Con este disco se destapó esta enorme banda proveniente de la escena de Carolina (Superchunk, Archers of Loaf) , una de las bandas más interesantes de los 90, donde destaca sobre todo la gran versatilidad vocal y guitarrera, entre Ash Bowie y Dave Brylawski, acompañados por Brian Quast a la batería y Steve Popson al bajo.
Desde que suena esa tormenta instrumental llamada "Vibracobra" seguida por ese arreón de distorsión que es "Kalgon", te das cuenta que la propuesta de Polvo, tenía una personalidad propia, escarbando entre riffs estrambóticos y unas pulsiones eléctricas que les dotaban de una capacidad de sorpresa que que les hacía únicos.
La verdad es que enfrentarse a burradas como "Bend or break" es todo un festín de fuegos de artificio altamente disfrutable, con un feedback avasallador, donde las guitarras parecen que aúllan como nos muestran en "Can i ride"
Uno de los puntos fuertes del álbum lo encontramos en "Channel changer", elaborada y radiante, repleta de disgresiones y cambios de ritmos. En eso Polvo eran unos estudiantes privilegiados. Indie, mathrock, noise. No sabías donde ubicarlos porque lo suyo era una propuesta de otros colegas de la época, y la verdad es que su música con el paso del tiempo ha envejecido bien.
A veces suenan como unos Sonic Youth con resaca ("In the hand, in the sieve"), otras se las apañan para atraparnos en su red de araña de intricados juegos de guitarras ("The curtains remebers" y "Well is deep").
La última noticia que tuvimos de ellos fueron dos canciones en el años 2020, que nos les mostraban en plena forma. Su anterior disco databa del 2013, el fabuloso "Siberia". Ojalá tengamos pronto nuevas noticias suyas.
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