La verdad es que no me puedo creer la mala suerte que tuvo este grupo canadiense que en los 90 nos regaló discos de verdadero power pop, cargado de adrenalina indie. Y es que si The Posies o Teenage Fanclub se llevaron parabienes (bien justificados todos), a Sloan lo tenemos que encontrar en esa hipotética lista de grupos de clase B de la época. Y es una pena.
Este fue su primer disco. Para mí el mejor. No se puede empezar mejor un disco que con "Underwhelmed" y su continuación la vital e indie "Raspberry". Y es que "Smeared" está repleto de himnos de la talla de "I am the cancer", y de distorsiones de esas que te hacen bailar sin parar como es "Median strip".
"Take it in" es dulce y a la vez venenosa y "500 up", parece casi un espasmo de shoegazing al por mayor. Vaya pelotazo. "Marcus Said" es casi britpop y en "Sugartune" se suben al carro de la dulzura melódica. Esto es un no parar. El final de "Left of centre" es un avispero de distorsión, como "Lemonzinger", la mejor del disco, con su brutal sonido que te perfora y te hace vibrar.
No hay canción mala en "Smeared". Aquí todo merece calificativos superlativos. Te pones "Two seater" y te viene a la cabeza Sonic Youth y el final con "What's there to decide", es el justo desenlace para un trabajo de esos que hay que recuperar sí o sí.
Su siguiente producción, "Twice removed" (1994) es otro trallazo repleto de absolutas y portentosas canciones. Luego se fueron calmando bastante, hasta que nos dijeron adiós con "12", en 2018. Pero eso es ya otra historia. De momento, a disfrutar con este pedazo de cd.
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