Puede que sea "In the flat field" uno de los discos fundacionales de la música gótica, tambien es otro de esos discos que hacen que el post punk sea lo que es en la actualidad. Para mi, es quizás el disco más punk del post punk, el que más airea la contundencia y la excentricidad, comandado por Peter Murphy y acompañado por unos músicos que luego darían mucho que hablar (Daniel Ash, Kevin Haskins y David J).
Y cuando me refiero a esa componente punk, es cuando te escuchas "Dark entries" y te das cuenta que Bauhaus estaban empezando a forjar algo grande. Ese clásico atemporal llamado "Double dare" por el que no ha pasado el tiempo, una criatura que nada casi en la música industrial, con acoples, distorsiones y rasgaduras sónicas de todo tipo. Vaya inicio.
La que titula el disco es opresiva, marcial, repleta de sustos, ejerciendo Murphy de vampiro para corromper voluntades y sueños. Parece mentira el tiempo que ha pasado y lo actual que suena un sonido que vive por y para el estruendo. "A god in a alcove" es otro de esos hits que ha pasado por los años como banderín de enganche para los que nos gusta el gusto de las noches perpetuas. Banda sonora perfecta para que vampiros y demás huestes salga a convertirnos a todos.
"Dive" es puro caos y cuando llega "The Spy in the cab" ya te ves de lleno sumergido en ese ambiente infernal que también creo Bauhaus tanto con su estética, como con una música completamente disidente.
"Small talk stinks" es quizás la más extravagante de este grandioso primer disco, para en "St. Vitus dance" desquiciarnos con grandes dosis de pavor. Luego para cerrar este soberbio primer trabajo tan fundamental, "Stigmata Martyr" y "Nerves", otras dos píldoras envenenadas que han resistido toda la acción de desgaste del tiempo. Enormes Bauhaus y su legado. Discos como este perdurarán y perdurarán hasta el fin de los tiempos.
2 comentarios:
uf. Menudo disco macho
De esos discos Gus que dejan una enorme huella
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