miércoles, 28 de octubre de 2015

SCOTT WALKER. "Tilt" (1995)


Scott Walker es un genio. Un creador que desde finales de los 70 no ha parado de reparar almas. Con The Walker Brothers y luego en solitario, este "Tilt" vino tras 11 años de sequía. "Climate of hunter" (1984), fue el ultimo peldaño hasta que Walker decidió afrontar su obra más espeluznante.

¿Qué decir de "Tilt" que no se haya dicho ya? "Farmer in the city" es una neoclásica canción, violines a cuerda de perro, detonando es una explosión de lirismo cautivador; "The cokfighter" es pura catarsis, un señuelo de ruidismo bien entendido, una secuencia de vanguardia programada para hacer caer sobre ti todos los cielos en una absorvente y obsesiva concatenación de luces oscuras.

De este disco se ha llegado a decir que el primer disco del siglo XXI por lo que tiene de experiencia, de innovación, de un Jacques Brel de las sombras que supo ejecutar a la perfección su papel como investigador de nuevos cauces. "Bouncer see bouncer..." es la más larga del disco, y sus ocho minutos son una lineal acometida de un ritmo mecánico, confeccionado para silenciar tormentas.

En "Manhattan" nos encontramos al Walker más operístico en una creación exhuberante, donde los teclados y la percusión se fusionan en un incontinente puzzle de latidos imposibles. ¿Cómo no escuchar "Face on breast" y no pensar en "El retrato de Dorian Gray" de Oscar Wilde?. Es un tratado sobre el mal desde angulos periféricos, una concatenación de sublimes responsos que da paso a "Bolivia'95", mi favorita, donde la melodía se intrinca en el laberinto de los instrumentos que seducen por su orfebrería fina. No me extraña que los miembros de Sonic Youth hallan hablado de este album con veneración.

"Rosary" y la que titula el lp son el punto final de este portentoso disco que es dificil encuadrar en algún estílo. De esas producciones que dejan poso, que se enredan en la memoria y no te abandonan. Scott Walker, un artista con todas las palabras bien mayúsculas, un genio total.


lunes, 26 de octubre de 2015

DISAPPEARS. "Irreal" (2015)


Estos chicos de Illinois te dejan perplejos desde la primera escucha. He puesto al play y suena "Integration". Y me encuentro de golpe con una amalgama de rock oscuro, minimal, post punk que vive en las mismas habitaciones donde sonaron los primeros discos de Sonic Youth.

Te machacan sin compasión, pero te dejan abierta la persiana para que puedas ver rayos de luz. Pocos, pero algo es algo. Con decir que Steve Shelley, de la juventud sónica, formó parte de la banda lo dice todo. "Irreal" es un disco que cuesta, pero que engancha. "I_O", es la segunda bala de este quinto disco de Disappears, puro vicio para los que seguimos a Swans, una intrincada trama de sonidos que nacen como fragmentos para revivir el peligro del rock.

Con Disappears tenemos otra oportunidad para poner musica al Apocalipsis. "Another thought" es criminal, una claustrofóbica sereneta de ultratumba, que te pone los nervios palpitando cuevas. La batería es peligrosa por su constancia de lo que se intuye, la voz es gangrena, y la linea recta de su sonido edifica un museo de los horrores. Dulce horrores.

La que titula el cd es la más devastadora. Se intuye las influencia de Michal Gira y sus cisnes asesinos. Siete minutos de catástrofes naturales, desollinando tu cerebro con la catarsis del peligro. "Halcyon days" es una lenta caminata por un sendero de clavos. Parece que no pasa nada, que todo se reduce a dejarse llevar, pero se presiente el mar asesino, la garganta de la desaparición. Killing Joke sería un buen padrino de esta enorme banda.

"Navigating the void" la que termina la pesadilla, es una voluta al viento de ácido, una corrosiva agitación de instrumentos que viven en la depravación musitando bailes de agonía. Disappears cumple con creces como sinfonía de la devastación. Grandiosos.


viernes, 23 de octubre de 2015

ATLETA. "Catedrales" (2010)


De las cenizas de esa superbanda que fue 12twelve, nació AtletA. Jaume L. Pantaleón y José Roselló, se encargaron con brío y destreza de perpetuar y evolucionar las ideas de 12twelve, buscando recovecos de jazz libre, de post rock, siempre posándose en tierras ignotas, y con el saber de estar realizando algo que por estos lares pocos se atreven a realizar.

