Vale, ya no queda nada de esos Ride que en los 90 nos dejaron sin palabras cuando escuchamos el disco "Going blank again" en 1992. Ya ha pasado tiempo, pero la banda de Oxford comandada por Mark Gardener, siguen haciendo buenos discos. Y este "Interplay" lo es.
Desde la radiante psicodelia pop de "Peace sing", Ride se abraza a un indie pop con guitarras siempre juguetonas, con ganas de seguir disfrutando de la música. A veces tienen un aire a New Order ("Last frontier"), otras se dejan llevar por sedosos ambientes de luces parpadeantes y distorsiones de antaño ("Light in a quiet room"), y siempre salen airosos de unas composiciones que se nota el poso experiencial de una banda con muchos años ya en sus espaldas.
Singles para bailar como "Monaco" irrumpen con contundencia en un trabajo que entra rápido, suspiros apañados con sonidos electrónicos como "I came to see the wreck", para tejer un surtido programa de lavado de sonidos siempre envolventes. "Stay free" es una suave letanía y "Last night i went somewhere to dream" tiene un pequeño tic del shoegazing de antaño por el que todos les recordamos.
Así pasamos la velada con Ride, hasta el final con "Essaouira" y "Yesterday is just a song", digno epílogo de un grupo que ha sabido sobrevivir con dignidad.
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