viernes, 17 de septiembre de 2021

DEAFHEAVEN. "Infinite granite" (2021)

 


Deafheaven han cambiado. Han dejado de lado esa mezcla tan curiosa entre shoegazing y black metal, para probar otro tipos de pócimas, para especular por pasajes menos extremos. Aquí es la belleza, la emoción que enerva, lo que predomina desde que empieza el viaje con "Shellstar". 

Quien diría que son los mismos que nos dejaron sordos con trabajos como "Sunbather". Aquí hay shoegazing con abrazos de dream pop ("In blur"), y pequeños apuntes de un post rock de guitarras que se crispan sin llegar nunca a los nervios ("Great mass of color"). 

Quizás han perdido pegada, se ha atenuado su afán destructor, pero han ganado en cromatismo ("Neptune raining diamonds"), en expresiones que viven de volcar todo el sonido en cielos que parecen caerse por su sólo peso ("Lament for wasps").

"Villain" es una pieza de orfebrería melódica, y "The Gnashing" recupera los gritos que les hicieron entrar por derecho propio en el averno. "Other language" es bonita hasta en la tristeza que rezuma, y el final con "Mombasa" pone la guinda a un pastel repleto de aperitivos diversos para calmarnos el hambre a los que vivimos siempre al límite del sentir 

Han vuelto Deafheaven, han tenido tiempo para recuperar la voz, ahora, dejando de lado el black metal, parecen un combo de idílicos sueños por venir. 



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