. "The Ghost ease" (2013)


El trío  femenino de Portland liderado por Jem Marie, tenía las cosas muy claras cuando sacó este demoledor disco homónimo. Lo suyo es seguir por el mismo camino que en su día The Breeders y Throwing Muses transitaron.

No hay más que escuchar la electricidad efervescente de "Luke" para contagiarte de este tumultuo de feedback y furia nunca contenida. "Supermoon (in scorpio), con su dulzor amargo, con su epopeya de ritmos cambiantes, continua poniendo migas para que sigamos recordando lo fértil que fue la producción de los 90, para que tantas bandas siguieran el legado de sonidos de aquella época.

"Dreamy won" es caligrafía inanimada, terciopelo de luto que da paso a "Canine", otra dentellada que empieza lenta, pero que se despierta en un crujido, en un sopor de susto y arenga. Lo de The Ghost Ease es creíble. Parten de los básico, pero consiguen hasta traer a Neil Young en composiciones como "Venus sagius".

En "Truce" juegan con la voz en un entramado de furia sin remilgos y "XV" es otra joya de esas que guardan en un arcón de tesoros y aguinaldos de ruido. Para terminar, "Brux", otra estocada de esas que te pide subir el volumen y gozar.

Lo último que supimos de ellas fue la edición en 2016 del directo "Live from the Banana Stand" donde llevan al escenario todo el frenesí latente de sus temas. Una banda pues a recuperar.



jueves, 8 de noviembre de 2018

UNSANE. "Visqueen" (2007)


El sexto disco de la banda con portadas más sangrientas, grabado en el sello de Mike Patton, Ipecac, es la consecuencia real del avance del tiempo. Atrás quedan las burradas de sus primeros discos. Ahora, el sonido de estos brutos suena contenido pero igual de fiero, contaminado de la misma rabia que antes, pero con surcos y abruptos merodeando desde riffs rugosos y himnos de acero ("Against the grain").

Pese a las críticas de sus accérimos seguidores, no hay nada malo que decir cuando suenan burradas como "Last man standing" o la fiera "This stop at the river", con armónica pendenciera incluida. No, Unsane no se han domesticado como le paso a Helmet.

Chris Spencer sigue dando miedo con su voz, y la banda se atreve hasta en canciones como "Only Pain"  a bajar su tensión sobrehumana para construir algo parecido a la melodía. ¿Es criticable este cambio de orientación? Para mi, es necesario si no se quiere caer en la reiteración.

Oyendo el metal aserrado de "No one" o los medios tiempos de "Windshield" es imposible no claudicar ante estos bestias. Vale, no estamos en el año 1994 cuando editaron el sublime "Total destruction", pero el disco contiene suficientes argumentos para el disfrute desde lo bruto ("Line on the wall").

El grupo es compacto y marcial en "Disdain" y acaba este viaje a los Hades con los ocho minutos casi industriales de "East Brodway". A quien se perdiese su último largo del año pasado "Sterilize", les recomiendo un buen paseo por sus ondas percutivas. Mientras, "Visqueen", sigue martilleando sobre mi cabeza, trotando y no dejándome dormir. Como debe de ser.



martes, 6 de noviembre de 2018

LOW. "Double negative" (2018)


Tenemos Low para rato. Mimi Parker, Alan Sparhawk y Steven Garrington han sabido dar una vuelta de tuerca a su sonido. y nos han regalado el artefacto más valiente, oscuro y extremo  de su larga carrera. Vale con ponerte "Quorum" y ese muro de ruido para saber que en "Double negative" encontraremos nuevas pistas para el slowcore del siglo XXI.

Los temas del disco te piden una escucha paciente, un sillón y el sol entrando por la ventana. Es la ocasión perfecta para oír a Mimi en "Fly" llevarnos hacia la extenuación en medio de una base mínima electrónica. Y es que el trabajo en la producción de Bj Burton ha abierto nuevas compuertas para esgrimir excusas y seguir extasiados con el sonido de Low.

En "Tempest" la voz está codificada, se mece en un torbellino de filigranas espectrales, mientras sigue subiendo la temperatura, mientras sube la presión, el eco de los fantasmas del ayer y del futuro. Es entonces cuando te chocas de frente con "Always up", suave, cariñosa, una porción de lírica estrangulada por los arcenes de la desmemoria.

En "Always trying to work it out" es Alan quien lleva el timón vocal, acompañada por la sirena Parker, varados ambos en un sitio donde todo es posible. Les ha sentado bien a Low este cambio. Todo suena igual que triste que antes, pero el lenguaje empleado es otro.

"The son, the sun", es una sinfonía de temblores tecnológicos y "Dancing and fire" parece que se va a romper a cada segundo que pasa. Pulcra, efectiva, fantasmal, cruda y hermosa como solo saben hacer Low. Oyes "Poor sucker" y caes hechizado por esa conjunción perfecta de efectos sonoros y catarsis contenida.