Me gusta ese incio de piano de "Evasión y victoria" y como sin quererlo estamos ya en "Perros estelares" donde suenan emocionales desde la fiebre. Música instrumental como pictograma de notas que boga en el espacio, acercándose a Tortoise en "Amor 500" para en "Caramiradas" y con sus casi seis minutos radiantes, convocarnos a una fiesta de luces interminables, de vientos heladores.

Krautrock y matemáticas con incógnitas por todos sabido. "Héroe cobarde" es otro viaje sin paracaídas, otro embite de rock de ese que se cuece en divagaciones de dedos y en cererebros escrutadores de nuevas formas de evolucionar. Que buenos que eran 12twelve, y como siguen el frenesí de lo especulativo AtletA con disgresiones tan incomodas como "Sabbia nera" y la magistral "Amor 500", de nuevo con el piano como protagonista.

En "El zombi y el psi" se sacuden a su voluntad con un seísmo repleto de volutas de tensión, grupo abierto a cielos indómitos, campos de girasol electrificado, manta de invierno para los pies del cerebro. "Sinopsis" tiene la misma radiación, el mismo espejo roto en mil pedazos, la luna de la fiebre, el eco de la constancia.

Una bonita experiencia caer en este maremoto apaciguador, en este indolente frente de lucha de vientos y soles que queman y sortean  truenos.


lunes, 19 de octubre de 2015

BUILT TO SPILL. "Untethered Moon" (2015)


De nuevo otro de los grandes grupos de los 90, otros de los que siguieron por la senda de Pavement y Yo la Tengo, que han decidido a sacar un disco en este año. Fueron unos segundones en la época porque los que estaban en la delantera eran la leche, pero siempre Built to Spill tuvieron la cualidad de regalarnos grandes canciones.

Y si empiezan con un tema de seis minutos, "All our song", donde les da tiempo para explayarse en su dircurso sideral de guitarras que carcomen, mejor que mejor. El octavo disco del grupo es un punto, indie rock en toda regla donde se las dan de creyente de la melodía perfecta, ("Living zoo"), cosiendo a su antojo banderas de enganche de rock de ese que ya no se hace.

Dough Martsch, sigue siendo el que lleva la batuta en la banda, y la verdad es que después de escuchar joyas como "Some other song", (un surf song somnoliento con ganas de perderte en los mares de Guided by Voices), no te queda más remedio que pasar al pop de "Never be the shame" y después a esa orgía de electricidad que es "C.R.E.B" , siempre con esa dosis de melancolía hacia esos años por todos añorados.

"Another day" es unas bestialidad, las guitarras rugen como Sugar, la banda se pone el mono, se ensucia con petalos de distorsión, se come el mundo a bocados de recuerdos. Puro indie rock de ese que no caduca.

También Built to Spill tiene tiempo para tempos tranquilos, para llevarse a la boca golosinas como "Horizon to cliff", o flipar de una manera salvaje con "So" y con los ocho minutos finales de "When I'm blind", donde sin remedio nos plegamos ante este superbanda que ha venido despues de casi seis años de ausencia para hacer que nuestros emepetres sigan recopilando sensaciones, bastiones del ayer y de hoy, dinamita y buen rock.


viernes, 16 de octubre de 2015

ELEVENTH DREAM DAY. "Works of tomorrow" (2015)


Esta claro que los grandes grupos de los 90, no nos fallan. En activo desde finales de los 80, Eleventh Dream Day nunca nos desfraudó, siempre dieron en el clavo con su rock de alto octanaje, con sus niveles de radiación electrica siempre rozando la hecatombe lírica.

Ahora nos presentan "Works for tomorrow", y es como si se hubiera parado el tiempo. Me pongo ese pedazo de himno punk que titula el cd y no paro de subir y subir el volumen del reproductor. Sensaciones pasadas que vuelven y se quedan.

