Qué buenos que eran Pop. 1280. Y que sucios,y que viscerales, y vaya pedazo de andanada de caos que despiden en su intricado laberinto de ruido underground. Basta ponerte el primer disparo certero del que fuese su segundo disco, "Light ut", y sentir lo mismo que cuando te topaste con The Birthday Party.
Comandados por Chris Bug, en sus cuatro trabajos no se han cortado en experimentar. Música industrial, electrónica, no wave... En este "Imps of perversion" nos estrangulan con su sonidos de los bajos fondos ("The Control freak"), con radiaciones abrasivas que provocan verdaderos escozores ("Nailhouse").
Martin Bisi, productor de bandas como Suicide o Sonic Youth, tomó los mandos de la producción, y el resultado nota la peligrosidad, el ánimo foribundo que inunda cada canción, como esa endiablada "Human Probe II".
Aparecen los teclados en "Do the anglerfish", pero son absorvidos por una intensidad de distorsión que te deja desquiciado, y en "Dawn of man" son casi punks. "Coma baby" es puro no wave y "Human Probe" tiene el mismo impulso de voracidad devastadora.
Para el final, "Riding shotgun", el epílogo tranqui de avasallador disco, el más feroz de un grupo que supo siempre moverse entre sonidos peligrosos.
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