Josep Puntus escribió una novela en verso llamada "À la ligne. Feuillets d'usine", donde habla de la monótona existencia de un obrero en una industria de manufacturas de latas de pescado. Una cadena de montaje, que sirve como metáfora de una sociedad cada vez más sistematizada, y los pensamientos del obrero en su diario trabajo repetitivo.
Michel Cloup unió su suerte con el Mendelson Pascal Bouaziz y su fiel compañero en Michel Cloup Duo, Julien Rufié, para componer este maravilloso retazo que a los que seguimos desde hace años la carrera de Michel Cloup nos satisface muy gratamente.
Y es que desde que suena "C'est fantastique" con ese toque de rock arisco entre la tonada de Michel y esa distorsión tan bien llevada o ese pedazo de hit que es "À la chaine" donde Pascal y Cloup se enzarzan a duo en representar las condiciones de trabajo tan programadas, tan repletas de los mismos ritmos, las mismas pocas pausas. Tremenda.
"Les néons" es cruda y casi industrial y "Travailleurs de l'usine" , mi preferida, podría estar en cualquier trabajo anterior de Cloup. Perfecta. "Le tofu" es bellamente rallante, machacona y repetitiva y "Le week-end", esta llevada la voz por Bouaziz es la mas lírica y estranguladora. La más experimental del lote es ese pedazo de paisaje después de la batalla que se llama "Le bulots", en crescendo entre un marasmo de tensión que incendia.
Y ecos de Swans encuentras en "À l'abattoir", industrial entre ordalías de ruido y demolición. Bravo por Michel y colegas. Luego llega la calma y te embrujan con "Penser à autre chose" un himno en toda regla y juegan con la electrónica con la extraña "Pok-Pok". Las dos partes siguientes de "À l'abattoir" siguen la misma pauta que el primera: desborde sónico, apetencia de ir más allá.
Al final, el mismo Puntus, aparece recitando sus palabras en "À la ligne" y en "Il y a", dos maneras a lo grande para terminar un trabajo bellamente estructurado, y que suma y sigue en la provechosa carrera de Michel Cloup.
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