Entre Rick Rizzo a los fogones guitarreros y la voz de Janet Beveridge como contrapunto, con Dough MacCombs en la retaguardia, se las apañan para apuñalarnos a traición con sacudidas que van de lo psicodélico, "Cheap gasoline", hasta enjambres contaminados de escaleras de ritmo hipnótico como "Go tell it". Músculo, una banda ensamblada, una buena ración de medicina ponzoñosa para que recordermos que quien tuvo retuvo.

Los de Chicago seducen con su potencia y su conjugado discurso percutivo, labrando en la tierra semillas de esas que crecen hasta tocar cielos embrutecidos de discursos litigantes. Increible su estado de gracia. "The people's history" es otra cabalgada, otra contundente agitación que confirma porque de las ultimas novedades que me he comprado en estos ultimos meses, el 90% corresponde a bandas ya maduritas. Los jóvenes (salvo excepciones) deberían hacérselo mirar.

En "The unknowing" es un placer el soliloquio guitarrero de Rizzo, con Young en mente, largos minutos de intensidad, de disonancias placenteras. También tiene tiempo en "Deep lakes" para marcarse una maravillosa pop song con el careo de Janet, azucar y cariño a bortotones. Para terminar "End with me", volcán que se desata, entrañas queroseno, ganas de volver a ser de nuevo joven.

La banda sigue en su sueño, nosotros seguimos salpicados de fogonazos de rabia, de bilis que entumece, de digestiones eléctrica de rock. Eleventh Dream Day, gran banda.


martes, 13 de octubre de 2015

ANTONIO ARIAS. "Multiverso II: De la soleá de la ciencia a la física de la inmortalidad" (2013)


Antonio Arias es un astronauta. Lo suyo es ponerse el traje, el casco, meterse en la nave y dejarse llevar por los indómitos mundos siderales. Navegar entre agujeros negros, posarse en Saturno y hacerse una foto mientras todo se destruye.

Si "Multiverso I"  fue bueno, "Multiverso II" es mejor. Es un cometa que se cruza en tu camino y te señala un punto para seguir firmemente el paso. "Desertización" te hechiza, magnetismo seguro, y la suavidad hipnótica de "Agujero de ozono" te deja sin palabras. No tuve oportunidad de echarle el lazo al disco cuando salió, ahora estoy perdido entre mundos ignotos de luces que se apagan y seducen, de palabras que surcan el cielo en busca de imágenes programadas para sentir.

Antonio Arias es un personaje singular, de esos artistas que no vale poner etiquetas, ni encuadrarlos en ningún estilo. Lo suyo es bogar y fluctuar. Lagartija y flamenco, guitarras que espantan y ahora el espiritu de la ciencia en cada cuadrícula de su discurso siempre envolvente. Acabo de comer, termino mi copa de vino, salgo a la terraza, en la cocina suena "Soleá de la ciencia" y parece que se abren los cielos.

El espíritu de Morente se presiente, y con respeto se le recuerda ("Soleá de la ciencia", dentro de su disco "Morente sueña la Alhambra"). Soleá Morente aparece en "A la materia" y no te queda más remedio que caer rendido en un mar de universos paralelos. Piano, densidad bajo cero, Antonio y Soleá de la mano en un jardín de flores eléctricas, de rocío carbón, cariño en las palabras, sensualidad en la voz. Llegue tarde a este "Multiverso II", ahora no puedo salir de él.

Estoy en el labertinto de Minos, o en una encrucijada dulce en la cual quiero perderme. "Infinito" es grande, es como un continente, "es vivir, es inventar". De esos discos que perdurará con el paso de los tiempos. Quizás alguién se le ocurrirá enviarle en un cohete de esos que buscan civilizaciones avanzadas por el universo que nunca se acaba. "Relieve" es otra cápsula de escape, otra pléyade de frases que se interrogan y te subyugan. Puro placer para los sentidos.

