El noveno disco de Waits fue todo un canto a favor de todos lo que en la ciudad lo están pasando mal engullidos por la insolencia de una vida demasiado despiadada. Vaya disco que se marcó el bueno de Tom. Vaya inicio con "Singapore" y sus trombones de fiesta sin anunciar.
"Rain dogs" uno de los pilares de la discografía de este pedazo de artista, está repleto de sonidos y estilos diversos, todos efectivos, con marimbas, acordeones, banjos y todo lo que te puedas imaginar ("Clap hands"), y donde la creatividad de Tom esta en ese punto donde realizar obras maestras parece cosa sencilla.
¿Queremos escuchar una polka? Pues va y nos dispara a la cara "Cemetery polka", ¿música de circos ambulantes con historias siempre peligrosas?, pues te pones "Tango till they're sore". Y cuando hablamos de temas eternos de Waits, de esos que te pones si o si cuando quieres una taza de melancolía, suena "Hang down your head".
Las baladas como "Time", marca de la casa, te rompen el corazón, o "Downtown train" otra de esas canciones que pase el tiempo que pase, siempre perdurará en nosotros. Hasta los experimentos cercanos al country como "Blind love" funcionan a la perfección.
Que maravilla "Walking spanish" con esos aires de jazz y "Anywhere i lay my head" que pone el punto final a una celebración total por la vida, por el arte, por la música sin aditivos.
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