Lujazo en toda regla el primer disco de esta banda gala, tras un ep que venía a introducir el sabor melódico de un grupo que la verdad te deja un regusto vibrante, con sus melodías artesanales, con su pop de guitarras que duelen ("Ends and begins").
Melódicos y urgentes, casi parecen una banda neozelandesa ("No more cryin'), con huecos suficientes en su haber para tararear y pasar un feliz día con himnos del tamaño de "My friends". Cuando meten teclados por medio, les sale "Orange juice", para destapar el polvorín de las esencias.
"Please come back in the game" es otra joya que hace que tus oídos claudiquen, y "What you loved" parece acercarse a una psicodelia amable. Y luego esta el arsenal de canciones redondas para nota superlativa como la emocional "Do color last?" o "All that time" y su sonajero de guitarras que suenan a un mar que acecha.
Mi favorita, la que da ocaso al disco, "Nothing has changed", pura armonía para festejar que aun se pueden hacer grandes canciones de pop para ponerte la carne de gallina. Apuntamos a Pop Crimes. Seguro se que hablará mucho de ellos.
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