Qué ganas tenía de que esta superbanda, The Dirtbombs, apareciese por estos lares. La verdad es que no hay nada mejor para estos fríos invenales que una buena sacudida de garaje, de punk, de soul o de como demonios quieras llamar a esa agitación febril que te hace por momentos recordar viejos tiempos.
The Dirtbombs, la banda de Mick Collins(ex-Gories), es eso y mucho más. Toparse con ellos es como cuando descubrí a Jon Spencer y su blues band. Desfilan ante tí viejos modos de hacer algo que parece que muchos han olvidado: buen rock.
Desde que suena esa bomba de neutrones que se llama "It's no fun untill they seen you cry" no puedes, ni debes soliviantar el movimiento de tus huesos. Y una vez empezado el mogollón, te puedes dejar ir con dos versiones potentes y ostentosas "Sherlock Holmes" de los Sparks y "Fire in the western world" de Dead Moon, dos buenas maneras para entrar a saco en el hormiguero frenético del ritmo.
"Ever lovin'man" es soul punk con punch y sorbos de ácido de venenoso y "Wreck my flow" es una dentellada de garaje con ínfulas de himno desgarrador. Piedra sobre piedra edificando un torrente de estridencias con garantías para perdurar.
Alan Moore (Watchmen) le echó una mano a Collins para los párrafos de "Leopardman at C&A" y en "La fin du monde" se atreven con el francés, ensayando una pop song brillante y elegante. Y es que se pongan como se pongan, The Dirtbombs, dan siempre en el clavo.
También tienen tiempo para acercarse al noise, al buen ruido, con los ocho minutos de "They have us surrounded", para quitar ceras de oídos impertérritos. Asi pues, The Dirtbombs, te harán sentir mejor, te llamarán a la evasión y a la fiesta, creando vítores, clamores de sudor y buenas sacudidas de garaje eterno.
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