Solo les bastó a Drive Like Jehu dos discos para forjarse una leyenda dentro del post hardcore. Dos discos y 5 años de duración como banda. Porque tanto el lp homónimo como sobre todo esta barbaridad llamada "Yank crime", son dos artefactos de esos que penetran como una cuchilla.
Rick Froberg y John Reis formaron una grupo que daba miedo. Influenciados por el legado de Husker Du, Drive Like Jehu fueron más allá, como lo demuestra la primera canción de este disco "Here come the Rome plows", catarsis explosiva sin parangón.
El cuarteto de Oregón después de tanto tiempo pasado sigue haciendo que vibremos como cuando lo escuchamos por primera vez ("Do you compute"). Y es que sus guitarras afiladas, la distorsión que apabullaba y un extraño toque melódico que sólo se dejaba intuir ("Golden Brown"), componían un caldo de cultivo total para la agitación emocional.
Podemos decir que Drive Like Jehu fue el puente para lo que más tarde nació como emocore. Se dejaba entrever en sus composiciones un poso de dramatismo, un extraño bucolismo agazapado tras un azote de guitarras ("Luau"). En su época, con Fugazi como foco catalizador, no fueron lo suficientemente visibles ni tuvieron la suerte para acaparar portadas, pero ellos, a lo suyo, consiguieron un sonido inigualable.
"Super unison" empieza con un zumbido que se convierte al poco en una de las cimas de un imprescindible disco para los amantes de las sensaciones fuertes. Qué pegada que tienen temas como "New math", un geiser desbocado, con un batería, Mark Trombino, que parece que se va a romper los brazos en cada toque de baqueta.
A Drive Like Jehu les gustaba especular con desarrollos largos en sus temas, que iban creciendo poco a poco, hacia una tensión que se inflamaba con paciencia como nos muestran en los 9 minutos de "Sinews".
En conclusión, un disco de esos que debes de tener sí o sí en tu discografía. No pasa el tiempo por él. Su sonido arrasa.
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