Mark Linous (cuánto te echamos de menos) con sus Sparklehorse y Danger Mouse (Brian Burton), unieron sus fuerzas contando con una serie efectiva de colaboradores para justo en el año que se nos fue Mark, construir un enorme puente repleto de sentimientos, de pop, de arrugas de guitarras, un gozo vamos.
"Revenge" con Flamin Lips y "Just War" con Gruff Rhys, son el inicio de este abanico de sonidos que son un placer pop efectivo y etéreo, mucho recuerdo a Beatles como vemos en "Jaykub" con Jason Lytle. En "Little girl" aparece el bobo de Julian Casablancas de los Strokes, pero le perdonamos su aparición por que luego Black Francis, parece hasta recuperado con "Angel's harp".
Y luego viene lo mejor del disco "Pain", con el dios, la Iguana, Iggy, agazapado, dando zarpazos, comunión total con la idea de este viaje con la travesía repleta de lugares donde parar. Como me gusta encontrar por aquí a David Lynch en "Star eyes" y la que titula el disco. Todo un punto.
"Insane lullaby" con sus tics electrónicos es otro punto dentro de un disco que se defiende con su escucha, repleto como en "The man who played god", con Suzanne Vega, de islotes donde la calma se hace amiga de un hechizo instantáneo tras su escucha. Un disco disfrutable y dulcemente artesanal.
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