Nada mejor que meterse de lleno en este álbum recopilatorio que sacó Morrissey en 1990, con sus mejores canciones hasta la fecha, para que el mono que tenemos de The Smiths se nos quite con esta andanada de melodías que nos hacen recordar a la querida banda de Manchester.
El inicio no puede ser mejor con "Piccadilly palare" y "Interesting drug". Y es que lo importante de "Bona Drag" es que la mayoría de las canciones que lo componen no estuvieron incluidas en ningún disco, salieron como singles, y Morrissey se vino a bien crear este disco, de lo mejor que ha hecho, con temas tan imperecederos y tarareables como "November spawned a monster" donde da lo mejor de sí mismo con el lirismo al que nos tiene acostumbrados.
Y es que no debemos de engañarnos, lo mejor de Morrissey está en sus primeros discos, donde desarrolla una carrera a rebufo del sonido de The Smiths, jugando a caballo ganador, componiendo estelares tracks como "Will never marry" o "Such a little thing makes such a big difference".
Himnos del calibre de "Quija board, ouija board" donde se dirimen los aspectos fundamentales de una forma de crear que ennoblece al artista a pesar de los pesares, de su carácter tan dado a que le detestemos por muchas de sus actitudes. Pero aquí en "Bona drag" hablamos de música, de buena música, y tenemos para dar y tomar con pepinazos del calibre de "Hairdresser on fire" o ese otro hit inmortal "Everyday is like sunday", pura medicina para nuestros humores interiores.
La triste "Yes, i am blind" hace que se te erice el alma, como ese otro dulce envenenado que es "Lifeguard on duty". En resumen, caigas donde caigas en este disco tan necesario si eres amante de The Smiths y del primer Morrissey, hará las delicias de los nostálgicos. Puro fuegos de artificios colosales.
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