Qué buen trabajo se ha sacado de la manga el amigo Kiko. Después de esa notable producción que fue "Sombrero roto" (2019), nos regala este "Hambre", que empieza con el tema homónimo que es todo un clamor contra la ausencia de comida, contra la maldad de que exista con toda la riqueza que hay, esas bolsas de hambruna que denigran nuestra condición, que dice poco del povernir y del presente de nuestra especie.
Este es Kiko, siempre presente, nunca de lado, con su fabulosa voz de ruiseñor fuera de toda jaula posible. Aquí caben experiencias electrónicas que rozan lo tenebroso como en ese grito existencial llamado "Dónde van", dos minutos al servicio de nuestra pequeñez frente al deterioro impasible del paso del tiempo. Soberbio.
"Duele" es marca de la casa, Kiko cose las palabras en un cielo limpio de borrascas, va hacia lo cotidiano con su sencillez y te muestra espejos donde mirar sensaciones que sufres, que sientes, que te hacen ser quien eres. Como "Días raros", nacida en pleno confinamiento y que describe a la perfección el enclaustramiento que vivimos todos.
En "Luna nueva" se nos vuelve bailón y vacilón para en "Mujer volcán" viajar al exotismo oriental. Siempre le ha gustado coquetear con la electrónica y buena muestra de ello es "Madera", fusionando el flamenco con lo que tenga que venir.
Vuelve a aires mas introspectivos con la sublime "Estoy cansado", todo un canto a esa fatiga que nos produce la insatisfacción por comprobar cada día lo dificil que es el existir.Todo rodeado de un aire casi de dub minimal, esquelético y a la vez visceral.
Para terminar, "La felicidad", conclusión definitiva de que a pesar de los pesares, hay que continuar en marcha, sin desfallecer, porque la vida es solo una, y dura tampoco.....
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