Para terminar este nuevo y valiente paso de Low, "Rome (always in the dark", romanticismo malsano, y la espeluznante "Disarray". Ahora que el frío aprieta, que las nubes guerrean, nada como pulsar el play dejarte llevar por este coloquio de suspiros y estridencias.


domingo, 4 de noviembre de 2018

SIGUR ROS. "Hvarf-Heim" (2007)


Los islandeses cuando sacaron este doble trabajo allá por el lejano 2007, nos dejaron la mar de satisfechos a todos sus seguidores. Por una parte, cinco canciones en estudio de temas inéditos (Hvarf)  acompañados por otras composiciones ya conocidas, en acústico y directo (Heim).

Total que para llevarnos a climas donde lo blanco perdura, donde los sentimiento se erizan, donde los crescendos te hacen escuchar al corazón ("Hijómalind"). También la inicial "Salka" es todo una bienvenida a este concierto de noches eternas, de luces que nunca se apagan de arrullos insondables.

Jonsi y sus colegas siempre supieron como ponernos la piel de gallina, como ofrecernos recogimiento con afilados reflexiones donde la electricidad componía mantos de lisergia, post rock de ese que toca a arrebato, a sedición ("I Gaer"). Los nueves minutos de "Von", son de una sutileza extrema. Una sinfonía clásica de copos de nieves cayendo y cayendo sobre la tierra, despidiendo olas de sonidos que te llegan y te adormecen.

Acaban la primera parte de este viaje con "Háfsol" otra soflama de luciérnagas al albur de la noche, de luminarias líricas que producen vientos de feedback y catarsis. Los temas conocidos empiezan con "Samskeyti" con el piano llevándonos de la mano, liándonos en una madeja de sopor encantado, de lujo de mejillas ruborizadas. Enigmáticos como siempre, en "Starálful" una de sus canciones más reconocibles, te hacen recordar como empezó todo con ese imprescindible "Agaestis byrjun".

En "Vaka" te dejan sin posibilidades de respuesta, lleno de suspiros y luces intermitentes y "Heysatan" redobla más aun la sensación de que Sigur Ros nunca nos ha fallado. Que lo suyo es creíble, que mola, que su ternura te llega, que lo insondable de sus temas sirve tanto para experimentar calma, como para evaporarte entre silencios.

Para terminar otra reinterpretación de  "Von", y cierre de las portezuelas de un Olimpo de hielo y temperaturas ardientes, de soliloquios envasados al vacío o tirados al mar en una botella de mil olvidos. Sigur Ros, el poder del frío, la luz que siempre nos quemará.



jueves, 1 de noviembre de 2018

FABULOSO COMBO ESPECTRO. "La herencia de los caracteres adquiridos" (2014)


Si ya nos sentimos cautivados con el disco homónimo que sacaron en el año 2011, qué decir de este "La herencia de los caracteres adquiridos". Las palabras se quedan cortas ante tal experimento que es lo más cercano que se ha hecho por estos lares a la no wave (con permiso claro esta de Mar Otra Vez).

Todo el disco es arrebato y punk de ese que no se amilana ante la comodidad. "Crisis" es un aviso, el preámbulo de lo que nos espera en este arriesgado viaje donde nada es premeditado, donde todo te cautiva y te engancha. "Cría cuervos" es un cajón desastre de ruido y de asonancias verbales, de suspiros que transpiran amenazas, de gritos que recuerdan porque no a 713avo amor y a Corcobado cuando era peligroso.

Fabuloso Combo Espectro consiguieron con este disco hacer algo importante, música de esa que por aquí parece que a muchos les da miedo hacer. "Nouveaux riches" arremete contra el poder de los que tienen y arrinconan a los que las pasan putas. Todo a su manera, con guitarras que no suenan a nada, con electricidad y armamento vocal de ese que provoca y te arrea.

Cuando las saxos suenan a gritos en "Beber a morro del futuro" ya te tienen convencido de su estridencia especulativa. Underground puro y duro, emparentados con Ginferno y otros malabaristas de lo subterráneo, la banda se enfrenta en "Niños:futuro" a un monólogo loco de esos que no sabes por donde coger, una diatriba continua de ruido y palabras salvajes.

"Estibador" es post punk primitivo, escatológico, demencial, pulsión acelerada, rugido y combate, música inquieta para delinquir paz. La reostia. Luego, en "Sudor africano" vuelven a la no wave más intrincada y soberbia, más calumniosa y espectral. Esto si que se merece la recuperación de las cloacas del tiempo.

Lástima que en 2015 la banda nos dijera adiós, que dejaran de lado su monstruosa capacidad para deformar la música con sus angulosos ritmos reptilianos ("Esquivar el bache/Ancha es Castilla"). Nos queda su fuerza, su elocuencia, su brutalidad, suficiente argumento para tenerlos de cerca cuando parece que no hay cosas nuevas que descubrir.