martes, 4 de junio de 2019

RIVULETS. "Debridement" (2003)


No es casualidad que Low apadrinaron a esta banda comandada por el Nathan Admundson. Desde que suena la sensual "Cutter", con su folk de terciopelo, con sus entramado de suavidad envolvente, notas que estamos viendo la misma escena que nos tiene acostumbrados Mimi y Alan.

"Debridement" fue el segundo disco en la carrera de los de Denver, y es una colección de estampas que producen escozor y tristeza ("Bridges"). Slowcore que mece rocío, paseos por una caricia, arranques de palabras de un silencio que no se fía de lo que está por venir ("Conversations with a half-empty bottle").

Como Low, saben estructurar la melancolía, tejer ordenadas secuencias de minimalismo folk mientras Nathan canta sin demasiada fuerza, arrastrando la dicción entre volutas de recogimiento ("Steamed glass").

Le basta solo el sonido de una guitarra acústica en "Shakes" para que si cerramos los ojos pensemos en Leonard Cohen. "If it is" te engancha por esa subida de tensión que por la mitad del tema te deja pensativo de llorar.

"There's nothing i can do" te sumerge con su piano en una placidez de mil susurros y "Will you be there" te deja en silencio, salud de vientos que van y vienen. Rivulets siguen en la carrera. El año pasado sacaron "In our circle", otra vuelta más de tuerca de esparcimiento interior.



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