martes, 10 de noviembre de 2020

KLEG. "Zing" (1992)

 


Este pedazo de grupo es de esas joyas escondidas que ha dormido en el cajón de las especias musicales que tanto ha condimentado nuestra vida. La banda holandesa, sacó este enorme disco, producido por Lee Renaldo y mezclado por Luc Van Acker de Revolting Coks. 

Y la huella de Renaldo se hace patente, desde que se inicia el desgarro con "Diamanda", con ese punto donde divergen el art rock y el noise, como un mar inclemente de sonidos de esos que te provocan y te acunan a la vez. Gozada.

Canciones con títulos de una palabras que fabrican una rápida aceptación al oyente que cae con las volutas de distorsión controlada de "McKenzei", y con soberbios pasajes de improvisación como "Cindy" y ese decorado que dibuja de expresión brutal. 

"Jacky", es una gominola enjabonada con caligrafía de repostería eléctrica, y "Brenda" es puro Sonic Youth, pero mantenido una identidad de banda que acoge influencias para traducirlas con su propio lenguaje. "Intro" es un mazacote repleto de feedback" y "Alley" es mi favorita de entre este manojo de ruidista panorama acogedor. 

Tienen los temas de Kleg una patina inconformismo, de subversión, pero siempre acompañada con paradas en puntos intermedio para una meditación atropellada  ("Heather"). Sacaron a parte de este "Zing" una suite de 4 temas titulada "Eating and sleeping", también de recomendable escucha. Kleg, uno de esos tesoros que es puro disfrute su encuentro.


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