La cosa empieza con brío con ese torbellino que es puro Pixies primera época llamado "Split tongue". Lástima que poco a poco el globo de esta banda gala se vaya desinflando, porque lo que se prometía con temas como "I'm sentimental", se va convertido con el paso de la escucha en un batiburrillo de sonidos indie rock más amaestrado.
"Sentimental" sería un disco más interesante si se despegasen de ese sonido tan cercano a a Weezer ("Aria"), y la sensación de que sus canciones adolecen de algo más de mala leche. Los gritos en plan Black Francis de "Phone number", están bien si antes no lo hubiéramos escuchado mil veces, como "Trevor Philippe" y sus melodías que no funcionan.
"Refused" es otro petardo sin pólvora, donde dejan todo el peso de la canción en una distorsión que no inflama. "Love me love me" se reviste de los mismos oropeles del resto del disco. Se sumergen en los 90 pero su traducción viene dañada por esa intención de ser excesivamente complacientes.
Así lo que empezó como un cohete, con el paso del disco, se va convirtiendo en una lineal propuesta fabricada con el eco de esas bandas que nos engatusaron en los 90. Y eso que a veces la cosa promete ("Nail gun"), pero es solo un espejismo. Una pena.
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