Gran banda estos Mishima. Me gustaron desde que lo descubrí con ese portento de disco que fue "Set tota la vida" (2007), y no me he perdido ninguno de sus trabajos. Este "L'ànsia que cura" no podía empezar mejor con ese bulbo de pop inflamado que se llama "La brisa".
Oyendo a Mishima te entra buen rollo. El grupo catalán que emplea su lengua para dibujar orfebrería en lienzos de esos que perduran por el tono de su color,elaboró un conjunto potente de temas de esos que se prenden rápido en ti ("Mai mes").
Pop en mayúscula con temas tan redondos como "El corredor", o letanías para pararte el corazón en bocanadas de silencio ("El paradís). De nuevo las letras como en sus anteriores trabajos y los que vendrían después, son parte fundamental de una banda que la perdimos la pista cuando editaron "Ara i res" (2017).
Ayudados en la producción por Peter Deimel, conocido por sus trabajos con The Kills y Anna Calvi entre otros, todo el disco suena a una perenne primavera que no se acaba ("La teva buidor"). También funciona todo cuando ralentizan su luminosidad para acercarse a un folk acogedor ("Ja no tanca els ulls") o cuando se desperezan entre teclados de cielos ("Despertar amb caiguda").
El ansia que cura. El ansia para disfrutar de todo lo que nos embellece los días, los suspiros del devenir. Mi preferida, la roquera "Llepar-te", un buen collage de sonidos para seguir alegre hasta en los días regulares. Mishima. Valor seguro.
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