Con la muerte hace casi un año de Martin Phillipps, el mago de The Chills, se fue uno de los arquitectos de la artesanía pop con más renombre. La banda de New Zeland, nos regaló una buena cantidad de discos de esos inolvidables.
Quizás para no olvidarnos de lo que fueron, este extenso disco (de 20 temas), nos trae recuperaciones de canciones de los 80 hasta la muerte de Martin. Un disco para llenarnos de melancolía y de recuerdos. "Dolphins" y "Learn to try again" son una buena muestra de ello. Aunque es cuando suenan temas como "If this world was made for me", donde se percibe la maestría pop de la banda.
Delicados, expresivos, con ganas de llenarnos de hits vitalistas ("Juicy creaming soda"), te sientes irresistiblemente atados a ellos cuando suenan cosas como "I'll protect you". "Declaration" es puro años 80, casi como para ir de gira con The Church.
"Stay loger" es enigmática y para silbar caracoles, y "Slime" es todo un portento de expresión musical, donde se ve la capacidad de la banda para sumergirnos con su submarino en arenas profundas de buen pop.
Quizás el disco se haga algo largo, 20 temas de golpe, son muchos temas. Es preferible tomarlo a dosis, a ratos, ponerte "Since you left me" y dejarte llevar por ellos. Luego apagar tu equipo y salir buscando un jardín con el tarareo en tu cabeza. Un buen recuerdo para el inolvidable Martin Phillipps.
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