miércoles, 15 de enero de 2014

SILVER MOUNT ZION. "He has left us alone but shafts of light sometimes grace the corners of our rooms" (2000)


¿Alguién se acuerda ya del sello canadiense Constellation y lo que supuso como revitalización  del post-rock en su vertiente más épica con pinceladas de clasicismo? Bandas como Godspeed your black emperor!, Do may Say think,Feu Therese o Fly Pan Am, comandaron a últimos de los 90, un escuadrón de ácratas que vivieron al margen de las multinacionales, proclamando con su actitud que había otra forma de sacar adelante proyectos musicales con enjundia.

Efrim Menuck, (también en GYBE, el grupo bandera del sello), fue quien comandó a los Silver Mount Zion, y grabó éste primer disco, como homenaje,según dicen, a su perra fallecida en la gira de los Godspeed. "He has left..." es emocionante y clásico, los violines te dejan llevar ("Broken chords can sing a little") y en "Sit in the middle of three galloping dogs" la coral sinfónica se ve amenazada por una bocanada de viento que hace de la tristeza un slogan para pedir al cielo lágrimas de rocío incierto.

La verdad es que seguí en la época todo lo que salía de Constellation, y los Silver junto a los GYBE, fueron los que más me impactaron con sus coordenadas de revolución enmarcada en un juego musical donde las cuerdas te mecen con apatía en un mar donde los monstruos están representados por una sociedad insaciable que devora todo lo que significa rebelión ("Stumble then rise on some awkward morning").

Todo el cd es un campo de batalla de notas que van y vienen, largar peroratas como los títulos de las canciones, que minan la pasividad de este mundo sin sentido, con fogonazos como "Blown-out joy from heaven 's mercied hole" donde las teclas del piano tejen una cabaña de íntimos segmentos, astilleros donde fabricar bombas de luz, catarsis contenida con arrojo y silencio.

"For Wanda" (el nombre de la perrita fallecida, descanse en paz el divino cánido) es el epílogo a esta suerte de post-rock crucigrama de levedades y misterios sanadores.La comuna canadiense fue todo un aire fresco, un puñetazo de artistas que con proclamas libertarias dispuestos a luchar contra la decadencia del puto Occidente. A recuperar pues en estos tiempos tan necesitados de fusiles de música.


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