"La física de la inmortalidad" goza de los parabienes del himno. Es una herramienta para el goce de los ojos, para sacudirte mientras los caracoles miran el reloj la hora prevista para llegar a una naturaleza salvaje, dámero prohibido de dicha. El piano de nuevo en "Proyecto Marte" da paso en "Dejar las cosas intactas", a las guitarras que se ponen nerviosas mientras Antonio recita espejismos, ecuaciones que nunca se resolverán. La ciencia, joder, la ciencia, que enigma.

"Un alfa y tres omegas" sigue con la perpetua agitación, puro nervio, entre sintaxis imposibles y ruidos inaudibles. Y para terminar "Cármenes", también con Soleá, para dar más brío a este increible disco que debería figurar en los manuales de producciones para seguir si quieres saber en que consiste el arte y la revelación.


viernes, 9 de octubre de 2015

MISHIMA. "Set tota la vida" (2007)


Pedazo de disco se sacaron de la manga Mishima en el 2007. La verdad es que llegue tarde a ellos, pero desde que supe que estaba ante una de las formaciones más interesantes del orbe indie, no me he perdido nada suyo.

Solo con el comienzo alegre y vital de "La tarde esclata" lo tienen todos hecho para que les sigas la pista. David Carabén el mago que urde pócimas con su varita estrafalaria se saca conejos de su sombrero como y cuando quiere. "Aguéev" es intensa y desbordadora, y "Neix el món dintre l'ull" es poesia hablada, narrada, mientras el grupo se mira el espejo buscando ruiseñores.

Mishima es un harakiri de rosas, una esbelta estatua de fuente donde mana a destajo posibilidades para la emoción. "La forma d'un sentit" es un maravilloso himno; eléctrico, como The New Year, pero a su manera, irradiando fuerza, indie de ese que se escapa entre bramidos.Y es que Mishima son irresistibles. El pop de "Qui n'ha begut" es solemne, cadencioso, colosal.

Se atreven también con un poema de Joan Maragall, en "Els ametllers", nueva ocasión para participar de esta mágica progresión de ideas y sentimientos, camino trazado donde la melancolía se vuelve arena de playa, donde la música nos situa en algún lugar recóndito de la dicha.

El piano de "Un tros de fang" te acurruca y te despierta, y la potente "Llavors tu, simplement" te la podias llevar en la mochila de tus cascos cuando vas a trabajar. "Set tota la vida" es un componente más de una interesante discografía de unos tipos que se han esforzado desde sus inicios en que la emoción perdure.







miércoles, 7 de octubre de 2015

ALBERTO MONTERO. "Puerto principe" (2013)

Que bueno que el sello Bcore acogiera en su seno a Alberto Montero. Acostumbrados a las hecatombes nucleares del sello barcelonés, la inclusión entre sus filas de este "Puerto Príncipe" y de este monumental artista, es todo un activo.

El tercer disco de Alberto Montero, que comienza con la canción que titula el cd, es todo un batiburrillo de folk progresivo, de sonidos de los setenta, de psicodelia galopante. Vientos, ir y venir, coros en seis minutos de esparcimiento.

El valenciano me gusta. Hasta creo sentir un palpito a Vainica Doble cuando la candidez de "Noche de verano" viene para que sintamos añoranza de lo perdido. Un tobogán de cromatismo, de rutilantes amalgamas de influencias que no se pierden en volubles serenatas sin mas. "Para nada" y su piano misterioro da la voz a "Hoy ayer", casi indie, viento y melodia perfecta, un hit para tararear viñas, un gesto al aire soberbio, con una solvente banda detrás, para dar más empaque al asunto.

No puedo de dejar de mirar atras cuando oigo este disco. No casa en esta época donde todo es querer innovar y olvidar el pasado. Alberto Montero es un juglar que reparte sus enseñanzas en castillos de aires, en veleros de ultramar, como cuando en "Manada de árboles" te da por cerrar los ojos y pensar en el medievo.

"El juego del olvido" es una serenata tranquila, es un puzzle de lianas y letanías fértiles, hogazas de luz incandescentes, motivos para la alegría, festejo y acurrumacos para un mal día. Si, la verdad es que no hay nada como un paseo por las trincheras de la levedad.

