El tercer disco de la banda de Washington, Jawbox, "For your own special sweetheart", supuso el abandono de la label Dischord, hogar de Fugazi y de toda la tropa de insurgentes del post hardcore. Ficharon por Atlantic records, y el cambio a penas se notó.
La banda siguió a lo suyo, desde el primer cóctel molotov, "FF=66". La melodía sigue siendo una de las principales armas que usan para construir racimos de guitarras que se incendian y te alumbran. "Savory" es un himno que no sabes si ponerlo en la estantería del emocore o del posthardcore y "Breathe" es un enjambre de electricidad que no cesa y te acosa.
J.Robbins, el ex-bajista de Government Issue, ya había dado muestras junto a sus chicos desde el primer trabajo de Jawbox, "Grippe" (1991) de donde podían llegar. Cobijados junto al hechizo de Ian Mcyane, soltaron las amarras de su protección, para continuar su camino. Y las canciones le salían como himnos ("Motorist"), nerviosas agitaciones ("LS/MFT"), o sorprendentes guiños al indie, como la vital "Cooling car".
Los medios tiempos también funcionan ("Green class") y las agitaciones del tipo de "Cruel swing" nos muestran a una banda ponderada en repartir estopa y luces cardiacas. "Chicago Piano" es otra de esas gemas que te envuelve con sus llamas y su melodía agasajadora y "Reel" podría estar junto a cualquier trallazo de los añorados Sunny Day Real Estate.
Me encantan cuando bajan la intensidad y te ofrecen ese té envenenado que se llama "U-trau", para terminar con "Whitney walks". Enorme disco de una banda que no hay que perderse ninguna de sus producciones. Quien se haya quedado con ganas que pruebe "Jawbox" (1996). Post hardcore sin aditivos.
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