Ride, uno de los miembros del shoegazing de los 90 con discos tan indispensables como "Nowhere", y sobre todo "Going blank again" sacaron este cuarto disco dentro de una serie de disputas que llevaron a la expulsión de la banda al que para mi fue el mejor símbolo de ella, Mark Gardener. Andy Bell (que luego acabaría en Oasis) se hizo con las riendas del grupo para sacar este potente disco, que aunque este un listón más bajo que sus primeros trabajos, posee suficiente alquimia para recuperar a día de hoy,
La pegada rock de "Black nite crash", deja paso al britpop de "Sunshine/nowhere to run", para en "Dead man", envolvernos en una buena catarsis de distorsión psicodélica marca de la casa. Si, Ride molan aunque Mark no este por aquí.
Como no emocionarse con himnos del tipo "Walk on water", o con ese pedazo de teclados que en "Deep inside my pocket" navega en un maremoto de ecos del pasado. "Tarantula" no es shoegazing, su inflamación está mas cercana a postulados britpop. Basta canciones como "Mary Anne" o "Castle on the hill" para comprender los senderos que surcaban Ride en esta época.
Vuelven al rock poderoso con "Gonna be alright", para seducirnos con su psicodelia de andar por casa de "The dawn patrol". "Ride the wind" redunda en sus proclamas de hits de esos para noctámbulos intermitentes, o "Burnin'" y sus aspavientos de guitarras para recordarnos los grandes que Ride fueron a principio de los 90.
Buen cd que no obstante, está bastante alejado de la etapa productiva del grupo, y que tuvo en 2017 con "Weather diaries" su contundente continuación. Ride, joder que tiempos, es una maravilla volverlos a oír.
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