Canciones que se enlazan y que caen en la red de una instrumentación que medita espeología investigadora como esa unión entre "Moon mail" y la electrónica "Trench". Pero si "Bodysong" tiene algo bueno es la multitud de registros que está compuesto.
El neoclasicismo de "Iron swallow" da paso a una estrambótica sucesión de ruidos en la extraña "Clockwork tin soldiers", para a continuación en "Convergence" rellenarnos la cabeza con minimales percusiones del demonio.
"Nudnik headache" vuelve a centrarse en los sonidos tecnológicos, para en "Peartree" escorarse hacia unos derroteros de dulce improvisación. En "Splitter" coquetea con el jazz y en "24 hour Charleston" se sale con la suya, con esa bajo que percute y atruena.
Oscura suena "Milky drops from heaven" y el fin con las cuerdas de "Tehellet" nos pone en aviso de lo que sería una fructífera carrera como hacedor de scores ("Norvergian wood", "Tenemos que hablar de Kevin, "The Master"..). Una buena manera pues de adentrarse en la obra de un músico que ha sabido encontrar sitio fuera de la comodidad de una banda grande.
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