El que fuera el disco número 8 en la carrera de los indispensables Killing Joke es mi preferido. Y eso que en su dilatada carrera tienes donde a elegir. Pero es que después de tantos años cuando suena ese trueno llamado "Money is not our god", no puedo más que levantarme y empezar a moverme como un poseso endemoniado. Vaya sonido.
"Extremities..." sea quizás el trabajo más violento y rudo en la carrera de Killing Joke. Largo, doble vinilo, condensando toda esa energía que de mano de Jaz Coleman y el guitarrista Geordie Walker, hace que estemos antes una maquina engrasada y feroz. No me extraña que los Pixies se lo llevaran de gira como teloneros. En el concierto que dieron por Madrid se comieron a los duendes.
"Age of greed" es distorsión, industrial, post punk, catarsis de guitarras y ruido que es un enjambre de caramelos envenenados, y "The beautiful dead" con sus casi 13 minutos de divagaciones terroríficas, tema que no trae a los Joke de antiguos trabajos, especulando, pero esta en forma de mazacote sonoro.
En "Extremities" llegan a los 19 minutos, y el climax está ya cerca. Viscerales, disruptivos, consiguen unificar con su crudeza todos los caminos posibles que van del post punk, al industrial, con parada en apuntes electrónicos, aquí bastantes comedidos.
Con "Intravenous", nos encontramos ante otro de los puntos fuertes del disco, un himno en toda regla, soldado a tus oídos aunque pasen años y años sin escucharlo. Bajan el pistón con "Inside the termite moud", para con "Solitude", tirar de épica con todo lo que conlleva.
Y como no puedes parar ni un segundo, toma entre tus venas "North of the border" y dime si puedes aguantar este mar ignoto. Para finalizar en plan metal, "Struggle". Hay queda eso. Uno de los discos más soberbios que se ha hecho jamás dentro del post punk. Una banda total.
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