En pleno éxtasis noventero, cuando el que escribe estaba subyugado con bandas como The Wedding Present, Pixies o Sonic Youth, llegó a mis manos un vinilo de esta banda de San Francisco, "Everclear", que me impactó desde las primeras escuchas. El grupo de Mark Eitzel te lograba arrebatar con su música triste, y también con esos arreones de guitarras que hacían de su propuesta algo para degustar con placer.
En "California", el tercero de sus trabajos, cuando aun no habían explotado, están las bases de su posterior evolución. El folk acogedor de "Firefly", sonidos forestales con distorsiones prudentes ("Somewhere"), o baladas de esas para llorar petunias, como "Laughingstock", todo cuadra a la perfección en el universo de Eitzel, contador de historias, bardo de tantas cosas.
"Pale skinny girl" y "Blue and grey shirt" son otro torrente de melancolía, que dan paso a la guerrera y garajera "Bad liquor", donde aparece una faceta de ellos totalmente desconocida. Rápido vuelven por sus derroteros, terminando "California" con "Highway 5" y "Last harbor", haciendo lo que mejor saben hacer.
En resumen, viaje en el tiempo donde la calidez y la coherencia musical de Eitzel, nunca ha defraudado. Música para climas tranquilos.
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