Como me gusta este pasote de divertimento que se sacó de la chistera el jefe de Superchunk, Mac McCaughan. Dejando de lado la estridencias y la electricidad, todos los discos de su segunda banda, son una vibrante colección de canciones bonitas, sosegadas, sin el caliz de la distorsión, pero con una buena borrachera de rocío melódico. "Song for a clock", la primera de este trabajo es una buena muestra de ello.
Y es que es encontrarse con todo el vigor de Superchunk pero en clave tranquila y la verdad es que es irresistible de principio a fin ("Sour shores"). En "Be still please" hay lugar para delicadas baladas de esas que rompen siempre el hielo ("Black buttons"), o pequeños himnos de esos que son todo un puntazo como "I'm in love (with Arthur Dove)".
"Getting saved" es otra pedazo de melodía que arrasca veranos, otro punto más a favor de uno de los artistas más importantes que dió la música independiente en los 90. Orfebrería, arcoiris que inundan los cielos con temperaturas bajas de sentir confuso ("You Blanks"), es casi al final del lp, cuando te topas con la acústica "Like a pearl" uno de los puntos más fulminantes de todo "Be still please".
Para terminar, "Cheers and applause", otra corriente de buen rollo que te deja buen cuerpo. Mac McCaughan siempre es una apuesta segura. Donde él aparece, promete enormes emociones y un sincero viaje de buenas canciones.
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