domingo, 13 de noviembre de 2022

GILLA BAND. "Most normal" (2022)

 



Antes eran Girl Band. Ahora se hacen llamar Gilla Band. Es lo mismo como se llame, el peligro esta asegurado en su escucha. Abrir un disco con ese festival de ruidos  ("The Gum") que te hace bajar el volumen a las primeras de cambio, es todo un reto para los que quieran profundizar más en el mundo caótico de una banda que desestructura todo el armazón del post punk, para construir algo que nace de la anarquía y que te contagia sin remisión. 

Cuando te topas con temas como ese himno que casi parece una hit llamada "Eight fevers", te quedan ganas de no parar de danzar, en un frenesí continuo de bilis, de caos, hilo tras hilo de un ovillo donde se pueden ver huellas de The Fall ("Backwash"), pero siempre yendo un poco más lejos, demoliendo lo establecido, expulsando una millón de secuencias sonoras de ruido y más ruido. 

Gilla Band tiene algo que te reta. Que te seduce. Su discurso es de lo más radical que te puedes encontrar, sus modos son los márgenes de los márgenes, pero consiguen con su crudeza crear postales de un sonido que parece salido de un apocalipsis sin fin ("Gushie"). La escucha de "Most normal" es todo un tour de force de angustia, punk que se esparce por el aire, por los rincones de tu casa en forma de espasmos inauditos ("Bin liner fashion"). 

"The weirds" es un mantra industrial, una pulsión hacia lugares repletos de crudeza, de devastación, en una progresiva agitación de distorsiones áridas, de gritos de combate en un festín de pánico y caligrafía feroces. 

Mi favorita es "I was away", por esa retahíla de repetición, por esa colección indefinida de sonidos que espantan y a la vez te hipnotizan. Un puntazo vamos. Como "Almost soon" y ese vacile que se convierte en un exabrupto que no cesa, en un tobogán de ritmos rotos, de pasión por el paroxismo extremo. 

No hay respiro en la escucha de "Most normal". Aquí no te puedes quedar parado, ni los nervios se te pueden calmar en algún momento. Todo llama a la sedición, a una incomodidad que necesita de tiempo de asimilación ("Post Ryan").

Sólo nos queda comprobar como en directo pueden llevar a cabo este experimento repleto de duelos al sol, una orgía desencadenada de música que requiere la aceptación de unas coordenadas que no se sujetan a nada establecido. Gilla Band o la consecuencia de ir más allá de lo conocido. 


1 comentario:

Carlos dijo...

Hola, te pongo en mi lista de blogs amigos. Un saludo