Desde que en 2010 Mark Linous decidiera poner punto y final a su vida, nos quedamos todos un poco huérfanos de sus canciones hermosas, de sus guitarras a veces áridas, de su lirismo avasallador. Para suplir su ausencia, nacen disco como este póstumo combate de canciones que la hermana de Linous ha recuperado para que el homenaje a su hermano sea un disfrute total de todos los que seguimos su trayectoria.
Disco que en un principio iba a salir en 2009, con la supervisión de Steve Albini, se guardó en los arcones de la memoria para que ahora disfrutemos de este manjar que empieza con un torrente eléctrico ("It will never stop"), y que es seguido de dos bellas joyas melancólicas como son "Kind ghosts" y "Evening star supercharger".
Cuánta tristeza se guarda en "O child" , cuanta levedad en la artillería emocional de "Falling down" que nos lleva de la mano a "I fucked it up", la más aguerrida de este soberbio de pop melancólico que es "Bird machine".
"Chaos of the universe" es otra gema incrustada en la necesaria discografía de Sparkehorse, un serena reflexión que da paso a "Listening to the Higsons", donde de nuevo asoma los zarpazos de guitarras, la distorsiones que nacen de la detonación.
Disco de larga duración, este "Bird machine" esta cargado de pócimas elaboradas con la honestidad del que ha sabido relatar durante su vida las cosas bellas, los dolores, las tragedias, la sombras y la multitud de luces ("Everybody's gone to sleep").
"The skull of Lucia", lenta, parsimoniosa, es otra de las joyas de un trabajo que recupera todas las esencias de un autor necesario por el poder magnético de sus canciones, por la delicadeza que desprendía en sus composiciones tan mágicas. Valga este disco para recuperarla, porque Linous nunca se fue, cabalga con nosotros en noches de insomnio y pavor.
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