Un bajo, un saxo y la batería. Estos tres instrumentos bastaron a la banda de Boston liderada por el desaparecido Mark Sandman para provocarnos cuando lo escuchamos un auténtico shock, a nosotros que estamos de lleno metidos en la vorágine indie noventera.
Este su primer disco, destila toda la fuerza y la atracción que irían desarrollando en sus trabajos a posteriori. La que titula el disco es la zanahoria que nos ponen para que subamos el volumen y dejar que "The saddest song", con su melancolía expansiva nos colapse la sangre.
Y es que si hay que poner un término para designar la música de de Morphine, ese es original. "Claire" parece una dentellada de jazz de club oscuro y "Have a lucky day" uno de esos clásicos que vence el imperio del tiempo es puro swing avasallador.
Menudo primer trabajo que se sacaron de la manga los bostonianos. Imagino la cara de muchos en plena época grunge cuando pusieran el disco y oyeran cosas como "You speak my languague", pura adrenalina de rock imposible de domar, violento y total.
En temas como "You look like rain", es el saxo (Dana Colley) el máximo protagonista para en "Do not go quietly unto your grave", volver a noquearnos con sus zarpazos de medicina rítmica. "Test-tube baby/Shoot'down", otro de los puntos fuertes del disco, redunda en esa facilidad que tenían para componer estrofas de rock clandestino con retoques de jazz.
"The other side" es tenebrosa, oscura, decadente, un mohín nocturno, un espasmo que te sacude y te hace gozar y las dos partes de "I know you" (I y II), ponen el punto y final a este comienzo de material discográfico que duro hasta que la muerte de Sandman en un concierto en Roma en 1999, puso el candado definitiva a uno de los proyectos más interesantes que surgieron en esos lejanos años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario