Vuelve el kiwi pop desde tierras neozelandesas. Si "Silver Bullets" (2015), rompía un silencio discográfico de casi 20 años, este sexto trabajo de la banda de Martin Philipps viene como caído del cielo, para traernos calor en el frio del hielo.
Basta tan solo con la inicial "Bad sugar" para dejarte llevar por la melaza dulce de una banda que en su país tuvo un éxito de la leche, y que vienen a llenarnos la barriga de estribillos de esos que rasgan la vestidura ("Time to atone").
"The greatest guide", como el resto del album, es otro de esos singles directos, jangle pop artesanal, voces que rompen sesgos, lazarillos sonidos donde es fácil sacarte una sonrisa sin más. "Scarred" con esos teclados ochenteros es otro diamante de esos en bruto que deja paso a "Complex", donde las guitarras chisporrotean rocío en un vendaval acariciador.
Asi transcurre este cd de media hora medicinal, con el mismo rugido pop que nos dejó "Silver bullets", las mismas armas para construir canciones que son racimos de sanación instantánea. "Deep belief" rezuma ternura, fragilidad, y "Lord of all i survey" luce barroquismo y prendas de usar hace lustros. Una gozada.
La que titula el disco contagia por su calidez y contundencia vocal y "Eazy peazy", mi preferida, es otro trallazo emocional, pereza vencida, caliz para nocturnos alegres. The Chills, de nuevo con nosotros, la vuelta del kiwi pop, un verano en el invierno.
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