Soy una persona profundamente ritualista. Diría yo hasta rallar en lo excesivo. Pero me gusta. Todos los meses me compro dos discos y dos libros, escucho tres discos a la semana, tengo mis camisetas guapas para ponerme entre semana y otras para el finde, tengo los libros y los discos ordenados de forma alfabetica.... Por eso esto del encierro no me ha dejado fuera de juego.
He introducido a mis rutinas necesarias otras. Me levanto, desayuno, una hora de ejercicio con mi hijo, una ducha, ocuparme de los quehaceres de la casa. Luego comer los tres, un descanso con una buena peli, jugar con el peque, cenar, leer un buen libro (ahora estoy con Sánchez Ferlosio y su imprescindible "Campo de retamas") y luego otra buena sesión de cine. Es cuestión de mantener la cabeza ocupada ante la hecatombe que estamos viviendo.
Para hoy tenemos un buen festín, la banda Bo Ningen, japoneses afincados en Londres, y este "III" una auténtica barrabasada de noise, de rock , de guitarras que estomagan, de tensión que crece y crece y te hace moverte sin parar (pedazo de inicio con "Dadada"). Taigen Kawabe y sus colegas saben mejor que nadie coger retales de garaje, de shoegazing, de metal avanzado, mover la coctelera y provocarnos espasmos y rabia de esa que te hace gozar. "Psychedelic Misemono Goya" tira de una extraña psicodelia repleta de sensaciones de melancolía y suavidad mentirosa. Porque lo suyo es volvernos locos con sus viajes sin retorno hacia universos de caos y devastación.
Tengo un buen amigo que los ha visto en las islas unas cuantas veces y me cuanta maravillas del traslado al directo de todo ese engranaje musical que encuentras en sus discos. "Slider" es otro de los puntos fuertes de "III" (de los muchos que hay), donde suenan feroces en unas constante especulación de tensión y ritmo. Vaya gozada. En "Inu" hasta se divierten con un extraño funk mutante y en "CC", cuentan con la colaboración de Jehnny Beth, de Savages, en el track más orate del lote.
Mi preferida es ese remanso de paz post rock que se llama "Mukaeni Ikenai", donde hasta podían pasar por Envy, cuando éstos se ponen calmosos. Simplemente maravillosa. 8 minutos que no deberían terminar jamás. Pero la paz dura poco. "Maki-modoshi" es una batidora de sonidos para levitar y en "Mitsume" nos encontramos a una banda en un estado de madurez bestial, moderando algo el sonido ( sus anteriores trabajos eran un maremoto febril), para repartir estopa sin concesiones ("Ogosokana Ao"). Lo dicho un puntazo.
Seguimos pues en este cuarentena que parece va para largo. Deprimiéndonos por la constante lista de fallecidos e infectados. Refugiados en nuestra hogar donde ponemos el dique para que el virus asesino no atraviese nuestras paredes. Que siga sonando la música, que no pare jamás.....
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