domingo, 18 de febrero de 2024

PENGUIN CAFE ORCHESTRA. "Union cafe" (1993)


Adoro a Penguin Cafe Orchestra. Recuerdo con ternura cuando aun era un crío, con apenas 13 años, caer rendido ante este grupo tan curioso que llamaba la atención porque en sus discos aparecía seres híbridos entre humanos y pinguinos. Y luego estaba la música, instrumentales cálidos, repletos de ensoñación, como para sacar a pasear la belleza por el mundo. 

Liderados por el pronto desaparecido Simos Jeffes, dejaron una legado de esos que con el paso de los años ha cobrado una importancia feroz. "Union cafe" fue su último disco y como en sus cuatro trabajos anteriores, es música para enmarcar. Todo. 

Desde el inicio de "Scherzo and trio", hasta la delicadeza de cuerdas en "Lifeboat (lovers rock)", pasando por ese sonido de piano tan personal de "Nothing really blue", "Union cafe" es una reliquia hábilmente bordada, compuesta por filigranas estilísticas que son todo un goce. 

Todo "Union cafe" es colosal. Mi preferida del lote es "Vega", con sus diez minutos de elevación, con sus dotes para volar entre caricias, en una música que provoca emoción, torrentes de sueños. "Silver star of Bologne" es una delicia, encanta y sobrecoge y "Discover America", representa a las claras como el espíritu de Jeffes se constituía de un ansia atroz para confeccionar una especie de avant pop neoclásico de un planeta aun por descubrir. 

Te sumerges en "Kora kora" con ese sonido de piano rompedor y se te vacía el pozo de los adjetivos. Para terminar el viaje, "Red short" y "Passing through". Otras dos maravillas que reviven el paso del tiempo, otras dos joyas para chuparse los dedos. Los hombres pinguinos, la delicadeza de un artista total, Simon Jeffes que dejó una huella imborrable. 



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