Qué buenos que eran estos canadienses, con tres discos en su haber, (el último en 2010). Este fue su segundo largo, y en todo un compendio de indie rock en forma de remolino belicoso, de guitarras que hieren y de melodías que supuran ("Alone/Alive", "Head' movin").
La voz de Caila Thompson resalta en este amasijo donde a veces asoma la cabeza un art pop bien manufacturado ("Geese"), y otras los tenemos en plan extraviados en un folk de origen desconocido repleto de trombones y duendes malos ("The taste in my mouth").
Pero cuando resultan impactantes de verdad es cuando se ponen a musicar discordia ("Teller/seller"), o hacer nanas punks ("Grassy corner, a sunset). Mi favorita, un himno de esos que te quiebran la cabeza, "Highlife (i had been duped), algo así como hallarse a una Bjork nada coñazo, extraviada en el ruido.
"The horse's mouthy mouth" y "The long indifference" son las más experimentales de un disco que se pasa en un pis pas, y donde se atreven hasta a jugar con la samba en esa bellaquería llamada "Victory in war".
Para terminar un homenaje a las riot girl con "Piggy". En fin, para estos calores que nos matan, no hay nada como esta música que reproduce las altas temperaturas. Que más da. El caso es que lo pasemos bien!!!!!
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