Fueron una de las bandas que en los 90 integraron esa serie B de grupos que no tuvieron la suerte de copar portadas pero que merecieron nuestra atención y nos hicieron disfrutar como locos. Su disco "41" (1994) y este segundo lp, son indispensables para quien tuvimos la fortuna de vivir en primera mano aquella época.
Comandados por David Freel, Swell se las apañaban para construir canciones con distorsión nada áridas, repletas de melodías extrañas ("At long last"), donde a veces era fácil intuir tensions de slowcore ("Everything"), siempre con desparpajo y hábil tensión.
"Down", es todo un himno repleto de melancolía, con la voz de Freel arañando cielos, lenta, envolvente, poco a poco se convierte en un pequeño hit eléctrico, precursor de lo que luego veríamos en ese descomunal "41". Y es que "..well" está repleto de fogonazos que llevan la calidad como principal baluarte ("Turtle song"), donde se percibe a una banda donde destaca sobre todo el bajo de Mark Signorelli.
"It's ok" es fabulosa, un crisol de energía que agazapada se convierte en una noria de emociones contenidas. Vaya sonido. Como ese trueno descarriado que es "Tired" donde tiran con bala con bravura, ejecutando un completo compendio resumido de lo que es el indie rock.
También "Wash your brain" con su infecciosa capacidad de prolongar esos estadios de melodía rabiosa consigue que escuchar este disco a disco de hoy sea algo necesario para no olvidar la alta calidad musical de tantas y tantas bandas.
A disfrutar pues de este desayuno vitaminado con las mejores esencias de los 90. Tentempie que ágilmente te hace volver atrás y disfrutar de las esencias que hoy son recuerdos.