Esta claro que los grandes grupos de los 90, no nos fallan. En activo desde finales de los 80, Eleventh Dream Day nunca nos desfraudó, siempre dieron en el clavo con su rock de alto octanaje, con sus niveles de radiación electrica siempre rozando la hecatombe lírica.
Ahora nos presentan "Works for tomorrow", y es como si se hubiera parado el tiempo. Me pongo ese pedazo de himno punk que titula el cd y no paro de subir y subir el volumen del reproductor. Sensaciones pasadas que vuelven y se quedan.
Entre Rick Rizzo a los fogones guitarreros y la voz de Janet Beveridge como contrapunto, con Dough MacCombs en la retaguardia, se las apañan para apuñalarnos a traición con sacudidas que van de lo psicodélico, "Cheap gasoline", hasta enjambres contaminados de escaleras de ritmo hipnótico como "Go tell it". Músculo, una banda ensamblada, una buena ración de medicina ponzoñosa para que recordermos que quien tuvo retuvo.
Los de Chicago seducen con su potencia y su conjugado discurso percutivo, labrando en la tierra semillas de esas que crecen hasta tocar cielos embrutecidos de discursos litigantes. Increible su estado de gracia. "The people's history" es otra cabalgada, otra contundente agitación que confirma porque de las ultimas novedades que me he comprado en estos ultimos meses, el 90% corresponde a bandas ya maduritas. Los jóvenes (salvo excepciones) deberían hacérselo mirar.
En "The unknowing" es un placer el soliloquio guitarrero de Rizzo, con Young en mente, largos minutos de intensidad, de disonancias placenteras. También tiene tiempo en "Deep lakes" para marcarse una maravillosa pop song con el careo de Janet, azucar y cariño a bortotones. Para terminar "End with me", volcán que se desata, entrañas queroseno, ganas de volver a ser de nuevo joven.
La banda sigue en su sueño, nosotros seguimos salpicados de fogonazos de rabia, de bilis que entumece, de digestiones eléctrica de rock. Eleventh Dream Day, gran banda.
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