Otra as en la baraja es "El indeciso" camino de citaras ondeantes, perfúmenes al albur de los designios del tiempo. Atemporal pues Alberto Montero, y este "Puerto príncipe", música sin edad.


lunes, 5 de octubre de 2015

ALGIERS. "Algiers" (2015)


Gospel post punk. Ahi queda eso. Desde que suena "Remains", te das cuenta de que esto es distinto a todo lo que escuchamos. Si estabas esperando una banda que se saliese del tiesto, que abrazase la heterodoxia en una mixtura desbocadora, tu grupo sera Algiers.

El disco me llegó hace unos días, y la verdad es que no paro de ponerlo. Gospel y cavernas, grutas y sombras, con voces que gritan desesperación y venganza, ("And when you fall"). Franklyn James Fisher, es la vozarrona que rompe cielos, criticando la esclavitud, rompiendo las cadenas, trayéndonos la vida de los miles y miles de seres humanos que vivieron y murieron con un bozal en el cuello y la palabra.

Me pongo "Blood" con ese coro que vomita angeles, cantantes bajo el cipres, que de repente se ven acompañados por el sonido del estruendo de una guitarra, que parece la trompeta de Jericó. Post punk en reuniones dominicales con ostias venenosas, manos al cielo, ojos cerrados, apocalipsis de rugido y hielo.

Algiers ha construido uno de los discos más hermosos del año. Contra la globalización y el dislate de unos tiempos crueles contra el más debil, Algiers alzan su hacha vocal para abrir conciencias, para robar cielos. "Old girl" es puro post punk, extremo, voraz, devorador, ensañándose con la calma, con latidos del primero Nick Cave.

También tienen tiempo para confeccionar suculentas piezas de electro ochentero como "Irony. Utillity. Pretex", gravitaciones perfecta para mover los pies. "But she was not flying" es soul industrial, como toparte de repente con unos The The de negro riguroso, detrozando espejos con el latir de la voz, vomitorio de sedación y pus.

Joder, pedazo de banda. Oigo la fantasmal "Games", lenta y febril, arena en los bolsillos, mientras la luz se atenua y las velas tiemblan ante la emoción por haber avistado el espectro de Nina Simone. Sin palabras que se queda uno. "In Parallax" es otro trallazo para no quepa duda que estamos ante algo muy grande. No perderles de vista.


viernes, 2 de octubre de 2015

16 HORSEPOWER. "Sackcloth-N-Ashes" (1996)


Fue hace muchos años cuando recibí como regalo de cumpleaños "Folkclore" (2002), mi primera aproximación a una banda que desde las primeras canciones me llegó a fondo. Sobretodo por su propuesta de aunar el country con la oscuridad, tenebrosos y ardientes, capacitados para hacernos atrapar con mandolinas de calaveras y ritmos angustiosos.

Dave Eugene Edwards, es el culpable de traernos el apocalipsis, nieto de un predicador y acostumbrado al lenguaje de las serpientes, con 16 horsepower, tuvo la oprotunidad de hablar de redención y castigo, mientras golpeaba con su voz conciencias. "Black soul choir", para que aun no los ha escuchado todavía, es una buena manera de empezar a meterte en esta biblia negra que eran 16 horsepower.

Este disco fue el primero de los seis que sacaron, amparado bajo la mirada en la sombra de Gordon Cano, de Violent Femmes, y en el se sustenta toda una estructura que milita en lo salvaje, en la tradicción, en los esputos como "Haw" fieros desde la cochambre.Cercano a Nick Cave en la faceta de litigante de la fe, el country gotico tuvo en 16 horsepower a su maximo exponente.

"Black Bush", es otro exponente de esta oración a base proclamas incendarias, donde el calor de la levedad se angosta en la carne del pecado. En "Heel on the shovel" cabalgan a lomos del fuego, midiendo su fuerza con el folk y "American Wheeze" es un minimal combate donde celebras las embestidas acústicas con las proezas estilísticas de este banda de forajidos.

16 horsepower, una agreste amenaza, una contienda sin fin, un osario en el camino, la voz de la devastación mientras el calor achicharra conciencias.....